El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confundió este lunes a España como un miembro de los BRICS, una organización de la que no forma parte. Los BRICS conforman una asociación, grupo o foro político y económico de países emergentes que se ha constituido en un espacio internacional alternativo al G20 (integrado por los países desarrollados). Bajo la marca BRICS se incluyen Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. En ese grupo incluye Trump a nuestro país, sin duda dando muestras de un analfabetismo o desconocimiento internacional preocupante tratándose del hombre que debe dirigir los destinos del mundo.
Al ser preguntado en el Despacho Oval sobre la aportación española en la OTAN, el magnate neoyorquino aseguró que España es un país que forma parte de los BRICS, cuyas siglas vienen precisamente de la fusión de iniciales Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. España en inglés es Spain, de manera que el republicano podría haberla confundido con la última letra de los BRICS.
“España es una nación BRICS. ¿Sabes qué es una nación BRICS? Lo descubrirás. Si los países BRICS quieren hacer eso, está bien, pero impondremos al menos un arancel del 100% a los negocios que hagan con Estados Unidos”, le contestó Trump a uno de los reporteros que cubrían la toma de posesión. Cuando el periodista le corrigió y le aclaró que España no forma parte de ese grupo, Trump insistió en que impondrá aranceles a los BRICS.
Pero más allá de que el presidente de Estados Unidos dé sonrojantes muestras de paletismo, resulta preocupante que esté pensando en imponer a España el cien por cien de los aranceles a las exportaciones de productos españoles a Estados Unidos. ¿Qué quiere decir eso? De entrada, que sectores como la aceituna negra, el aceite de oliva, el vino y los quesos autóctonos corren serio peligro. El desastre ya ocurrió durante su primer mandato, cuando los aranceles trumpistas se elevaron al 25 por ciento. Ahora podría ser todavía peor, con un cien por cien de impuestos exteriores sectores estratégicos para la economía española están abocados a la ruina.
“De Berlín a París, pasando por Roma. La agenda proteccionista con la que Donald Trump llega este lunes a la Casa Blanca supone una amenaza para las grandes economías europeas en un momento especialmente delicado, en el que tienen que lidiar con la debilidad de la industria, unos costes energéticos que siguen elevados, profundos desequilibrios fiscales y una crisis política a nivel interno cuyo desenlace está aún por ver”, informa 20 Minutos.
“Trump hizo de los aranceles contra Europa una de sus promesas electorales y, según fuentes cercanas al republicano citadas por la prensa estadounidense, su objetivo es aumentarlos a todos los países del mundo, pero sólo en determinados sectores considerados críticos, como la tecnología, los productos médicos o los metales. Su objetivo final sería obligar a los gobiernos a sentarse a la mesa de negociaciones. En el caso concreto de la Unión Europea, para obtener a cambio una compra notable de productos energéticos a su país”.
El segundo mandato de Trump promete ser mucho más duro, y nuestro país podría sufrir recortes en otros sectores como las energías renovables y los productos farmacéuticos. Los datos, mientras tanto, están ahí. España, de enero a octubre de 2024, fue el quinto país que más exportaciones hizo a Estados Unidos. En 2023, fueron superiores al 1% del PIB.
“Exportamos unas 25.000 latas a Estados Unidos. Hay mucha preocupación porque se habla de aranceles de hasta el 20%. Nos afectaría mucho”, aseguró a La Sexta Cristina Vaqué, fundadora de Can Vi, que se dedica al vino en lata.