En un momento en que la Unión Europea redefine su papel en el escenario internacional, una reciente encuesta del Eurobarómetro, realizada en enero a más de 26.000 ciudadanos europeos, revela una clara diferencia entre las prioridades de los españoles y las del conjunto de Europa. Frente a una mayoría europea que cree que la seguridad y la defensa deben estar en el centro de la agenda comunitaria (36%), los ciudadanos españoles prefieren poner el foco en la educación y la investigación (40%).
Este contraste es llamativo: solo un 20% de los españoles consideran que la defensa debe ser una prioridad para la UE, muy por debajo de países como Polonia, Lituania o Alemania, donde la preocupación por la seguridad se ha intensificado en un contexto de tensiones geopolíticas. En cambio, la apuesta española por el conocimiento se alinea con otros Estados del sur, como Malta y Chipre, que también sitúan la educación en lo más alto de sus prioridades.
Donde sí hay coincidencias es en la segunda gran preocupación: la competitividad económica, la industria y el impulso de la economía. Tanto españoles como europeos reconocen la necesidad de fortalecer la base productiva del continente. También hay consenso en la importancia de la agricultura, la seguridad alimentaria y la protección de los valores democráticos y los derechos humanos.
El cambio climático, en retroceso
Uno de los datos más significativos es la caída del interés ciudadano por las políticas climáticas. Solo un 18% de los europeos y un 14% de los españoles consideran que deben ser una prioridad para Bruselas, lo que supone un descenso de 6 y 13 puntos, respectivamente, respecto al Eurobarómetro anterior. Una tendencia que plantea interrogantes sobre el futuro del Pacto Verde Europeo.
En lo relativo al papel del Parlamento Europeo, también emergen diferencias. Un 44% de los españoles y un 43% de los europeos consideran que debe ocuparse prioritariamente de la inflación y el coste de la vida. Sin embargo, mientras que un 31% de los europeos cree que la Eurocámara debería tratar cuestiones de seguridad y defensa, solo un 14% de los españoles comparte esa visión. En cambio, la sanidad pública destaca como una prioridad parlamentaria para el 40% de los españoles, frente al 25% en el resto de la UE.
España está más preocupada por la cohesión social
Los españoles también muestran una sensibilidad superior a la media europea en asuntos sociales. Apoyan con más fuerza la creación de empleo (35% frente al 29% europeo) y la lucha contra la pobreza y la exclusión (35% frente al 31%). En contraste, muestran menos interés por la lucha contra el terrorismo (11% frente al 20%) y la independencia energética (9% frente al 13%).
Pese a estas diferencias, europeos y españoles comparten una visión optimista sobre el futuro de la Unión. Un 85% de los españoles y un 76% del total europeo creen que la UE necesita más recursos para afrontar los desafíos globales. Además, el 78% de los españoles (frente al 62% de los europeos) cree que el Parlamento Europeo debería tener un papel más relevante.
Aunque la confianza en las instituciones comunitarias sigue siendo moderada —solo el 38% de los españoles y el 41% de los europeos tiene una buena imagen del Parlamento Europeo—, el apoyo a la pertenencia a la UE es sólido: un 76% de los españoles cree que la membresía ha sido positiva para su país, frente al 74% del conjunto del bloque.
Europa se encuentra ante una encrucijada en la que, pese al consenso general sobre la necesidad de unión y refuerzo institucional, persisten visiones divergentes sobre el rumbo que debe tomar el proyecto comunitario.