Algo ha empezado a romperse entre José Luis Ábalos y el PSOE. El que fuera ministro de Transportes, hoy implicado en el caso Koldo, declaró ante el Tribunal Supremo un tanto lacónica y amenazantemente contra el presidente del Gobierno. Los vídeos de la citación judicial revelan tensión y quizá que quien fuese mano derecha del líder socialista esté pensando en tirar ya de la manta. “Me citó en Moncloa y me dijo que tras un largo viaje ese viaje había concluido”. Así, con esa frialdad, fue como el presidente despidió al hombre que había sido secretario de Organización del PSOE, lugarteniente de Moncloa y hombre de confianza del jefe.
“De hecho, asegura desconocer las razones de su cese, ya que el presidente no le comunicó ninguna”, aseguran fuentes de La Sexta. Si bien admite que “las explicaciones fueron las de un cambio de Gobierno tras la pandemia”, aunque “a nivel privado” no le ofreció “ninguna”. “Especuló todo el mundo, pero el presidente no me comunicó ninguna razón”, alegó Ábalos.
Llama la atención que Ábalos se haya desmarcado también de su asesor, Koldo García, delegando en el partido la responsabilidad de su contratación. Todo empezó “en el cuartel base de las primarias”, donde Koldo “se hizo cargo de la custodia de los avales de la candidatura de Sánchez”. A partir de ahí: “Ya no lo vuelvo a ver”. La secuencia nos lleva hasta 2018, cuando Ábalos decide recurrir al consejero que había sido portero de un club nocturno para nombrarlo asesor. “Siendo secretario de Organización había que coser al partido” tras un “traumático proceso”, declaró ante el instructor y el fiscal anticorrupción.
“Él [Pedro Sánchez] expuso públicamente que quería hacer un cambio en el Gobierno para impulsar una nueva etapa para superar la crisis pandemia y una etapa de desgaste”, pero “a nivel privado no me dio ninguna. Me citó en Moncloa para decirme que, tras un largo viaje juntos, este viaje había concluido”.
“Yo interpreté el cese del ministerio como una pérdida de confianza, y en ese sentido, el presidente entendía que no podía seguir desarrollando esas tareas”, lo cual, sostiene, le llevó a entender “que era un obstáculo y decidí”, por lo que entonces “a la semana” decidió “dirigirle una carta de dimisión” como número dos en el PSOE. A ese movimiento Ábalos lo califica de una decisión personal.
Sobre el comisionista Aldama (este sí ha tirado de la manta acusando a altos cargos del PSOE de cobrar comisiones) asegura que “se convirtió en una muleta de muchas cosas”, otra declaración enigmática que no beneficia para nada al presidente del Gobierno. ¿Muleta de qué? ¿De quién? ¿Para qué? Más interrogantes por despejar, sin perder de vista que el exministro quizá ya no esté pensando en cargar él solo con toda la culpa.
Sobre los contratos para Soluciones de Gestión, la empresa adjudicataria de las mascarillas, aseguró que tuvo conocimiento “cuando esta se resolvió”. “Yo me limité a firmar una orden ministerial en la que ordenaba la adquisición de material sanitario. A partir de ahí no participo en nada”, insiste.
Sobre Koldo, relató cómo se conocieron y asegura que “ya era 2017, a principios”, es decir, cuando empezó “a tener un despliegue en acción política nacional”. En concreto, señala que “Santos Cerdán era secretario de Organización del partido en Navarra” y “participaba también de las primarias”: “Allí fue la primera vez que vi a Koldo”. “Me llevaba, me traía, me cuidaba… y cuando yo a los meses llego a ministro tengo la disponibilidad de nombrar cinco asesores”, por lo que a modo de “agradecimiento le digo que se venga conmigo”. No obstante, las funciones de Koldo hicieron que Ábalos lo considerara más un “asistente” con “una relación más personal”. “Él era la persona que iba a la farmacia, me suministraba tabaco...”, así como la que “coordinaba el tema de seguridad, logística, alojamientos, recibía los mensajes, las citas…”. Estamos, sin duda, ante un tibio pero significativo cambio de estrategia. Si hasta hoy Ábalos había guardado absoluto silencio en todo lo que pudiera perjudicar al partido, ahora empieza a abrirse, a aportar más datos sobre este truculento suceso, a descargar responsabilidades contra Ferraz y Moncloa.