El presidente interino del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, ha reiterado su intención de dimitir si no se renueva el órgano de gobierno de los jueces. Consciente de que «no pinta nada» y genera más conflictos «de los que puede arreglar», considera que habrá llegado el momento de renunciar al cargo, lo cual podría ser pronto. «Mi idea es que cuando uno no pinta nada, cuando ya uno genera más conflictos de los que puede arreglar, pues hasta aquí he llegado. Ya veremos cuándo. Pronto», declaró en una entrevista en Onda Cero. Guilarte detalló que su permanencia en la presidencia interina se debe al temor de que su renuncia se utilice políticamente y no tenga «la más mínima repercusión», como ocurrió con su predecesor, Carlos Lesmes.
Críticas y desilusión
Guilarte se siente como un «juguete de otras tensiones», siendo criticado desde «izquierda, derecha y centro» a pesar de haber tratado de mantener una posición neutral. «Es un poco desalentador que cuando pretendes ayudar, se te cuestiona desde todas partes», afirmó, subrayando que su falta de apego al cargo le da la libertad para expresar sus opiniones, aunque con cada vez «más desilusión». A pesar de las críticas, Guilarte resalta que mientras crea que puede «ofrecer algo», continuará intentando, aunque le «riñan todos», incluidos los vocales del CGPJ.
Ve difícil un acuerdo entre PSOE y PP
Al ser preguntado sobre la posibilidad de un acuerdo de renovación del CGPJ en los 15 días de ultimátum dados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Guilarte confesó que lo ve «difícil» debido a la falta de voluntad negociadora entre PSOE y PP. «Ojalá, yo lo veo difícil porque lo que se aprecia es que puede no haber voluntad negociadora. Ese es el problema», explicó.
Guilarte lamentó la «desconfianza absoluta entre uno y otro» y señaló que ambos partidos buscan obtener «un rédito político» a la renovación del órgano de gobierno de los jueces. Para Guilarte, es complicado «obtener dos réditos políticos» sobre un mismo asunto, y con dos posturas enfrentadas, considera que la situación es inviable. «Mientras estemos así, va a ser difícil», concluyó, refiriéndose a los contactos de los negociadores del PSOE y del PP con la vicepresidenta de la Comisión Europea encargada de Estado de derecho, Vera Jourova.
La reinterpretación es absurda y falsa
Guilarte también se pronunció sobre la propuesta de Sánchez de retirar al CGPJ la facultad de nombrar magistrados del Tribunal Supremo y de los Tribunales Superiores de Justicia, negando que esté inspirada en su sugerencia para facilitar la renovación del órgano meses atrás. «Me parece que la reinterpretación que se hace de mis ideas es absurda y absolutamente falsa», exclamó. Insistió en que no es cierto que haya «reculado nada» y que defiende «la misma línea» que desde el principio. En su opinión, su propuesta ha sido interpretada «aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid» para ser utilizada para los «fines propios» de otros.
Guilarte analizó que «es una actividad de riesgo opinar» y ironizó con que quizás debería haberse retractado de hacer una propuesta para facilitar la renovación del órgano, dado que tras leer «la interpretación de Sánchez» dudó de sí mismo y de su identidad «al mirarse al espejo». Recordó que su verdadera propuesta pasaba por un sorteo para renovar el órgano de gobierno de los jueces, permitiendo así que los elegidos tuvieran un «mayor nivel de independencia» y no pudieran decir que fueron nombrados por un partido. Los 20 elegidos del CGPJ que corresponden a Congreso y Senado saldrían de entre 39 candidatos previamente remitidos por el Poder Judicial a las Cortes Generales.
La ventaja del sorteo, según Guilarte, es que puede hacerse «con carácter transitorio», aunque el problema sería elegir la lista de sorteables debido a la posible influencia política. «Hay un consejo muy, muy, muy quemado. Nos odian, con razón quizá, a mí especialmente. Entonces pues que nos quiten y hagan un sorteo entre estos 39 (propuestas por el CGPJ) que son personas aptas y pasamos a otra cosa (…) A mí como solución coyuntural me parece bien», concluyó.
