Elías Bendodo y la hipocresía política

08 de Noviembre de 2023
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Bendodo PP 1 de octubre

La condena a la violencia es un principio universal que trasciende o debería trascender ideologías y afiliaciones políticas. Sin embargo, las declaraciones de Elías Bendodo, coordinador general del PP dejan al descubierto una posible hipocresía que permea el discurso del partido. En una democracia madura como la española, los actos y palabras de los líderes políticos deben ser coherentes y reflejar los valores que promueven.

La condena selectiva y el juego de la retórica

El PP ha sido tibio y tardío en la condena a la violencia en la sede del PSOE, un acto de vandalismo que atenta contra la estabilidad democrática. No obstante, la condena de Bendodo en una entrevista concedida a TVE esta mañana, aunque necesaria, resuena con una fuerta carga de hipocresía cuando se contrasta con su crítica a la propuesta de amnistía para actos semejantes. Esto plantea la cuestión de si la violencia es solo reprobable cuando se ajusta a una narrativa política conveniente. La congruencia entre condenar y actuar se convierte en un punto focal crítico en la evaluación de la autenticidad del PP.

El PP frente al espejo de su propia crítica

Bendodo ha apuntado a la "anomalía" de negociar la investidura española fuera de las fronteras nacionales, un acto que califica como desconcertante. Sin embargo, la gestión del PP en conflictos pasados sugiere una flexibilidad en su postura cuando las circunstancias favorecen sus intereses. La memoria política no debe ser selectiva ni conveniente, y la crítica de Bendodo se torna irónica cuando se mira a través del prisma de la consistencia.

La incongruencia entre palabras y políticas

La política, en su ideal, debe ser la práctica de principios aplicados. La violencia es innegablemente condenable, pero la condena del PP, en la que no es baladí recordar que todavía no se ha escuchado de la boca del líder popular y frustrado candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, no debe quedar atrapada en la telaraña de la retórica sin sostenerse en una política consistente. Las declaraciones de condena deben ir acompañadas de un rechazo práctico y políticas que promuevan la paz y el civismo. La incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace es un déficit que el PP debe esforzarse por remediar.

La responsabilidad de liderar con el ejemplo

El PP,Bendodo como su portavoz, y ya no digamos Feijóo como máximo representante de la formación, tienen la responsabilidad de liderar con el ejemplo. La condena a la violencia debe ser una constante, no solo un refugio temporal frente a la crítica o una herramienta de ataque político.

En última instancia, la coherencia es la piedra angular de la credibilidad política. La tibia condena a la violencia por parte del PP y las declaraciones de Bendodo deben ser más que palabras; deben ser el reflejo de un compromiso intransigente con la paz y la integridad democrática.

Mientras España navega por las complejas aguas de su futuro político, es imprescindible que sus líderes ofrezcan más que condenas superficiales; deben ofrecer un ejemplo de integridad y coherencia que inspire confianza y promueva un debate político saludable y constructivo.

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