Uno de los principales problemas para la ciudadanía española es la crisis de la vivienda. Tal y como hemos analizado en Diario16+, las soluciones que todos los partidos políticos están dando están marcadas por un claro sesgo ideológico pero sin entrar a resolver, ni el problema principal ni las causas fundamentales del mismo.
Tanto el PP como el PSOE han hecho públicos sus proyectos o iniciativas. Hoy mismo el presidente del Gobierno ha anunciado una exención del 100% del IRPF a los propietarios que pongan sus viviendas en el mercado del alquiler según el índice de referencia aprobado por el Ejecutivo. Además, Pedro Sánchez ha adelantado la aprobación de un nuevo PERTE financiado con fondos europeos que se dedicará a la construcción de nueva vivienda.
Por su parte, el Partido Popular ha anunciado medidas que sólo servirán para aumentar los movimientos especulativos y la creación de burbujas inmobiliarias que, finalmente, serán más problemáticas que otra cosa, tal y como se ha podido comprobar a lo largo de la historia más reciente.
Desde la extrema izquierda se han criticado duramente las medidas adoptadas por el gobierno y se apuesta por ejecuciones radicales como la expropiación forzada de vivienda para fondos buitre y de inversión. Podemos, a través de su portavoces Pablo Fernández y María Teresa Pérez, ha advertido al PSOE de que «están jugando con fuego» en lo que respecta a la vivienda y ha acusado al gobierno de plantear sólo «medidas efectistas» y vacías ante la actual crisis de vivienda.
Además, han lanzado una dura advertencia: sólo votarán a favor de los Presupuestos Generales del Estado si el Ejecutivo de Sánchez interviene el mercado con una bajada del 40% del precio del alquiler, expropiación del uso de la mitad de los inmuebles en manos de fondos de inversión para poner esas viviendas en el ámbito del alquiler social, la prohibición de compraventa de viviendas que no sean para uso residencial.
Podemos sabe que el gobierno de Pedro Sánchez o, al menos, el PSOE, no puede hacer frente a estas medidas en su versión más maximalista.
Además, la formación morada ha señalado que los rentistas y los fondos buitre se frotan las manos con las medidas propuestas por el PSOE y el PP porque «parece que anuncian cosas diferentes, pero siempre van a los mismos bolsillos».
Por su parte, la extrema derecha hace populismo de esto, como no podía ser de otro modo. Sin embargo, ya en el mes de octubre lanzó un análisis que sorprendió a muchos. Carlos Hernández Quero, portavoz de Vivienda de Vox en el Congreso de los Diputados, afirmó que la ley del suelo del PSOE tiene «elementos de interés» y un diagnóstico correcto de las necesidades del sector. Sorprendente, cuanto menos.
Sin embargo, lo que queda demostrado en los sucesos de los últimos días es que la vivienda se ha convertido en una nueva arma de lucha política cuando los políticos están obligados a encontrar la solución a uno de los principales problemas de la ciudadanía española. Por tanto, si ya ha entrado en la trinchera, la vivienda será una nueva crisis que no se resolverá, porque el gobierno central podrá decidir una cosa, pero la competencia de vivienda está en las comunidades autónomas, la gran mayoría de ellas contrarias al Ejecutivo. En consecuencia, los ciudadanos verán cómo se habla de sus problemas, cómo se insultan con sus problemas, pero que, nuevamente, no se resolverán sus problemas.