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¿Quién Gana y Quién Pierde en el Sistema de Financiación Autonómica en España?

El Debate sobre la Financiación Autonómica: ¿Equidad o Desigualdad?

Agustín Millán
Agustín Millánhttp://pompona22.wixsite.com/agustinmillan
Foto periodista especializado en manifestaciones y actos sindicales. Desde 2011 fotografiando la crisis más dura de la historia moderna. Responsable de redes sociales de la Cumbre Social España. Fotógrafo con 5 campañas electorales entre ellas la de Manuela Carmena y la de Enrique Santiago en IU Madrid.
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análisis

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El debate sobre la financiación autonómica en España se ha visto inundado de consignas y argumentarios políticos que oscurecen la comprensión de cómo realmente funciona este complejo sistema. Frases como «España nos roba» o «Se rompe España» se repican en el discurso político cada cierto tiempo. ¿Pero que sabemos realmente sobre la financiación autonómica?

Para poder tener una opinión es necesario aclarar las cifras. Para conocer cómo funciona, debes seguir leyendo. Te explicamos cómo funciona el sistema de financiación autonómica, que en realidad se compone de dos regímenes distintos: el régimen foral o de concierto y el régimen común.

Dos sistemas de financiación

España cuenta con dos sistemas de financiación autonómica: el régimen foral, que se aplica a Euskadi y Navarra, y el régimen común, utilizado por el resto de las comunidades autónomas. Esta dualidad en el sistema crea un primer punto de debate, ya que, aunque se dice que todas las autonomías son iguales, en la práctica, Euskadi y Navarra tienen un trato financiero privilegiado. Los partidos independentistas catalanes, principalmente aprovechan esta disparidad para demandar un sistema similar para sus comunidades.

El régimen común

En el régimen común, el Estado central recauda impuestos como el de Sociedades, que pagan las empresas, y distribuye parte de los ingresos de otros impuestos entre las comunidades autónomas. Concretamente, el 50% del IRPF y del IVA, el 58% de los impuestos especiales, y el 100% de otros impuestos como los de matriculación, patrimonio y sucesiones son cedidos a las autonomías.

El dinero recaudado se coloca en un fondo común y se reparte entre las autonomías basándose en una «población ajustada«, que toma en cuenta factores como:

  • La proporción de población mayor de 65 años.
  • El número de personas en edad escolar.
  • La población protegida por el sistema sanitario.
  • La dispersión geográfica de la población.

Este reparto es objeto de intensas disputas cada vez que se revisa el sistema, algo que no ha sucedido desde 2009 debido a las controversias generadas por la última reforma.

Fondos y repartos

En 2009 se creó el Fondo de Garantía de Servicios Básicos Fundamentales y otros tres fondos para reequilibrar las diferencias: los fondos de Suficiencia, Cooperación y Competitividad. Actualmente, Madrid, Cataluña y Baleares son las únicas comunidades que aportan más de lo que reciben, contribuyendo con aproximadamente 9.000 millones de euros al fondo común. Madrid, por ejemplo, aporta el 24% de lo que recauda, Cataluña el 9% y Baleares el 8%.

Los ejes básicos del nuevo sistema son:

  • El refuerzo de las prestaciones del Estado del Bienestar.
  • El incremento de la equidad y la suficiencia en la financiación del conjunto de las competencias autonómicas.
  • El aumento de la autonomía y la corresponsabilidad.
  • La mejora de la dinámica y la estabilidad del sistema y de su capacidad de ajuste a las necesidades de los ciudadanos.

Por otro lado, comunidades como Andalucía, que recibe 4.900 millones al año, y la Comunitat Valenciana o Murcia, que reciben alrededor de 700 millones, se quejan del sistema desigual. En esencia, todas las autonomías quieren pagar menos y recibir más, un sentimiento compartido independientemente de su régimen financiero.

El régimen foral

El régimen foral, exclusivo de Euskadi y Navarra, les permite recaudar todos sus impuestos y pagar al Estado central una cantidad acordada conocida como el «cupo» vasco o la «aportación« navarra. Este sistema ha sido criticado por su opacidad y por ofrecer ventajas financieras significativas a estos territorios. Un ciudadano vasco, por ejemplo, recibe el doble de financiación por habitante en comparación con uno de Baleares o Cataluña.

A pesar de las críticas, no ha habido reformas significativas en el sistema de financiación autonómica desde 2012. Un libro blanco para reformar el sistema, que ha estado pendiente desde 2017, sigue sin implementarse. El Gobierno central planea abrir el debate para revisar el modelo de financiación basado en una propuesta de 2021, la cual fue rechazada en masa por las autonomías debido a sus diferencias intrínsecas.

Reparto de Recursos entre Comunidades

El sistema de financiación autonómica garantiza que todas las comunidades autónomas reciban recursos para cubrir sus gastos en servicios públicos esenciales. Según el informe de Fedea sobre la liquidación de 2021, las comunidades receptoras recibieron un total de 20.000 millones de euros, de los cuales 11.000 millones provinieron del Estado central y 9.000 millones de las autonomías con mayores rentas per cápita: Madrid, Cataluña y Baleares.

Ingresos y Receptores

  • Andalucía: Recibe aproximadamente 4.900 millones de euros al año.
  • Comunitat Valenciana: Recibe alrededor de 700 millones de euros.
  • Murcia: También recibe cerca de 700 millones de euros.
  • Canarias: Los recursos recibidos superan el 50% de sus ingresos tributarios.
  • Extremadura: Más del 40% de sus ingresos tributarios provienen de estos fondos.
  • Galicia, Castilla y León, Asturias: Estas comunidades, que están más despobladas, también reciben una proporción significativa de sus ingresos a través de este sistema.

Estas transferencias se ajustan en función de la «población ajustada», lo que significa que las comunidades con mayores necesidades demográficas y geográficas reciben más fondos para garantizar la prestación adecuada de servicios públicos.

Posiciones de las autonomías

Las comunidades autónomas están divididas en sus posturas sobre la financiación. Las más despobladas, como Castilla y León, Galicia y Asturias, piden que se dé más peso a factores como el envejecimiento y la dispersión geográfica en el reparto de fondos. En contraste, comunidades como Valencia, Murcia y Andalucía, que son las peor financiadas, junto con Madrid, abogan por un sistema que priorice el total de habitantes.

Baleares y Canarias, por su parte, defienden la consideración de su insularidad, mientras que Cataluña demanda mayor autonomía y un trato financiero ad hoc. Esta diversidad de posiciones refleja las complejidades y desafíos en la reforma del sistema de financiación autonómica.

Es urgente una reforma

El sistema de financiación autonómica en España es complejo y genera tensiones políticas y territoriales. Aunque el objetivo es garantizar que todas las comunidades puedan ofrecer servicios públicos en condiciones similares, las diferencias en las contribuciones y los beneficios recibidos alimentan el debate sobre la equidad y la justicia del sistema.

La reforma de este sistema es urgente, pero encontrar un consenso entre las distintas comunidades, cada una con sus propias necesidades y demandas, es una tarea ardua. Mientras tanto, el debate sobre si «España nos roba» o «se rompe España» continuará siendo una herramienta política que resuena más en los discursos que en las realidades financieras de las autonomías.

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