La polémica comida de Carlos Mazón con la periodista Maribel Vilaplana, la trágica tarde del 29-O, ya se ha cobrado la primera cabeza en los medios de comunicación: Alfred Costa ha renunciado como director general de la televisión pública valenciana À Punt “por motivos personales” después de cuatro años y medio en el cargo, según ha anunciado él mismo en un comunicado.
Aquella tarde en el Ventorro, mientras el agua acababa con la vida de 220 personas, arrasando la provincia de Valencia, Mazón ofrecía la dirección de À Punt a Vilaplana, una periodista de su máxima confianza si nos atenemos a los piropos que suelta sobre ella en galas y actos públicos valencianos. La reunión a espaldas de Costa no ha sentado nada bien al actual responsable de la televisión pública, que ha visto el intento de la Generalitat gobernada por el PP de volver a manipular un medio como À Punt para volver a transformarlo en lo que fue Canal 9, el gabinete de prensa con el que el zaplanismo se perpetuó en el poder durante décadas.
Estamos, sin duda, ante una decisión de Costa que dignifica el denostado periodismo valenciano. Tras haberse filtrado la famosa comida en el restaurante El Ventorro (que entretuvo al presidente de la Generalitat durante más de cinco horas decisivas para salvar vidas humanas), Costa no podía seguir ni un minuto más al frente de la televisión autonómica. Y no solo porque su jefe lo ha desacreditado, conspirando a sus espaldas con Maribel Vilaplana, sino porque lo que está por venir resulta más que preocupante. A Mazón no le preocuparán las alertas rojas de Protección Civil, pero está muy interesado en controlar su juguete favorito, la tele pública local, con la que está obsesionado, ya que tiene el sueño de transformarla en el gran altavoz del PP regional. Mazón quiere su Fox particular, como Trump tiene la suya. Cree que así, manipulando noticias e informativos, podrá perpetuarse varias legislaturas más en el poder.
Alfred Costa ha asegurado en su comunicado que hay que poner en valor “el esfuerzo titánico y el sacrificio personal” de una buena parte de las plantillas y de los equipos directivos durante “la extraordinaria cobertura” de la dana que, en su caso, ha permitido a la cadena “reconectar como nunca con buena parte de la ciudadanía”.
La decisión se produce doce días después de conocerse que Mazón llegó el día de la dana al Palau de la Generalitat a las 18.00 horas tras comer con Vilaplana. La comida ha sido objeto de polémica por producirse con el temporal en marcha y porque la incorporación del president a la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) no se produjo hasta las 19.00 horas, informa Efe.
Esas fuentes insistieron en que Mazón estuvo permanentemente informado de la evolución del temporal, e indicaron que el encuentro con la periodista comenzó a las 15.00 horas en el restaurante El Ventorro, a escasos minutos del Palau de la Generalitat. Añadieron que no se informó antes del encuentro “por cuestiones de privacidad y confidencialidad, porque esta persona trabaja actualmente en una compañía audiovisual y de comunicación, y por no comprometer su situación laboral y profesional”. Por ello, y ante “la oleada de mentiras y difamaciones” que circularon esos días, “llegando incluso a entrar en insultos personales”, consideran que resultaba “obligatorio cortar de raíz este tsunami de bulos”.
En el comunicado de este miércoles, Alfred Costa informa de su renuncia “irrevocable” y señala que el papel de los medios de comunicación ha sido clave en el asentamiento y la expansión del servicio público de radiotelevisión valenciana durante estos años. Respecto a la cobertura informativa de la dana del 29 de octubre, Costa afirma: “Tenemos que poner en valor el esfuerzo titánico y el sacrificio personal de una buena parte de las plantillas y de los equipos directivos durante la extraordinaria cobertura de la dana del 29 de octubre. En nuestro caso, como sabéis la cobertura realizada nos ha permitido reconectar como nunca con buena parte de la ciudadanía”.
“Nunca –según añade– nuestros valores de transparencia, independencia y proximidad han resonado tanto en las casas de centenares de miles de valencianos que han confiado en À Punt para informarse”. El comunicado concluye con agradecimientos al equipo directivo de À Punt que aceptó el reto de llevar adelante un proyecto empresarial y televisivo “donde se sintieran representados todos los valencianos sin ninguna exclusión”.
También traslada su agradecimiento a los trabajadores tanto de la plantilla de la casa como de las productoras asociadas que compartieron con la dirección general desde el primer minuto “la inquietud y el talento para conectar desde la información, el entretenimiento y la ficción con una audiencia que pedía ser sintonizada”. Vuelven a correr malos tiempos para el periodismo libre e independiente. Las mentiras de Mazón van a necesitar quien las propague. Y Costa no era el hombre.