La financiación autonómica se ha convertido en un campo de batalla para el Partido Popular (PP), no solo contra el Gobierno central de Pedro Sánchez, sino también dentro de su propia estructura. En medio de la creciente tensión, varios presidentes autonómicos del PP no descartan tomar medidas contundentes para expresar su descontento. Entre ellas, la posibilidad de salir a las calles en protesta por lo que consideran una falta de atención a las necesidades de sus comunidades, desafiando incluso las directrices de su líder, Alberto Núñez Feijóo.
La fractura dentro del PP
Alberto Núñez Feijóo, líder del PP y firme defensor de un sistema de financiación autonómica multilateral, ha rechazado rotundamente la financiación singular pactada para Cataluña entre el Partido Socialista (PSC) y Esquerra Republicana (ERC). Para Feijóo, “lo que es de todos se decide entre todos”. Esta posición ha sido repetida en múltiples ocasiones, destacando su defensa de la equidad entre las comunidades autónomas y su rechazo a cualquier tipo de privilegio.
Sin embargo, sus palabras no parecen haber apaciguado las crecientes tensiones entre los llamados "barones" del PP, que se sienten directamente afectados por la falta de soluciones a los problemas financieros de sus territorios. Figuras como Carlos Mazón (Valencia), Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León), y Fernando López Miras (Murcia) han levantado la voz para exigir acciones concretas, y han sugerido que la calle podría ser el próximo escenario para expresar su desacuerdo.
Manifestaciones en el horizonte
Aunque Feijóo ha evitado hablar directamente de manifestaciones, los presidentes autonómicos de su partido han sido menos ambiguos. Carlos Mazón, líder del PP en la Comunidad Valenciana, una de las regiones más afectadas por la infrafinanciación, ha asegurado que "iremos hasta donde haga falta", y no descarta movilizaciones para defender los intereses de su comunidad. Mazón ha subrayado que las decisiones que se tomen sobre la financiación autonómica impactarán en áreas sensibles como la sanidad, la educación y los servicios sociales, esenciales para el bienestar de casi cinco millones de valencianos.
En la misma línea, el presidente de Murcia, Fernando López Miras, ha defendido el derecho de la ciudadanía a manifestarse si consideran que las decisiones del Gobierno central les perjudican. La posible “financiación singular” para Cataluña ha sido vista por López Miras como un ejemplo claro de desigualdad que “rompe la igualdad” entre los españoles.
Por su parte, Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León, ha preferido mantener una posición más cauta, afirmando que, aunque no descarta las movilizaciones, prefiere agotar antes las vías institucionales. No obstante, su mensaje es claro: la igualdad y la solidaridad entre las regiones deben ser el eje central de cualquier negociación sobre financiación autonómica.
Feijóo, atrapado entre dos fuego
La postura de Feijóo de mantener un frente multilateral y no ceder ante acuerdos bilaterales específicos ha generado un malestar palpable entre los dirigentes autonómicos de su propio partido. Esta situación coloca al líder del PP en una posición delicada: mientras trata de mantener la cohesión interna, debe al mismo tiempo enfrentarse a un Gobierno central que busca acuerdos con partidos regionales para asegurar la estabilidad.
Feijóo ha advertido que Pedro Sánchez pretende “fisurar” las ideas de los presidentes del PP en cuanto a financiación autonómica, y ha señalado que el Gobierno central está utilizando este tema como una herramienta política para dividir al partido. Sin embargo, estas acusaciones no han servido para mitigar las crecientes tensiones entre los líderes autonómicos, que ven cómo sus territorios siguen sin recibir una solución justa y equitativa a sus problemas de financiación.
¿Hacia una rebelión interna?
La amenaza de movilizaciones por parte de los barones del PP no solo representa un desafío directo al Gobierno central, sino también a la autoridad de Feijóo dentro de su propio partido. Si bien todos los líderes regionales coinciden en su rechazo al acuerdo de financiación para Cataluña, la falta de una solución clara y el riesgo de que sus comunidades queden aún más desatendidas están impulsando a algunos de ellos a considerar medidas más extremas.
Este escenario abre una posibilidad preocupante para el PP: una fractura interna que podría debilitar su capacidad para presentarse como una alternativa sólida al actual Gobierno de Pedro Sánchez. Si los líderes autonómicos siguen adelante con sus amenazas de protestas, Feijóo podría encontrarse luchando no solo contra el Gobierno central, sino también contra sus propios compañeros de partido.
La financiación autonómica, un tema explosivo
La cuestión de la financiación autonómica es un tema extremadamente delicado en España, donde las diferencias entre las regiones en términos de población, necesidades económicas y recursos son significativas. Cualquier decisión en este ámbito tiene un impacto directo en la vida cotidiana de los ciudadanos, especialmente en servicios fundamentales como la sanidad y la educación. Para los líderes autonómicos del PP, la idea de que una región como Cataluña reciba un trato preferente es inaceptable, y no están dispuestos a permanecer en silencio.
En definitiva, la postura de los presidentes autonómicos del PP de no descartar salir a la calle para protestar refleja el nivel de frustración y la gravedad de la situación. Mientras Feijóo sigue apostando por el diálogo y la negociación multilateral, sus barones podrían estar preparándose para tomar un camino diferente, poniendo a prueba la unidad y la fortaleza del Partido Popular en uno de los momentos más delicados de la política española reciente.