Moreno Bonilla suena ya como recambio de Feijóo si el sanchismo resiste

06 de Junio de 2024
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Moreno Bonilla no ha visto con buenos ojos que se adelante antes de las elecciones europeas la noticia de un pacto de cogobierno con Vox en Sevilla.

Por Madrid corre un intenso runrún: el PP podría estar buscándole ya un recambio a Feijóo si los resultados de estas elecciones europeas no son los apetecidos. Y, más que el nombre de Isabel Díaz Ayuso, suena otro con fuerza: Juanma Moreno Bonilla. ¿Hay motivos para la preocupación en Génova 13? Sin duda. Con la que está cayendo sobre Moncloa, con el supuesto escándalo de Begoña Gómez en pleno auge (que algunos quieren convertir, exageradamente, en el caso Gürtel del PSOE), con toda la caverna mediática, judicial y política a pleno rendimiento para derribar el sanchismo, llama poderosamente la atención que la diferencia entre populares y socialistas sea mínima, tal como revelan todas las encuestas.

Es evidente que la estrategia política de Feijóo, navegar entre dos aguas entre una supuesta moderación que no existe y un mayor radicalismo próximo a Vox, no le está dando resultado. El votante del PP está confundido en un tiempo de turbulencias. No sabe a qué atenerse. ¿Estamos en el centro o echados al monte con Abascal?, se preguntan. Y en Génova cunde la preocupación. No solo porque a estas alturas de la película el PP debería sacarle veinte puntos al PSOE, como ocurre en otros países europeos donde la derecha está arrasando al socialismo, sino porque la coherencia de contenidos ideológicos brilla por su ausencia. A todo ello se suma que Feijóo lo ha apostado todo al caso Begoña Gómez con la esperanza de darle la estocada definitiva al sanchismo sin tener en cuenta que la jugada puede salirle mal en el caso de que la izquierda decida movilizarse masivamente. Ya hay quien dice que poner en la diana a la esposa del presidente antes de las elecciones ha sido un error, un tiro en el pie de Feijóo, acostumbrado a meterse en jardines y charcos inoportunos en cada convocatoria electoral.

Es cierto que el feijoísmo ha logrado apuntalar feudos autonómicos en Madrid, Andalucía, Galicia y Murcia, entre otras regiones, pero lo hace a costa de entregarse en brazos de la extrema derecha, algo que repudia el votante bipartidista moderado, ese que vota PP o PSOE según la coyuntura. También Casado mantuvo buena parte del poder local y no le sirvió de nada, ya que Moncloa se le resistía una y otra vez como se le resiste ahora al actual dirigente gallego.

Así las cosas, el barón andaluz Moreno Bonilla sería el preferido por la línea oficialista/continuista del partido, mientras que los alternativos, antisistema, trumpizados, destroyer o voxizados prefieren a Ayuso. De la M30 para adentro, la diva arrasa; pero en las periferias, en el PP valenciano, gallego, andaluz o catalán, la lideresa no es la primera opción. España es diversa, hasta en el mundo de la derecha, y el centralismo madrileño no casa con el estilo de algunas baronías populares. De modo que hay tensión en el partido por un futuro incierto mientras la extrema derecha avanza en toda Europa. Quedarse atrás, a remolque de los vientos de la historia, podría resultar fatal para el PP. ¿Mantenerse en la moderación, en el centro político, o seguir con la deriva exaltada que solo lleva a echarse al monte? Esa es la cuestión.

En algunos documentos internos de Ferraz ya se habla de un Feijóo como un líder tutelado. “La derecha no genera confianza y su candidato pierde credibilidad mes a mes desde que llegó al cargo”, aseguran circulares internas que corrieron ya en las últimas elecciones autonómicas y municipales. La consigna está clara: el jefe de la oposición es cada día más débil pese a que el poder autonómico está teñido de azul. Además, los socialistas están convencidos de que el recambio de Feijóo, caso de resultado insatisfactorio, llegará de la mano de la presidenta de la Comunidad de Madrid o del andaluz Moreno Bonilla, los puntales más robustos del nuevo PP.

Por descontado, desde Génova 13 se ningunean estas previsiones, a las que no dan credibilidad. “Ya quisiera Sánchez tener la mitad de apoyo de Emiliano García-Page y de Javier Lambán que Feijóo de Ayuso y Moreno”, aseguran fuentes del partido. Pese a que se cierran filas en torno al líder, las quinielas siguen circulando por los despachos. Esas quinielas secretas han estado ahí desde que Pablo Casado empezó a ser cuestionado y también después, cuando Feijóo se hizo cargo de las riendas del partido. Muchos siguen viendo al presidente gallego como un político de la vieja escuela superada, una reliquia del pasado que ya no se lleva tras la revolución ultraconservadora que recorre el mundo. Alguien que, pese a su pátina de ganador, sigue estando en la oposición. Estos, los duros, no comulgan con su perfil propio de la derechita cobarde, no le perdonan casi nada al vigente líder, mucho menos que haya lanzado un guiño a Carles Puigdemont para iniciar los trámites de una moción de censura contra Sánchez en la que, supuestamente, según los planes de la dirección nacional, estarían PP, Vox y Junts. Si esa traición llegara a consumarse, si Feijóo llegara a pactar con el prófugo de la Justicia, sería su final político. Entre Ayuso y Abascal se lo comerían vivo. Ya se lo ha advertido claramente la lideresa castiza: “No debemos cometer errores en esta campaña”. El error, claro está, es hacer ofrecimientos de pactos al expresident catalán, a quien en el mundo ultra se considera poco menos que el Anticristo de España.

Sin duda, frente a los más cafeteros, Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de Andalucía, se erige como el favorito para suceder al líder conservador al frente del Partido Popular. Algunos hablan ya de 'fenómeno Bonilla', un político no demasiado dado a los focos y a la polémica que, a fuerza de trabajarse el centro, y al votante rebotado del PSOE, ha conseguido afianzarse como un líder sólido. Su baronía se ha asentado en un supuesto discurso basado en la sensatez, que en realidad no es tal, ya que sus políticas siguen siendo igual de retrógradas que siempre. Para la historia quedó su nefasta gestión ante la UE cuando quiso convertir el parque natural de Doñana, la última joya ecológica de Andalucía, en un campo para el cultivo del fresón.

Feijóo no está tranquilo, su corona no está asegurada, ni mucho menos. Hay runrún y los planes para su sustitución están en marcha. Tiene que ganar con claridad, no valen unas décimas sobre el PSOE ni un pírrico empate técnico, que sería tanto como un bluf. El domingo hablarán las urnas. Y también las voces internas del partido, siempre atentas a cada examen electoral del gallego más cuestionado.

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