Las lesiones traumáticas del cerebro producidas por un golpe, impacto o sacudida de la cabeza se han convertido en uno de los principales factores de riesgo en la salud de las personas mayores de 80 años.
Según estudios de prevención en salud realizados en varias residencias de personas mayores en España, “las lesiones traumáticas del cerebro en adultos de más de 80 años son un factor de riesgo de demencia y empeoramiento de la salud”, afirman desde la dirección médica de la residencia de personas mayores Ballesol Pozuelo.
Por lo tanto, “las lesiones traumáticas del cerebro deben de ser atendidas desde la prevención para evitar complicaciones físicas, psicológicas y sociales en las personas mayores, así como la pérdida de esperanza y de calidad de vida en el proceso de envejecimiento”.
Prevención de nuevos factores
Según estudios recientes 1 de cada 4 personas mayores se han caído en el último año. Aunque el envejecimiento en sí es un factor de riesgo de caídas, existen otros factores añadidos. “La discapacidad básica, la polimedicación, la diabetes, la incontinencia urinaria y hasta el miedo a caer, son variables previas asociadas a las caídas”, enumeran los médicos y fisioterapeutas encargados del estudio en residencias de ancianos.
Por lo tanto, se evidencia la necesidad de implantar protocolos y una intervención efectiva que produzca resultados beneficiosos en la persona, tanto física como emocionalmente.
En este sentido, se insiste en la importancia de recuperar la movilidad gracias a los programas individualizados de rehabilitación y fisioterapia, el entrenamiento de la fuerza muscular y el equilibrio, reforzados con la ingesta proteica de dietas enriquecidas.
Uno de los programas más reconocidos es el de “Reactívate”, que desarrolla en centros residenciales, y que tiene como objetivo hacer frente al Síndrome de la Inmovilidad, “un complejo conjunto de signos y síntomas que ocurren debido a la pérdida de los movimientos articulares y de la inestabilidad postural, comprometiendo la independencia, generando incapacidad, fragilidad y hasta la muerte del adulto mayor”, recuerdan los profesionales de estas residencias.