Ganar espacio para la infancia en las ciudades es un reto global. En las últimas décadas, la configuración urbana ha expulsado a niñas y niños de las calles, según los ecologistas. La situación es tan grave que el 68 % del espacio público en las ciudades está ocupado por coches, parados o en movimiento. Una situación que no sólo tiene implicaciones de uso del espacio sino también graves efectos para la salud infantil.
Por ello, en toda Europa se están poniendo en marcha iniciativas para devolver el espacio público a la infancia, con diferentes programas de calles escolares. Un ejemplo es París, donde se planea recuperar el espacio delante de 300 escuelas para 2026, y pacificar 100 más.
Iniciativas en España
Por otro lado, en España ha habido y hay diferentes programas locales para proteger las escuelas y recuperar la calle para la infancia. Algunas de ellas han sido paralizadas o ralentizadas, como el programa Protegim Les Escoles (en Barcelona). En algunas ciudades, como Madrid o Valladolid, se han aprobado ordenanzas de movilidad y ZBE que no sólo no protegen a la infancia, sino todo lo contrario, ampliando exenciones de acceso para llevar a los niños al colegio en coche. En palabras de Carmen Duce, coordinadora de la campaña Clean Cities, “estas exenciones son un sinsentido y presentan, además, serios problemas prácticos para controlar su aplicación”.
A pesar de estos retrocesos en la aplicación de las medidas, la evaluación realizada en Barcelona del programa Protegim Les Escoles es muy clara: las niñas y niños, las familias y el profesorado, así como el vecindario, valoran muy positivamente las actuaciones realizadas. La evaluación del programa de Barcelona destaca un aspecto clave: las calles mejor valoradas y aceptadas por la comunidad son aquellas en las que la pacificación ha sido total. Medidas limitadas, como ensanchar las aceras o incorporar elementos disuasorios, pero sin cortar completamente el tráfico, no son percibidas por las familias como medidas seguras ni efectivas.
A esta misma conclusión es a la que llega la plataforma La Rue est à Nous, en París, y el colectivo Mums for Lungs, en Londres: los entornos escolares deben estar libres de humos, ruidos y coches. Los cortes temporales son una medida cosmética que no resuelve el problema.
Para la campaña Clean Cities, de la que forma parte Ecologistas en Acción, la salud de la infancia debe ser una prioridad. Su derecho a la ciudad, también.
La contaminación del tráfico en Europa causa el 33 % de los casos de asma infantil y aumenta el riesgo a padecer esta dolencia en un 45 %. Una parte importante de este aire tóxico que respiran sucede en el camino de ida y vuelta al colegio.
Asociaciones de madres y padres y familias de estudiantes, profesorado, organizaciones en defensa de la infancia y ecologistas demandan la implantación de Zonas de Bajas Emisiones efectivas (ZBE) para mejorar la calidad del aire y recuperar el espacio público.