La desastrosa gestión de la Generalitat Valenciana en la dana que ha costado 223 vidas y decenas de desaparecidos causa pavor en el PP. Y Feijóo ha puesto en marcha la maquinaria propagandística de Génova 13 para recuperar el escenario anterior a la tragedia, cuando el Partido Popular parecía tener contra las cuerdas al Gobierno de Sánchez a cuenta del caso Koldo y Begoña Gómez. Ahora la consigna del presidente gallego es volver a aquellos escándalos incipientes que tanto daño estaban haciendo al sanchismo para tapar el fiasco provocado por su delfín valenciano Carlos Mazón, desaparecido durante toda la tarde fatídica del 29-O. Y la primera andanada para que deje de hablarse de la dana va a ser el caso Begoña Gómez.
La mujer del presidente del Gobierno está llamada a declarar mañana en la comisión de investigación de la Asamblea madrileña. Ayuso tiene órdenes de recuperar la iniciativa lanzando detritus sobre la esposa del presidente del Gobierno, aunque quizá no sea suficiente para ocultar todo el lodo acumulado en las localidades de L’Horta Sud. Cinco días después de pasar por la cámara autonómica, Begoña Gómez acudirá al juzgado para que le notifiquen una nueva querella de otra asociación ultra por apropiación indebida de un software para su máster de la Complutense.
Evidentemente, los populares no están sabiendo calibrar la magnitud de la tragedia que se vive en toda la provincia de Valencia, y cometerá un error garrafal (uno más que vendrá a sumarse al desastre de la gestión de la catástrofe) si cree que volviendo a colocar a Begoña Gómez en las portadas de los periódicos de la caverna la ciudadanía terminará olvidándose de lo importante: la depuración de responsabilidades políticas ante tanta calamidad.
Se ha vuelto a activar la máquina del fango contra la primera dama. Así, El Confidencial publica: “Begoña Gómez encara días complicados por las presuntas irregularidades de su actividad en la Universidad Complutense. La mujer de Pedro Sánchez tiene por delante una 'semana horribilis' en dos actos: la declaración en la comisión de investigación en la Asamblea de Madrid, programada para este miércoles 13 de noviembre, y la citación en los juzgados de Plaza de Castilla por apropiación indebida e intrusismo laboral, prevista para cinco días después, el lunes 18. El PP de Isabel Díaz Ayuso ya afila el colmillo ante la primera jornada”.
Según este rotativo digital, los populares llevan semanas preparando a conciencia el interrogatorio. No sabrán coordinar a los servicios de rescate y Protección Civil, no sabrán darle al botón de la alerta roja para avisar a la población ante la dana que se avecina, pero están a la última en montajes judiciales, en propaganda y lawfare.
El grupo parlamentario popular en la Cámara autonómica confirmó a principios de octubre que Gómez iba a ser la primera en desfilar por la comisión, acompañada por el rector de la Complutense, Joaquín Goyache. “La cita es clave en la particular guerra de desgaste abierta con la Moncloa y prácticamente todos los esfuerzos están volcados en la primera sesión. El objetivo es profundizar en la supuesta degradación de la universidad y aclarar si la esposa del presidente del Gobierno tuvo trato de favor”.
Con la Comunidad Valenciana en ruina total, con cientos de miles de personas condenadas a una vida sin futuro, mal va a entender el ciudadano que se empiece a hablar frívolamente del máster de Begoña Gómez y no de las víctimas mortales y heridos; de los miles de personas que han perdido sus casas; de las empresas que tendrán que cerrar; de los sesenta pueblos enterrados bajo una capa de lodo, escombros y chatarra; de las cosechas perdidas; y de La Albufera inmersa en una catástrofe ecológica sin precedentes por toda la basura que ha acumulado tras el desbordamiento de los ríos y el barranco del Poyo. El PP sigue instalado en la retórica basura, en la politiquería y el electoralismo barato. Es hora de la nueva política, una política con mayúsculas. Pero no tienen un ápice de grandeza. Cuidado con los próximos movimientos de un tacticismo deshumanizado y cruel, porque el pueblo está indignado, harto y a punto de estallar y, si en Génova 13 no saben leer la situación actual, pueden ser los propios dirigentes conservadores quienes lleven al partido a otro desastre, en este caso no natural, sino de orden político.