El juez Juan Carlos Peinado (que investiga a Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, por tráfico de influencias en la organización de un máster para la Universidad Complutense de Madrid) ha rechazado llamar a declarar a Víctor de Aldama, el empresario implicado en el caso Koldo que juró tirar de la manta y acabar con el presidente del Gobierno, al que llamó “mitómano” y afectado de “alzhéimer”. Llama la atención que el testigo protegido dispuesto a terminar con el sanchismo no convenza ni al juez Peinado, un magistrado caracterizado por su audacia a la hora de dar trámite a cualquier denuncia contra Moncloa, incluso a las que llegan del extraño mundo de la extrema derecha.
En su última resolución, el juez asegura que para que puedan ser investigados hechos relacionados con el rescate de la empresa Air Europa (una operación por casi 500 millones de euros que el instructor ha querido investigar pese a que la Audiencia Provincial de Madrid se lo tiene terminantemente prohibido) deben aparecer “hechos nuevos”. Y Aldama no los aportaría a la causa sencillamente porque no los tiene.
En una reciente entrevista a un medio de comunicación, Aldama se refirió al rescate de la compañía aérea en la que supuestamente estaría implicada Begoña Gómez, pero Peinado ha echado al freno y asegura que esta investigación, hoy por hoy, no es posible, “aun cuando fuera para relacionarlo con hipotéticos beneficios para la cátedra de trasformación digital [de la Complutense]”, cuya codirectora fue la propia primera dama. Peinado constata que, ‘per se’, esos comentarios en una entrevista de prensa no implican la aparición o existencia de esos “hechos nuevos”.
La decisión de Peinado viene a romper con toda su estrategia anterior, que hasta hoy daba trámite a cualquier titular aparecido en los periódicos de la caverna, incluso aquellos que no iban a acompañados de pruebas sólidas o indicios racionales de criminalidad. En medios judiciales ha sorprendido la resolución que descarta el testimonio de Aldama, ya que era una bicoca mediática para el instructor. El juez Peinado de antes, el de hace un año, no hubiese dejado pasar este manjar, este veneno contra el sanchismo. El de hoy, se lo piensa dos veces a la hora de dar cualquier paso en falso. Es evidente que los sucesivos tirones de orejas de la Audiencia Provincial a la instrucción han surtido efecto. Estamos ante un juez Peinado que ahora se lo coge todo con papel de fumar y con todas las precauciones, incluso llamar a declarar a los testigos antisanchistas. Y en esta nueva actitud ha tenido que ver, sin duda, la reciente decisión del Tribunal Supremo de paralizar la imputación del ministro Félix Bolaños, un paso que ya había dado Peinado al entender que el titular de Presidencia y Justicia habría mediado en la contratación de una asesora de Moncloa para llevarle la agenda privada de negocios a la esposa del presidente. El controvertido juez de Plaza Castilla ha comprendido que las instancias superiores de la judicatura están mirando con lupa su instrucción, que por otra parte ha estado rodeada de polémicas, incluso de críticas de prestigiosos juristas de este país, que le han afeado una investigación cogida con pinzas, sin apenas pruebas y plagada de consideraciones subjetivas, conjeturas y hasta sospechas de politización. El alto tribunal incluso le echó en cara que no hubiese acumulado ni un solo indicio contra el ministro y que omitiera información “relevante” para intentar encausar a Bolaños a toda costa. Fue un varapalo en toda regla.
Peinado se jubilará pronto y ha entendido que los semáforos en rojo encendidos en el Supremo y en la Audiencia Provincial van en serio. No puede abrir el caso Air Europa sin riesgo a enfrentarse a un expediente disciplinario, ya que los jueces de las instancias superiores le han dejado claro que debe ceñirse al caso del máster y solo al caso del máster. Lo contrario sería incurrir en una “investigación prospectiva” prohibida por la ley e incluso en un delito de prevaricación.
Por ello, Peinado entiende que en este momento procesal “no cabe admitir, porque no resulta pertinente”, la declaración de Aldama. “Cuestión distinta sería que, como se supone que afirma en la citada entrevista, esté dispuesto a poner en conocimiento de un órgano judicial determinados hechos, pida comparecer ante el juzgado que actualmente investiga la causa en la que tiene la condición de investigado y ponga de manifiesto lo que estime conveniente”, añade el auto.
Si el juzgado de la Audiencia Nacional que investiga a Aldama lo ve conveniente (precisa Peinado), podría deducir el correspondiente testimonio y remitirlo a su juzgado. Y en ese caso, ya se valoraría si se le cita como testigo. En un audio, el comisionista Víctor de Aldama le asegura a Koldo García, asesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos, que la esposa del presidente del Gobierno no intervino ni tuvo nada que ver con el rescate de la aerolínea Air Europa durante la pandemia. La grabación consta en el sumario de la causa. “Sobre lo que me cuentas tú de Air Europa, que quieren vincular la operación de Air Europa, que si ha habido presiones con Begoña y tal…, nada verdad”, le comenta Aldama a Koldo García. Peinado quisiera meterle mano al caso de la compañía aérea, la gran pieza de caza mayor contra la esposa del presidente, pero no puede, no se atreve y no quiere arriesgarse.
Además, el juez se ha dirigido a la Presidencia del Gobierno para que le informe de si existe una cuenta de correo electrónico oficial de Moncloa a nombre de Begoña Gómez.