Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular y candidato a la Presidencia del Gobierno, ha decidido tomar el micrófono en el Campus FAES para darnos una «masterclass» sobre moralidad política, constitucionalismo y, cómo no, sobre cómo evitar el «chantaje» de los independentistas catalanes. Todo un espectáculo en el que el señor Feijóo ha tratado de marcar su territorio político con el ímpetu de un león defendiendo su manada.
A juzgar por sus declaraciones, se podría pensar que Feijóo es el último bastión de la integridad democrática en España. Sí, señores, porque según él, el PSOE está en «deriva» y Pedro Sánchez dispuesto a «socavar los principios básicos» de la democracia.
Pedro Sánchez: El difícil arte de gobernar en tiempos complejos
Primero, es importante recordar, porque parece que en algunos casos la memoria falla, que el gobierno de Pedro Sánchez ha tenido que navegar por un ambiente político extraordinariamente polarizado y, en muchas ocasiones, hostil, además de los diferentes retos que han supuesto para su Ejecutivo la gestión de graves crisis como la pandemia.
Feijóo acusa a Sánchez de «socavar los principios básicos» de la democracia, pero ¿qué es realmente la democracia sino el arte de negociar, de encontrar un punto medio entre diferentes facciones, ideologías y, sí, incluso nacionalidades dentro de un país?
«Rectificar» y «marcha atrás»
Es fácil para alguien en la oposición exigir «rectificaciones» y cambios de rumbo. Sin embargo, el mismo Feijóo parece olvidar que la política es un juego de equilibrios. Si hay algo que socava los «principios básicos de la democracia», podría ser la falta de voluntad para dialogar, para encontrar una solución que, aunque imperfecta, permita al país avanzar.
El concepto de «chantaje» y la realidad política
Feijóo utiliza el término «chantaje» al hablar de las demandas independentistas, como si cualquier intento de diálogo o negociación con ellos debilitara automáticamente la integridad de la nación. Sin embargo, Feijóo utiliza el término «chantaje» como una estrategia para desacreditar y simplificar una realidad mucho más compleja. En democracia, la negociación y el consenso son fundamentales, incluso cuando las diferencias parecen insuperables. La ausencia de diálogo puede ser mucho más peligrosa para la estabilidad del país.
La demanda de «rectificación» como arma de doble Filo
Feijóo parece pensar que solo Pedro Sánchez debería «rectificar» y «dar marcha atrás». Pero la política es una calle de dos direcciones. El Partido Popular tiene que hacérselo mirar y aplicar su parte de autocrítica y ajuste de rumbo, aunque eso no lo veremos nunca.
Las acusaciones de «deriva» y socavamiento de la democracia son graves, y lanzarlas sin un análisis serio y equilibrado solo tiene una definición: irresponsable.
La retórica y las acusaciones pueden ser herramientas poderosas en el juego político, pero raramente contribuyen a soluciones sustanciales. En vez de lanzar dardos desde la tribuna de FAES, quizás sería más útil para Feijóo, y para el país en general, adoptar un enfoque más constructivo y menos polarizado.
¿Quién socava a quién?
No podemos olvidar que el discurso de Feijóo también contiene una fuerte carga ideológica. Su énfasis en la «deriva» del PSOE y la acusación de que intentan «silenciar» voces discrepantes son palabras que, si se invirtieran, podrían aplicarse a su propio partido. ¿Es quizás el PP el que intenta «silenciar» a aquellos que buscan un enfoque más dialogante y menos polarizado para resolver los desafíos que enfrenta España?
«cuando la «rectificación» es solo para los demás». Si esos demás, son mentirosos, idiotas o subnormales perdidos como usted, deben rectificar , si pueden i saben. Hasta ahora sus rectificaciones han sido echar más mierda al caldo. Y, con aznar a su lado, superara sus records.