El mpox “no es el nuevo COVID” y los gobiernos europeos deben mostrar un fuerte compromiso político para eliminarlo, al tiempo que se solidarizan con África. Es el mensaje que ha lanzado el director regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En una videoconferencia de prensa desde Copenhague, el doctor Hans Kluge ha insistido en que el riesgo que el mpox supone para la población en general es bajo. Al tiempo, ha rechazado las comparaciones entre la enfermedad viral de rápida propagación -declarada emergencia de salud pública internacional la semana pasada por la OMS-, y la pandemia de COVID-19, “independientemente de que se trate del clado 1 del mpox, detrás del brote en curso en África central y oriental, o del clado 2 del mpox, detrás del brote de 2022 que inicialmente afectó a Europa y ha seguido circulando en Europa desde entonces”.
En Europa “sabemos cómo controlar el mpox y los pasos necesarios para eliminar su transmisión por completo”, ha dejado claro, pues el actual conocimiento científico sobre el virus indica que se transmite principalmente a través del contacto de piel a piel con lesiones de mpox, incluso durante las relaciones sexuales.
No habrá confinamientos
A la pregunta de si Europa impondría confinamientos similares a los del COVID-19, el experto ha respondido con un “no” rotundo.
Kluge ha recordado que el brote europeo de mpox de 2022 se controló gracias al compromiso directo con las comunidades más afectadas de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Asimismo, ha destacado “el cambio de comportamiento, la acción de salud pública no discriminatoria y la vacunación contra mpox” como factores de éxito en Europa en 2022. Sin embargo, la región "no logró dar el último paso" para acabar con la enfermedad y actualmente está viendo unos cien nuevos casos de mpox clado 2 cada mes.
La semana pasada, Suecia se convirtió en el primer país fuera de África en registrar un caso de la variante del clado 1 del virus mpox, que está en el centro del último brote, extendido de la República Democrática del Congo a los países vecinos. El caso sueco se registró en una persona que había viajado a una zona afectada de África.
El clado 1, más grave que el clado 2
El estado de alerta actual debido al clado 1, que se considera más grave, brinda a las autoridades sanitarias europeas la oportunidad de reforzar también el enfoque en el clado 2 y eliminarlo “de una vez por todas”, ha subrayado Kluge, quien ha llamado a la solidaridad europea con África, en particular en lo que respecta al acceso equitativo a las vacunas.
La OMS recomienda el uso de las vacunas MVA-BN o LC16, o la inmunización ACAM2000 cuando las dos primeras no estén disponibles. Estas vacunas se desarrollaron originalmente contra la viruela, una enfermedad que ya está erradicada.
El portavoz de la OMS, Tarik Jašarević, ha afirmado que el productor de MVA-BN, Bavarian Nordic, “tiene capacidad para fabricar diez millones de dosis a finales de 2025 y ya puede suministrar hasta dos millones este año”.
En cuanto a la LC16, que es una vacuna producida por encargo del gobierno de Japón, ha subrayado que existe una reserva “considerable”.
“Japón ha sido muy generoso en el pasado con las donaciones” y actualmente está negociando con el gobierno de la República Democrática del Congo, ha apuntado.
En lo que va de este año, la República Democrática del Congo ha notificado más de 15.600 casos de mpox y unas 540 muertes.
Generosidad europea a prueba
La semana pasada, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, puso en marcha un proceso de “lista de uso de emergencia” para las vacunas mpox, diseñado para acelerar el acceso de los países de renta baja que aún no han emitido su propia aprobación reglamentaria. La medida también permite a los socios de las agencias de salud de la ONU, como Gavi, la Alianza para las Vacunas, y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), adquirir inmunizaciones para su distribución.
Kluge ha dicho con optimismo que la Unión Europea está donando vacunas, pero ha aclarado que esta generosidad se pondrá a prueba si se necesita que los europeos aporten más inoculaciones.
Las vacunas, una de las herramientas
Jašarević, portavoz de la OMS, ha recalcado que si bien las vacunas son esenciales, son sólo una de las herramientas que se deben utilizar, junto con el rastreo de contactos, una fuerte vigilancia, medidas de salud pública y una atención clínica adecuada para quienes la necesiten.
En este sentido, ha asegurado que un legado positivo de la respuesta al COVID-19 fue la mejora de la capacidad de laboratorio en todo el mundo, lo que permitió detectar mejor varios virus.
Kluge, por su parte, ha reiterado que según lo aprendido de la reciente pandemia, la coordinación mundial será clave para derrotar al mpox. “Podemos y debemos abordar el mpox juntos, en todas las regiones y continentes”.
“¿Elegiremos implementar los sistemas para controlar y eliminar el mpox a nivel mundial? ¿O entraremos en otro ciclo de pánico y luego de negligencia?, se ha preguntado. "La forma en que respondamos ahora y en los próximos años será una prueba crítica para Europa y el mundo”, ha concluido el director regional para Europa de la OMS.