¿Quién es tu imaginación?La imaginación es un concepto ambiguo y su interpretación varía según el contexto y las intenciones. Para algunos, se trata de una fuente creativa invaluable mientras que, para otros, no es más que un conjunto de vanas ilusiones que asocian a la fantasía y los ilusos. De entre la multitud de definiciones que existen, la del místico del siglo XX Neville Goddard (1905-1972) resuena en mí con fuerza. Dice así: “Hay una sola cosa en el mundo: la imaginación, y todas nuestras deformaciones de ella. La imaginación es la puerta de la realidad. Por la imaginación tenemos el poder de ser cualquier cosa que deseamos ser”. Él formuló una pregunta singular: ¿Quién (no qué) es tu imaginación? Y ofreció una respuesta igualmente curiosa: el dios que habita en todos y que de todo nos provee.
Imaginación: ¿don divino o capacidad humana universal? Durante mucho tiempo la imaginación quedó relegada al ámbito creativo y se consideró una gracia divina reservada a unos pocos elegidos: escritores, artistas, pintores, músicos, científicos y visionarios. Sin embargo, investigaciones en neurociencia han demostrado que se trata una capacidad universal. Todos imaginamos, aunque cada uno a su manera; y además, lo hacemos continuamente: para resolver problemas, hacer planes, aprender, tomar decisiones, ser empáticos e incluso para preocuparnos.
Si eres un escéptico, una persona realista y dudas del poder de la imaginación, la neurociencia puede sorprenderte: a inicios de los 2000, se descubrió la Red Neuronal por Defecto (RND), esta red constituye el sistema cerebral responsable de la imaginación y la creatividad y se activa cuando la mente divaga.
Pero no solo encontramos respuestas en la neurociencia, la imaginación también tiene una conexión fascinante con la física cuántica y en este contexto uno de sus principios clave es el principio de superposición: una partícula puede existir en múltiples estados simultáneamente hasta que es observada y se concreta en uno.
A inicios de los 2000, se descubrió la Red Neuronal por Defecto (RND), que constituye el sistema cerebral responsable de la imaginación y la creatividad y se activa cuando la mente divaga
De manera similar, al imaginar sostenemos múltiples posibilidades hasta que una de ellas se materializa. Basándose en estos hallazgos algunas corrientes de pensamiento sugieren que la imaginación crea nuestra realidad, tal y como afirmara Neville.
La fuerza invisible de la imaginación: sanación, emoción y bienestar. El poder de la imaginación es indiscutible, así como su impacto en nuestra salud física y mental. Bien utilizada, regula emociones, combate la ansiedad y depresión y genera soluciones alternativas. Nos permite reinterpretar el pasado y generar nuevas perspectivas, favoreciendo la empatía y la paciencia.
La imaginación nos ayuda a canalizar emociones y a transformar experiencias internas, a menudo difíciles de expresar, en algo tangible. En este sentido, la psicología la utiliza en terapias creativas como la escritura, la música, la danza y el teatro. Además, también es un recurso útil para superar fobias, ante el estrés postraumático, en el fomento de hábitos saludables e incluso para mejorar el rendimiento físico de deportistas de élite. En este sentido, un estudio de la Universidad de Harvard mostró que solo imaginar una actividad física puede fortalecer los músculos, demostrando que la mente no distingue entre la realidad y una visualización intensa.
Construyendo realidades: herramientas para expandir la imaginación. Sabemos que cuando la mente divaga la imaginación se activa. También sabemos que una imaginación sana y bien dirigida es garantía de bienestar emocional y quién sabe si la puerta hacia la consecución de nuestros sueños.
Atendiendo a esto, te propongo herramientas que activarán tu imaginación al permitir que tu mente divague. Impleméntalas en tus rutinas diarias y practícalas con tanta frecuencia como puedas porque sus beneficios son seguros y no se hacen esperar.
- Disfruta de actividades al aire libre como caminar en la naturaleza, desplazarte a pie o en bici sin rumbo conocido (el movimiento libera la mente), y observar nubes o estrellas.
- Sé creativo por el mero hecho de crear: escribe sin censura, pinta o dibuja sin planificación previa o toca un instrumento.
- Conviértete en un explorador sin expectativas: lee, inventa historias.
- Realiza actividades relajantes como tomar un baño, meditar o cocinar sin receta.
Si llegados a este punto todavía crees que no tienes imaginación, pregúntate cuántas veces te has sentido preocupado. La preocupación es imaginación en tu contra. Usa esta fuerza sanadora conscientemente. Decide cómo emplearla porque si no la diriges puede dañarte amplificando tus miedos y creando escenarios catastróficos. No olvides que tú estás al mando. Conócela y hazla tu aliada.
Imagina lo mejor que puedas y crea un mundo mejor para ti y los demás. El mundo es imaginal. Los actos imaginales, no el destino ciego, determinan el curso de tu historia. Neville Goddard
Reflexiona: si la imaginación define tu realidad, ¿qué historia estás creando?
Próximo artículo:
El duelo. Cuando la única opción es aceptar el dolor. Exploraremos esos momentos de la vida donde la despedida abruma y la desesperación puede desbordarnos.
Si tienes alguna pregunta, escríbeme a [email protected] o deja tu comentario. Estoy aquí para escucharte.