El Gobierno ha trasladado a los sindicatos la propuesta para los nuevos ERTE. Cambian de nombre, ahora se denominarán “Red” y como principales novedades tendrán aparejado un fondo propio para su financiación. Se incorpora la formación para reciclar a los trabajadores, además habrá otros dos tipos más para ayudar en la reconversión de trabajadores, empresas, e incluso, de sectores enteros y se mantienen el de fuerza mayor
La idea de los ministerios de Trabajo y Seguridad Social es que Red aporte flexibilidad a las empresas cuando sufran una coyuntura adversa o tengan que ajustarse por motivos estructurales a las nuevas tecnológica, tanto para conservar el medio ambiente, como para reconvertirse.
Mecanismo Red de Flexibilidad y Estabilidad en el Empleo
El Mecanismo Red de Flexibilidad y Estabilidad en el Empleo tendrá dos modalidades. Por un lado, el de causas estructurales, pensado para crisis sectoriales.
about:blank Este programa conllevará obligatoriamente la puesta en marcha de un plan de recolocación, que podría ser gestionado por agencias privadas y las compañías que contraten a estos trabajadores que estaban acogidos al Red estructural se beneficiarán de bonificaciones durante seis meses.
Fuerza mayor
Seguirá existiendo el de fuerza mayor, el que conocemos hasta ahora, pero habrá otros dos tipos más de ERTE para ayudar en la reconversión de trabajadores, empresas, e incluso, de sectores enteros.
En sus 27 páginas, contempla 3 tipos de ERTE.
El llamado de fuerza mayor (TOP) que sigue como hasta ahora, para situaciones como la de la pandemia y que financiarán de forma conjunta sindicatos y patronal, mediante la creación de un fondo conjunto que cubrirá todos los costes, incluidos los de formación que se han incorporado ya.
“Se entiende que existe fuerza mayor cuando ésta derive de acontecimientos catastróficos naturales, imprevisibles o que habiendo sido previstos fueran inevitables, como terremotos, maremotos, incendios, inundaciones, nevadas, plagas, explosiones, tormentas de viento y mar, siempre que supongan la destrucción total o parcial de las instalaciones de la empresa o centro de trabajo, impidiendo la actividad laboral para las personas trabajadoras afectadas", reza el documento que también entiende también como fuerza mayor los "supuestos de impedimento o limitaciones en la actividad normalizada de la empresa que sean consecuencia de decisiones adoptadas por la autoridad gubernativa competente, incluidas aquellas orientadas a la protección de la salud pública, cuando una disposición legal así lo autorice”.
De reestructuración
La segunda modalidad será la de los ERTE de reestructuración. Están pensados para los trabajadores de áreas que requieran "su transición profesional desde sus empresas de origen hasta empleos en otras empresas o sectores".
Este segundo tipo de ERTE contempla un nuevo sistema de portabilidad para permitir que unas empresas puedan traspasar trabajadores a otras. Las empresas que dejan ir a empleados podrán transferir hasta un 50% de la cuantía del despido improcedente que correspondería al trabajador al FOGASA (el Fondo de Garantía Salarial) para que la empresa que lo acoja no tenga que cargar con todo su despido ni toda su antigüedad, en caso de rescisión de contrato.
El sectorial
Y tercer tipo de ERTE es el sectorial, específico para sectores que deben reconvertirse enteros o “cuando concurran causas económicas derivadas de una situación coyuntural de alcance general que aconseje la activación de mecanismos adicionales de estabilización”.
En el caso de los ERTE o Mecanismo RED por causas estructurales, la comunicación de inicio deberá ir acompañada por un informe justificativo sobre los efectos para la empresa de las causas recogidas en el Acuerdo del Consejo de Ministros. Asimismo, esta comunicación incorporará un plan de recolocación de las personas afectadas, que podrá ser externa a través de agencias privadas de colocación, y que deberá incluir medidas específicas de formación y orientación profesional, atención personalizada a la persona afectada y búsqueda activa de empleo.