La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, ha confirmado que el comité federal del partidocomité federal del partido —máximo órgano entre congresos— que se celebra este sábado marcará un punto de inflexión para la formación. Según ha anunciado, el partido va a aprobar un conjunto de medidas destinadas a combatir con firmeza dos lacras que han dañado su credibilidad: la corrupción y el machismo estructural.
El anuncio se produce en medio de una tormenta política generada por la entrada en prisión del exsecretario de Organización socialista Santos Cerdán, implicado en una presunta trama de corrupción junto a José Luis Ábalosy Koldo García, antiguos hombres fuertes del partido. Narbona ha admitido con claridad que este escándalo ha causado un “enorme daño” tanto en el PSOE como en la confianza de la ciudadanía, por lo que considera urgente ofrecer una “respuesta política” sólida y visible.
Además, ha dejado claro que espera que estas decisiones sirvan también para calmar las tensiones con Sumar, el socio minoritario de la coalición de Gobierno, que en los últimos días ha reclamado abiertamente un giro hacia políticas sociales de mayor impacto y medidas contundentes contra la corrupción como condición para sostener la legislatura.
Un nuevo enfoque en la cúpula del partido
Una de las claves de esta nueva etapa que Narbona ha querido destacar es el relevo en la secretaría de Organización del PSOE. Rebeca Torró, diputada y exsecretaria autonómica en el Gobierno valenciano, ha sido elegida para ocupar ese cargo estratégico. Narbona ha subrayado que esta elección representa “un cambio de enfoque”, no solo por tratarse de una mujer en un puesto de enorme influencia, sino porque se plantea una nueva estructura descentralizada que pretende introducir mayores contrapesos.
“El hecho de que haya una mujer al frente de Organización permite afrontar una cultura política distinta, más equitativa, menos personalista y más participativa”, ha defendido Narbona. Para reforzar este modelo, Torró contará con tres personas adjuntas: Anabel Mateos, Francisco Salazar y Borja Cabezón. Según la presidenta del PSOE, esta nueva distribución de responsabilidades evitará la acumulación de poder que ha caracterizado etapas anteriores y que, en su opinión, facilitó dinámicas nocivas dentro del partido.
Ha recordado también que ya en el pasado una mujer, Leire Pajín, ocupó ese mismo cargo, y lo hizo en un contexto “muy marcado por el machismo”, lo que en su opinión dejó secuelas. Narbona ha insistido en que hoy el contexto debe ser otro y que el PSOE tiene que liderar el cambio cultural desde dentro, predicando con el ejemplo.
Sumar presiona y el PSOE responde
El paquete de medidas que se presentará en el comité federal incluirá propuestas tanto para mejorar el funcionamiento interno del partido como para avanzar en la agenda legislativa del Gobierno. Pedro Sánchez, según ha adelantado Narbona, se encargará de detallar algunas de esas iniciativas en su comparecencia del próximo 9 de julio en el Congreso. Será un momento clave para comprobar si los anuncios logran aplacar las críticas y devolver la iniciativa al Ejecutivo.
Desde Sumar, los llamamientos a “rearmar políticamente la legislatura” han sido cada vez más insistentes. La formación de Yolanda Díaz ha advertido de que no basta con cambios internos en el PSOE y exige medidas concretas que beneficien a la mayoría social: desde un nuevo paquete de vivienda hasta reformas fiscales progresivas. Narbona ha evitado entrar en polémicas, pero sí ha subrayado que las decisiones del comité federal “tendrán impacto nacional” y que el PSOE está dispuesto a asumir su responsabilidad en el momento político actual.
El reto de recuperar la confianza
Las últimas encuestas publicadas reflejan un cierto desgaste del PSOE tras el estallido del caso Koldo. La caída es leve pero constante, y ha generado preocupación en las filas socialistas, especialmente en las federaciones con más exposición electoral. Narbona, sin embargo, ha querido transmitir un mensaje de tranquilidad: “Estoy convencida de que vamos a remontar. La ciudadanía valora la honestidad y la capacidad de corregir errores. Lo peor sería quedarse inmóviles”.
Además, ha defendido que no existe financiación irregular en el partido, y que los casos que han salido a la luz responden a comportamientos individuales, no a una trama organizada desde las estructuras centrales. “No hay cajas B, ni comisiones del partido, ni financiación ilegal. Lo que hay es una actuación intolerable por parte de unas personas que abusaron de su posición”, ha recalcado.
Ese matiz es importante para el PSOE, que intenta cortar cualquier paralelismo con la corrupción sistémica que afectó durante años al PP. En esa estrategia de diferenciación, el papel de Narbona es clave: su imagen de integridad y su vinculación con sectores progresistas sirven como un escudo moral en estos momentos difíciles.
Una legislatura en juego
Más allá del partido, lo que está en juego es la estabilidad del Gobierno y la legislatura. Con el Congreso más fragmentado de la historia reciente, la coalición necesita recuperar apoyos para sacar adelante medidas clave. Las presiones de Sumar, de los socios parlamentarios y de una oposición en modo ofensiva obligan al PSOE a moverse rápido y con claridad.
El comité federal de este sábado puede marcar un antes y un después. No solo por las decisiones que se adopten, sino por el tono, el mensaje y la actitud que transmita el partido a la sociedad. Narbona, que ha estado en momentos claves del PSOE durante las últimas décadas, sabe que no basta con los gestos. Ahora hace falta credibilidad. Y eso, en política, solo se consigue con hechos.
El reto es mayúsculo: limpiar el nombre del partido, retomar la agenda progresista y evitar que la corrupción se lleve por delante una legislatura que aún puede ofrecer mucho. El primer paso empieza este sábado. Y no hay margen para el error.