Reporteros Sin Fronteras (RSF) publica una exhaustiva investigación que revela el alcance de la represión del régimen chino contra la libertad de prensa y el derecho a la información. Inicialmente publicado en inglés y francés, RSF difunde ahora “El gran salto hacia atrás del periodismo en China” en español, alemán, árabe, chino, coreano, japonés, mongol, portugués y ruso, a solo una semana de que comiencen los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín.
Este informe de 82 páginas analiza las herramientas de represión utilizadas por el régimen chino contra los periodistas y corresponsales extranjeros, así como el deterioro de la libertad de prensa en Hong Kong, un territorio antaño considerado como modelo. El documento también detalla la estrategia de Pekín para controlar el acceso a la información más allá de sus fronteras y lanza una serie de llamamientos y recomendaciones a las autoridades chinas, los gobiernos extranjeros, las instituciones internacionales, los periodistas y los medios.
Losperiodistas se ven obligados a convertirse en portavoces del Partido Comunista chino
Para obtener y renovar sus carnés de prensa, los periodistas tienen que someterse a un curso de formación anual de 90 horas centrado parcialmente en el “pensamiento de Xi Jinping”. Todos están obligados a descargarse la aplicación Study Xi, Strengthen the Country (Estudiar a Xi, Fortalecer el país), que abre las puertas al espionaje de sus móviles.
China sigue siendo la mayor cárcel del mundo para los periodistas
En la actualidad, el régimen chino retiene al menos a 127 periodistas. El mero hecho de investigar un tema tabú o publicar información censurada puede suponer años en cárceles insalubres, donde los malos tratos pueden provocar la muerte.
Lista negra de corresponsales extranjeros
El sistema de intimidación de los corresponsales, basado en la vigilancia y el chantaje con los visados, obligó a 18 de ellos a abandonar el país en 2020. Gui Minhai, Yang Hengjun y Cheng Lei, tres reporteros extranjeros de origen chino, están detenidos por “espionaje”.
La pandemia de Covid-19 es un pretexto ideal para intensificar la represión
Al menos 10 periodistas y comentaristas en línea fueron detenidos en 2020 simplemente por informar a sus conciudadanos sobre la situación real de la epidemia de Covid-19 en Wuhan. Entre ellos, Zhang Zhan y Fang Bin siguen detenidos a día de hoy.
Bloqueo de los medios de comunicación en Xinjiang
Desde 2016, el régimen de Pekín lleva a cabo una violenta represión contra los uigures en nombre de la “lucha contra el terrorismo”. 71 periodistas de esta etnia están entre rejas, más de la mitad de los periodistas encarcelados en China.
La proliferación de líneas rojas
Muy pocos temas se libran ahora de la censura, desde cuestiones tradicionalmente sensibles como el Tíbet, Taiwán y la corrupción, hasta las catástrofes naturales, el movimiento #MeToo y los elogios a los trabajadores sanitarios durante la pandemia de Covid-19.
En Hong Kong, los periodistas se enfrentan a una Ley de Seguridad Nacional deliberadamente ambigua
La Ley de Seguridad Nacional, impuesta por China en 2020, es deliberadamente imprecisa y un cajón de sastre; y ha servido de pretexto para la represión de al menos doce periodistas y activistas de la libertad de prensa, entre ellos el fundador del Apple Daily, Jimmy Lai. Todos se enfrentan a cadena perpetua.
Carrie Lam, marioneta del régimen de Pekín
Para complacer al régimen chino, la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, cerró Apple Daily, el mayor medio de comunicación de la oposición del territorio, y orquestó una campaña de censura del grupo de radiodifusión pública RTHK (Radio Televisión de Hong Kong).
La CGTN sigue transmitiendo al mundo la propaganda del régimen
En 2021, la cadena estatal china CGTN perdió su licencia en el Reino Unido tras emitir múltiples confesiones forzadas, entre ellas las del editor Gui Minhai y el ex periodista Peter Humphrey, pero sigue emitiendo su propaganda en todo el mundo.
Embajadas, el relevo del régimen contra la libertad de información
Las misiones diplomáticas chinas son una fuente de presión sobre la libertad de información en las democracias. El embajador de China en París, Lu Shaye, es un tristemente célebre anti medios de comunicación.
Con motivo de los vigésimo cuartos Juegos Olímpicos de invierno, que se inaugurarán el próximo 4 de febrero en China, RSF amplía a nuevos lectores su informe “El gran salto hacia atrás del periodismo en China”. Publicado el pasado mes de diciembre en inglés y francés, este documento revela la campaña de represión sin precedentes desplegada durante los últimos años por el régimen chino contra el periodismo y el derecho a la información en todo el mundo. El informe ya está disponible en español, alemán, árabe, chino (simplificado y tradicional), coreano, japonés, mongol, portugués y ruso.
"El presidente Xi Jinping espera que los Juegos Olímpico de invierno le ayuden a recuperar prestigio, a pesar de la campaña de represión masiva que tiene en marcha contra la libertad de prensa y el derecho a la información”, asegura el director de la Oficina de Asia Oriental de RSF, Cédric Alviani, que insta a las democracias a “redoblar la presión para disuadir al régimen de Pekín de proseguir con sus políticas liberticidas”. La República Popular de China se estanca en la posición 177 de los 180 países analizados en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021, solo dos puestos por encima de Corea del Norte. La región administrativa especial de Hong Kong ha experimentado un declive dramático desde su retrocesión a China, desplomandose desde el puesto décimo octavo que ocupaba en 2002, año de la creación del ranking, hasta el número 80, en 2021.