El Partido Popular, liderado por Alberto Núñez Feijóo, afina su estrategia política en respuesta a la posible renuncia o convocatoria de nuevas elecciones por parte del presidente actual, Pedro Sánchez. En un tono cada vez más crítico, Feijóo ha acusado a Sánchez de llevar a cabo una "operación de supervivencia política" y de protagonizar "un espectáculo adolescente", palabras que no solo cuestionan la seriedad del mandatario en ejercicio sino que también revelan una estrategia de descalificación personal, una maniobra deleznable y oportunista.
Durante una intervención pública, Feijóo no solo criticó a Sánchez, sino que también dejó claras sus propias aspiraciones presidenciales, afirmando que "España merece otro presidente que actúe con serenidad y con madurez" con una ausencia absoluta de empatía hacia su adversario político. Esta declaración, aunque puede sonar a promesa de mejora, en un claro intento de posicionarse como la única alternativa viable, una estrategia que parece desviar el foco de las políticas reales a las personalidades en juego.
Cuca Gamarra, secretaria general del PP, ha intensificado este discurso al postular a Feijóo como candidato en caso de elecciones, sugiriendo que están "preparados para devolverle a España lo que necesita". Sin embargo, este tipo de afirmaciones simplifican de manera excesiva los complejos problemas a los que se enfrenta España, y una muestra de confianza más que prematura en la capacidad de Feijóo para resolverlos sin un apoyo parlamentario claro, como se demostró en su investidura fallida.
Además, el PP sigue mostrando su resistencia a colaborar en la renovación del Consejo General del Poder Judicial, lo que ha llevado a un estancamiento que dura ya más de cinco años. Este bloqueo deja en evidencia un interés del PP en mantener un control sobre este órgano, demasiados políticos del PP están inmersos en causas judiciales como para perder poder. Un compromiso ausente de los populares con la independencia judicial como llevamos observando en los últimos años.
Por otro lado, la reciente carta de Sánchez ha sido objeto de ataques por parte de Gamarra, quien ha llegado a decir que el presidente "criminaliza a los jueces". Esta acusación, aunque grave, debe analizarse en el contexto de las tensiones actuales entre el ejecutivo y el poder judicial, y la interpretación que el PP hace de estas fricciones es una táctica más para deslegitimar al gobierno de Sánchez.
El comportamiento del PP y de Feijóo en las últimas semanas revela no solo una estrategia agresiva de posicionamiento político, sino también un enfoque que prioriza la ascensión al poder por encima de la propuesta de soluciones concretas a los problemas reales de los ciudadanos. En un momento en que España se enfrenta a desafíos significativos tanto a nivel nacional como internacional, sería prudente cuestionar si la ambición política está eclipsando el bienestar general y la estabilidad del país, en el caso del PP está claro cuales son sus prioridades.