El juez Peinado quiere probar que Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, malversó al adjudicarse una asesora de Moncloa para sus fines personales y actividades profesionales, en concreto la organización de un máster para la Universidad Complutense de Madrid. Hasta la fecha no ha podido acreditarlo y por lo que se vio ayer tampoco ha podido hacerlo después de que una asesora prestara declaración sobre este asunto.
Cristina Álvarez Rodríguez, asesora en La Moncloa de Begoña Gómez, comparecía ayer viernes ante el juez Juan Carlos Peinado en la causa abierta a la esposa del presidente Pedro Sánchez por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo profesional. En dicha comparecencia, explicó al magistrado cuáles era las funciones que llevaba a cabo dentro del Gobierno, según ha podido confirmar La Sexta.
Según la cadena privada, “Álvarez ha manifestado ante el juez que sus funciones en Moncloa eran asistir a Begoña Gómez en sus asuntos personales como eventos, conferencias... Otra de las funciones era buscar un entorno seguro, eficiente y discreto a la mujer del presidente; para ello revisaba la agenda de la mujer de Sánchez e informaba a las unidades del departamento de seguridad, escoltas, desplazamiento e instalaciones donde iba a acudir. Esto se extrapolaba también en ceremonias o comidas”.
También ha manifestado que fue Begoña Gómez la que propuso su nombramiento haciendo las funciones de secretaria nombrada por Presidencia para sus asuntos personales. Las fuentes de La Sexta añaden que durante la declaración el juez Peinado apercibió a la testigo por no contestar sus preguntas y le pidió su teléfono. Todo lo cual no le sirvió para encontrar pruebas con las que poder incriminar a Moncloa, como demuestra el hecho de que Álvarez entró como testigo y seguirá con ese tratamiento procesal. Si Peinado le hubiese podido hincar el diente a algo sólido, a una prueba o indicio potente, hubiese imputado allí mismo a la asesora monclovita y no lo hizo. Esa actitud prudente se interpreta en medios judiciales como un síntoma de que el magistrado no ha encontrado nada por esa línea de investigación que trata, no ya de imputar a Begoña Gómez, sino de incriminar también al presidente del Gobierno en algún trato de favor o tráfico de influencias a beneficio de su esposa.
Sobre la pregunta de por qué hizo funciones para la actividad de Begoña Gómez en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Cristina Álvarez ha asegurado que en realidad no hacía nada para dicha universidad, “sino que llevaba la agenda de la mujer del presidente y eso le exigía estar informada también de la agenda privada. Ha afirmado que todo formaba parte de sus funciones: llevar la agenda de Gómez, coordinar su seguridad en cualquier acto...”, añade La Sexta.
En cuanto a su contratación, ha apuntado que cuando el presidente del Gobierno gana la moción de censura, Begoña Gómez se pone en contacto por teléfono con ella. En dicha conversación, es donde le comenta que “puede tener una persona de confianza y asesoramiento cuando llegue a Moncloa y que le gustaría que fuese ella. Después, comienza a trabajar con la mujer del presidente el 16 de julio de 2018 de manera eventual”.
La asesora ha trabajado en la Presidencia del Gobierno desde julio de 2018 como directora de programas, aunque viene actuando como secretaria personal de la mujer del presidente. Las acusaciones populares querían preguntar sobre sus funciones en las actividades privadas de la mujer del presidente. A este respecto, en el sumario consta un correo electrónico en el que Álvarez Rodríguez intermediaba con Reale Seguros para mantener su participación como patrono de la cátedra de la mujer de Sánchez.
Por su parte, desde el Gobierno se ha asegurado que Gómez viene usando a su asistente asignada para actividades privadas, defendiendo esta práctica como normal y comparable a las realizadas por cónyuges de anteriores mandatarios. Así, desde el Ejecutivo se ha comparado la labor de esta asesora con actuaciones realizadas por la asistente de la esposa del expresidente Mariano Rajoy, quien, según indican, también ayudaba en asuntos personales. Desde La Moncloa sostienen que no existe “ninguna irregularidad” en las gestiones realizadas.