“La catástrofe de Gaza no es otra cosa que la quiebra total de nuestra humanidad común. Esta pesadilla debe terminar”, ha declarado la vicesecretaria general de la ONU en una conferencia ministerial sobre ayuda humanitaria para la Franja en El Cairo, Egipto.
Amina Mohammed ha apuntado la necesidad urgente de asistencia y ha pedido a los líderes mundiales que actúen para evitar una mayor devastación.
“Estamos aquí para ayudar a garantizar un aumento inmediato de la ayuda vital para el pueblo palestino, garantizar la preparación para un posible alto el fuego, y comenzar a sentar las bases para la recuperación y la reconstrucción”, ha dicho, hablando en nombre del Secretario General de la ONU, António Guterres.
Los niños, los más afectados
Mohammed ha descrito el devastador balance del conflicto: más de 44.000 palestinos muertos, según las autoridades de Gaza, desplazamientos generalizados y colapso de los servicios básicos.
Los niños han sido los más afectados, con casi 19.000 hospitalizados sólo en los últimos cuatro meses debido a desnutrición aguda. Gaza tiene ahora el mayor número de niños amputados per cápita del mundo, con muchas operaciones realizadas sin anestesia.
“Lo que estamos viendo bien podría equivaler a los crímenes internacionales más graves”, ha afirmado.
Mohammed también se ha referido a las operaciones militares israelíes, la expansión de los asentamientos, los desalojos, las demoliciones, la violencia y las amenazas de anexión en la Cisjordania ocupada, las cuales “están infligiendo más dolor e injusticia”. Y ha añadido que “los palestinos siguen sometidos a restricciones draconianas de sus movimientos y de su acceso a servicios, medios de subsistencia y tierras de cultivo”.
Ayuda bloqueada
En cuanto a las severas restricciones a la ayuda humanitaria, la vicesecretaria ha definido el flujo de suministros como “escandalosamente” insuficiente e impredecible.
“La ayuda por excepción no es ni humana ni eficaz”, ha señalado, citando problemas como los saqueos, las municiones sin detonar y las carreteras destruidas.
Según Mohammed, el propio sistema de ayuda está en el punto de mira con 251 trabajadores humanitarios de la ONU muertos, casi todos de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA)
“Seamos claros: la pesadilla de Gaza no es una crisis de logística. Es una crisis de voluntad política y de respeto por los principios fundamentales del derecho internacional humanitario”, ha enfatizado, añadiendo que “cualquier obstáculo que deje a los civiles sin alivio debe ser eliminado”.
"No hay alternativa" a la UNRWA
Mohammed ha pedido un fuerte apoyo para todo el sistema de ayuda humanitaria en Gaza, en particular para la UNRWA, describiéndola como un salvavidas insustituible para los palestinos.
“Si la UNRWA se ve obligada a cerrar, la responsabilidad de sustituir sus servicios vitales, y satisfacer las necesidades básicas de los palestinos en Gaza, recaería en Israel como potencia ocupante”, ha dicho, al tiempo que ha asegurado que "no hay alternativa" a la agencia.
Reiterando la necesidad de una solución política, Mohammed ha instado a un alto el fuego inmediato y a la liberación incondicional de los rehenes.
También ha insistido en la urgencia de una solución de dos Estados, en consonancia con el derecho internacional y las resoluciones pertinentes de la ONU, con Israel y Palestina viviendo uno al lado del otro en paz y seguridad, con Jerusalén como capital de ambos Estados.
Los saqueos obligan a UNRWA a interrumpir la ayuda
Por su parte, UNRWA ha comunicado que ha tenido que interrumpir la entrega de alimentos y otros suministros a Gaza a través del paso fronterizo de Kerem Shalom debido a los saqueos de bandas armadas.
Aunque se trata del principal corredor para la ayuda humanitaria, la agencia tomó la decisión el domingo, después de informar de que los camiones que transportaban alimentos habían sido “todos secuestrados” tras cruzar a Gaza.
El responsable de la agencia, Philippe Lazzarini, ha explicado que la ruta no ha sido segura “durante meses”. Así, el 16 de noviembre, un gran convoy de camiones de ayuda fue asaltado en el mismo paso.
Mientras, en el interior de Gaza, los trabajadores humanitarios están profundamente preocupados por el aumento de los niveles de desnutrición.
La oficial superior de Emergencias de UNRWA, Louise Wateridge, ha dicho, desde una de las escuelas de la agencia en Deir Al-Balah, que las familias están durmiendo en suelos fríos y húmedos. En la escuela se refugian unas 6.000 personas.