El agua que sale de nuestro grifo parece infinita hasta que lo cerramos. Y cualquier cosa que tiramos ya no es nuestro problema, una vez que no podemos verlo. Sin embargo, con la creciente demanda de agua, su escasez y el impacto devastador del cambio climático, "es imperativo que reconsideremos nuestro enfoque de la gestión de aguas residuales". Así de contundente es el contenido del informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), “Aguas residuales: convertir el problema en solución”, que insta a "cambiar nuestra percepción de las aguas residuales de ser un problema al final del proceso a una oportunidad para una economía circular".
Nuevas vías para la generación de energía
Según el informe, el tratamiento de aguas residuales genera cinco veces más energía que la energía utilizada durante el proceso de tratamiento. Este hallazgo abre nuevas vías de generación de energía, ya que las aguas residuales pueden tratarse para producir biogás, calor y electricidad. Las aguas residuales tratadas proporcionan medios eficaces para satisfacer la demanda de energía y, al mismo tiempo, reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Además de su papel en la generación de energía, el tratamiento de aguas residuales también puede generar fertilizantes de alta calidad.
El fertilizante de orina concentrada llega al mercado
Estas son algunas de las cuestiones que se han abordado respecto al futuro de las aguas residuales, con motivo de la "Semana Mundial del Agua". Allí, Daniel Ddiba, uno de los autores del informe, presentó una solución de orina concentrada disponible tanto en forma líquida como en polvo. Esta solución innovadora se puede utilizar como fertilizante agrícola y ya está disponible en el mercado.
Han pasado más de 10 años desde la publicación del “Informe Sick Water ”, un documento que analizó las amenazas y los desafíos que plantean las aguas residuales ilegales y no reguladas. Aunque ha habido algunos avances, se siguen liberando al medio ambiente cantidades importantes de aguas residuales sin tratar. Las aguas residuales contribuyen de manera importante a la pérdida de biodiversidad y representan una amenaza importante para la salud y los ecosistemas.
Tres áreas de acción clave
El informe destaca tres áreas de acción fundamentales: reducir el volumen de aguas residuales producidas; prevenir y reducir la contaminación, y gestionar de forma sostenible las aguas residuales para la recuperación y reutilización de recursos.
Daniel Ddiba explica que "para transformar completamente las aguas residuales en un recurso valioso necesitamos comunicar mejor los problemas relacionados con las aguas residuales y encontrar nuevas formas convincentes de cambiar nuestro comportamiento para garantizar que el tratamiento de las aguas residuales se tome en serio. Encontrar enfoques innovadores y comunicar eficazmente la importancia de la gestión de aguas residuales es crucial para avanzar".