El hombre del Ventorro sigue cubriéndose de fango e infamia

El dirigente valenciano provoca un terremoto político con su comparación xenófoba entre las ayudas que el Gobierno de Sánchez destina a Valencia y Gaza

18 de Enero de 2025
Actualizado el 20 de enero
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Carlos Mazón en una imagen de archivo.
Carlos Mazón en una imagen de archivo.

Las últimas declaraciones del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, han provocado un auténtico terremoto político en nuestro país. El líder del PP en tierras levantinas se atrevió a comparar la lentitud en la llegada de las ayudas a los afectados por la riada en L’Horta Sud con la rapidez que llegan los fondos enviados por Pedro Sánchez a la Franja de Gaza. Pocas afirmaciones tan nauseabundas se han escuchado últimamente, y más vomitivas aún si tenemos en cuenta el personaje que las profiere: el gobernante que estaba de comilonas en un restaurante aquella tarde dramática en que sus paisanos se ahogaban con la barrancada. Ya sabíamos que Mazón era un incompetente, un inútil, un mentiroso, ya que no apretó cuando tocaba el botón telemático de la alerta roja que hubiese salvado la vida de más de doscientas personas. Ahora también sabemos que es un desalmado, un cínico y un miserable capaz de hacer demagogia con la tragedia de un país que sufre un horrendo genocidio (más de 45.000 asesinados por el ejército de Netanyahu) y con el drama de miles de valencianos.

Mazón ha caído en lo más bajo de la política: la injusta agitación de la rabia del pueblo contra el Gobierno Sánchez con mentiras y bulos. Falsea la realidad el honorable (cada vez menos honorable) cuando dice que las ayudas llegan antes a Palestina que a Paiporta. Es cierto que el Gobierno ha destinado una partida humanitaria, por pura solidaridad, para el masacrado pueblo palestino. El pasado miércoles, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, calificaba de "excelente noticia" la tregua pactada entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza y adelantaba que el Gobierno ya tiene lista ayuda humanitaria por valor de 24 millones de euros, que podría llegar a 50 “muy rápidamente”, en cuanto se permita la entrada masiva de asistencia al enclave costero. Nada tiene que ver esa beneficencia con el inmenso plan de reconstrucción de Valencia, que prevé ayudas directas adjudicadas por un importe de más de 16.000 millones de euros, y que abarcan un amplio espectro, incluyendo compensaciones por fallecimientos, daños en viviendas y enseres, vehículos, y suministros básicos, tal como informó ayer el periodista Javier Ruiz, de la Cadena Ser. Según este analista, con el plan de recuperación se cubren gastos de emergencia para ayuntamientos, como suministro de agua, saneamiento, alojamiento y alimentación de afectados, y el 50 por ciento de las obras en infraestructuras y servicios. "En Valencia hay muchas más ayudas directas, mucho más detalladas y, además, mucho más rápidas", explicó Ruiz, que calificó las afirmaciones de Mazón como un "bulo" que además destila "racismo". "Da rubor escuchar algo tan zafio. Ninguna cifra, la cojas por donde la cojas, sostiene que hay algún trato preferente o más urgente allí", concluyó el periodista.

Ruiz desgranó a los oyentes el desglose de las ayudas que la Unión Europea y España destinan a Gaza. Estas incluyen "asistencia alimentaria, en agua, saneamiento e higiene, materiales para alojamiento seguro y apoyo en seguridad y dignidad para las poblaciones vulnerables". En otras palabras, son recursos básicos para la subsistencia en un contexto de emergencia humanitaria. "Es alucinante decir que esto es mejor que lo que recibe Valencia", aseguró Ruiz, añadiendo que la comparación entre ambos casos carece de fundamento: "No hay por dónde cogerlo".

Ciertamente, las ayudas estatales a la zona cero de Valencia están tardando en llegar, como también se están ralentizando las autorizadas por la Generalitat Valenciana. Pero la burocracia no debe empañar el esfuerzo que va a hacer el Estado por reconstruir las áreas arrasadas. Esta misma semana se ha sabido que el Gobierno central ha abonado ya un total de 1.169,63 millones de euros en concepto de ayudas para paliar los efectos y la destrucción causada por la riada del pasado 29 de octubre. El Ejecutivo saca pecho porque casi tres cuartas partes de las peticiones recibidas, el 71,07%, corresponden a ayudas directas. Son 831,35 millones de euros. Las ayudas directas percibidas por empresas y autónomos se sitúan en 286 millones y las directas a las familias por daños personales, enseres y viviendas, crecen hasta los 44,1 millones de euros. En este último apartado, el ritmo es menor porque solo se ha abonado el 5,62% de las peticiones recibidas. Una parte llega por el sistema de compensación de seguros. Es decir, el mayor plan de reconstrucción de la historia reciente de este país avanza, aunque de forma lenta.

Es evidente que Carlos Mazón, un cadáver político por su nefasta gestión de la dana, ha decidido cruzar un peligroso Rubicón, el que separa la decencia de la falta del más mínimo escrúpulo humano. Jugar electoralmente con algo tan sensible como el dolor de las víctimas, las valencianas y las palestinas unidas por tragedias de diferente naturaleza, pero igualmente horrendas, supone una práctica política abominable. Todo lo que tiene que ver con Mazón resulta repugnante, desde su gestión de la crisis hasta la manipulación que trata de hacer para salvar su pellejo. El gran error de Feijóo ha sido respaldar al hombre del Ventorro. Los valencianos dictarán sentencia, dando su merecido en las urnas a cada cual, en las próximas elecciones.

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