El golpe al tablero geoestratégico de Trump, que ha situado al mundo en un nuevo orden mundial, tiene sus perjudicados y sus agraciados. Perjudicada la industria armamentística norteamericana, que ve cómo se le esfuman los clientes europeos (los países aliados a los que el presidente estadounidense considera enemigos) y genera pérdidas de miles de millones de dólares. Y en el otro lado, como grandes agraciadas, las empresas bélicas de la UE, que tras el anuncio de Von der Leyen del plan Rearme, una inversión de 800.000 millones de euros para defender el flanco oriental de la amenaza rusa, se han disparado en Bolsa.
La industria armamentística europea ve cómo empieza a dar el pelotazo desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca agitando el fantasma de la Tercera Guerra Mundial. Sus cotizaciones se han disparado: en poco más de un mes, las acciones de la española Indra han subido un 57 por ciento. Y las de sus homólogas francesas y alemanas, incluso más de un 60 por ciento. “Europa tiene una industria armamentística muy potente y está siendo uno de los principales beneficiados de esta escalada”, asegura a La Sexta Emilio Vizuete, profesor de Economía de la Universidad de Barcelona.
La alemana Rheinmetall, por ejemplo, es la propietaria de los tanques Panzer y sus acciones en Bolsa han subido un 3,4 por ciento gracias a su empuje. También se dedica al sector automovilístico, aunque a partir de ahora dos de sus fábricas especializadas en producir piezas de vehículos elaborarán munición y material de defensa.
A juicio del profesor Vizuete, “no es una moda pasajera”, sino que es probable que “el gasto militar que tengan que afrontar los Estados miembros se incremente a lo largo del tiempo”. Y es que Alemania, el país causante de las dos últimas guerras mundiales tras desbocadas carreras armamentísticas, incluso ha dado luz verde a cambiar su Constitución para permitir un aumento de su déficit, solo si se gasta en defensa. Así lo ha anunciado el líder de la CDU y ganador de las recientes elecciones, Friedrich Merz, parafraseando a Mario Draghi durante la crisis financiera: “Cueste lo que cueste”.
Un cambio de paradigma ante lo que está pasando al otro lado del charco y mientras Europa ya ha anunciado su próxima apuesta: “Estamos en la era del rearme”, sentenciaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, al esbozar esta semana su plan para aumentar el gasto en defensa de las potencias europeas para ser lo menos dependientes posible de Estados Unidos. “La pregunta ya no es cuánto, sino cómo”, asegura un análisis en La Sexta.
La industria del viejo continente se frota las manos. De hecho, ya tiene un cliente preferente en cartera: el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que ha pedido a los aliados europeos acelerar el suministro de armas ante la agresión rusa. “Debemos sobrevivir. Para eso necesitamos decisiones concretas, decisiones sobre las armas. Y que esas armas lleguen a tiempo”, ha dicho el mandatario ucraniano. “Si alguien ha decidido enviarnos armas, debe hacerlo a tiempo”, insistió Zelenski, agregando que espera la visita a Ucrania a mediados de marzo del presidente de Francia, Emmanuel Macron, para debatir las posibilidades de reforzar a su país.
El escenario es cada vez más peligroso y endiablado. Al anuncio de Macron de que pone a disposición de la UE el paraguas nuclear de su país (Francia es la cuarta potencia atómica del planeta, por detrás de Estados Unidos, Rusia y China), se suma la respuesta del Kremlin, que ayer advirtió de que el envío de tropas europeas a Ucrania será considerado un “acto de agresión”, es decir, una causa de guerra.
El Kremlin ha asegurado que financiar el Ejército ucraniano “no es un plan de paz”. “En Londres se escucharon declaraciones sobre la necesidad de garantizar con urgencia un mayor nivel de financiación para Ucrania. Eso claramente no es para un plan de paz, sino, seguramente, para la continuación de las acciones militares”, alegó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa telefónica diaria.
La UE considera que la amenaza de Putin es cada vez más real. Los líderes del club de los 27 han acordado este jueves multiplicar el gasto en seguridad y defensa para rearmar Europa ante la amenaza existencial que representa la agresión de Rusia sobre Ucrania y el giro de Estados Unidos con respecto a esta guerra desde la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca. En el texto de conclusiones pactado, en una cumbre extraordinaria convocada por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, los Veintisiete se comprometen a acelerar la movilización de los instrumentos y financiación necesaria para reforzar la seguridad de la Unión Europea y la protección de sus ciudadanos.