La situación actual de la izquierda en la política española no es, ni mucho menos, un caso extraño, como es bien conocido. Ahí está para contrastarlo el gran número de países -en Europa y fuera de ésta- en los que algo muy parecido sucede, aun con los diferentes matices pertinentes en función de la idiosincrasia de cada sociedad concreta. Así, en el caso español, para entender qué ocurre y ocurrirá próximamente con la izquierda en general y con el PSOE en particular, hay que pensar al menos en lo siguiente:La crisis económica y social mundial que aun padecemos, se debe fundamentalmente al gran fracaso humano del nuevo conservadurismo o neoliberalismo que inunda el planeta, esto es, se trata de un fiasco sistémico, de un capitalismo salvaje pero convenientemente disfrazado que, cada vez más y sin solución de continuidad, en general produce el siguiente efecto: enriquece exponencialmente a una enorme minoría de los más ricos, enriquece fortísimamente a otra minoría no tan exigua de personas ya muy adineradas, y empobrece de manera brutal y en constante caída libre a la inmensa mayoría de la población, es decir, a las clases baja y media.El gobierno neoliberal o neoconservador -como se prefiera- del PP en España, en línea con sus homólogos en el resto del mundo, parece ser percibido por millones de español@s, acometiendoen general políticas que desarrollan este injusto panorama citado. Además de que, con la consiguiente sinergia ideológica, ha traído una clara regresión en logros sociales fundamentales, alcanzados con mucho esfuerzo desde la reinstauración de la democracia tras la salida de la dictadura.De otra parte, el partido Ciudadanos, con un electorado en las últimas consultas electorales sobre todo de centro-derecha, ha sido clave para la formación de gobiernos del PP a escala autonómica (caso de Madrid), pero también del PSOE (verbigracia, Andalucía, con Susana Díaz). Sin embargo, su apoyo (que sí se lo dio) no era imprescindible para la investidura de Rajoy como presidente del gobierno.No obstante, el PSOE sí ha sido, con su abstención, necesario e imprescindible para que Mariano Rajoy, el presidente del PP, partido que practica el neoconservadurismo en España, fuese nuevamente investido como presidente del gobierno de la nación.En este sentido, hay una percepción parece que ya fijada (con todas sus consecuencias) en una inmensidad de ciudadan@s, de que la candidata a la secretaría general del PSOE, Susana Díaz (que preside la Junta de Andalucía), y en la misma línea la Gestora actual de su partido, han propiciado el camino para que el Comité Federal socialista pudiese decidir que dicha formación permitiese con su abstención que el presidente del PP, Rajoy, sea nuevamente presidente del gobierno de España.Y al contrario, el secretario general del PSOE hasta hace medio año, Pedro Sánchez, es percibido muy mayoritariamente entre el electorado de izquierda, como el socialista que dimitió como diputado y sostuvo y sigue sosteniendo su rotunda negativa a facilitar el gobierno neoconservador del PP. Sánchez se presenta a las primarias de su partido para intentar ser nuevamente elegido su máximo líder con el voto directo de la militancia (fundamental para él en su concepción de partido) en elecciones primarias.Patxi López, que estuvo junto a Pedro Sánchez en esa negativa a permitir un gobierno del PP, también se presenta a la secretaría general de su partido. Nótese que coincide con Sánchez en este punto esencial, en el cual difiere naturalmente de la candidata Susana Díaz.Así, conociendo la actitud actual de l@s afiliad@s socialistas y con la aritmética electoral en la mano, si Patxi López finalmente llegara a un acuerdo con Pedro Sánchez para propiciar que éste fuese la alternativa única a Susana Díaz, previsiblemente ésta perdería. Si López no llegara al acuerdo con Sánchez, la candidata andaluza podría llegar a ganar.Pero, si Díaz gana y con Podemos en las coordenadas nuevas con su líder Iglesias reforzado, se abriría un importante espacio electoral “huérfano” en la izquierda que, incluso y de manera natural, podría desembocar en la aparición de un nuevo partido.Ahora bien, si Sánchez gana, ese espacio electoral “huérfano” sería obviamente menor a tenor del discurso de este candidato en clave socialdemócrata pura y sin concesiones a la derecha. Y habría, por ende, una alta probabilidad de formar un gobierno progresista para el cambio.El voto de la militancia del PSOE, pues, en estar primarias de mayo, va a determinar en gran medida el reparto electoral del espacio de izquierda en España para no pocos años. Así como el futuro del PSOE. En este sentido, Patxi López, que parece andar lejos de ganar las primarias, sí se vislumbra como posiblellave para que el PSOE sea percibido en buena medida (si pacta con Díaz y sus históricos apoyos) continuista y anticuado, o bien (llegando a un acuerdo con Sánchez) embarcado en una línea de izquierda moderna, de futuro y acorde con este siglo XXI.
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