“Arriba España” resiste en el Valle de los Caídos

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) denuncia ante la Secretaría de Estado de Memoria Democrática el mantenimiento del nombre “Arriba España” en una calle del Valle de los Caídos

14 de Mayo de 2025
Actualizado a las 17:04h
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En un país donde desde 2007 está prohibido exaltar la dictadura franquista en el espacio público, la existencia de una vía con el nombre “Arriba España”, lema emblemático del régimen de Franco acompañado históricamente del saludo fascista, representa un incumplimiento flagrante de la legalidad vigente. Esta calle, ubicada justo detrás de la basílica del Valle de los Caídos y que conecta con la hospedería gestionada por los monjes benedictinos, es la única en todo el territorio nacional que conserva dicha denominación.

La ARMH considera este hecho especialmente grave no sólo por su contenido simbólico, sino por su ubicación: el recinto del Valle de los Caídos es el único lugar expresamente citado en la Ley de Memoria Histórica como incompatible con exaltaciones franquistas. Para la asociación, el mantenimiento de esta denominación quince años después de la entrada en vigor de la ley requiere una sanción ejemplar.

Emilio Silva, presidente de la ARMH y nieto de un desaparecido por la represión franquista, ha señalado que “los monjes benedictinos hacen política disfrazada de religión”, y ha recordado que el convenio que les permitía residir en el lugar expiró legalmente el 1 de octubre de 2020, por lo que actualmente estarían ocupando el recinto de forma ilegal.

Calle Arriba España en el Valle de los Caídos
Calle Arriba España en el Valle de los Caídos

La asociación exige al Gobierno que actúe de inmediato para restablecer la legalidad democrática en el Valle de los Caídos, sancionando a los responsables del incumplimiento y cambiando la denominación de la calle por una que respete los valores constitucionales. Además, reclama explicaciones públicas al secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, quien hace un año aseguró que los monjes abandonarían el enclave, pero que actualmente permite que sigan administrando la hospedería y recibiendo allí a grupos ultraconservadores.

Silva añade que “para dar misa no es necesario vivir allí, basta con tener la llave y acudir. Lo inadmisible es cederles el uso de la hospedería como centro de actividad política en un espacio que debería estar plenamente desideologizado”.

La ARMH subraya que esta calle no es un vestigio aislado, sino el símbolo visible de una resistencia a cumplir con la legalidad democrática en uno de los lugares más controvertidos de la memoria histórica española.

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