El informe "Banking on Climate Chaos", elaborado por varias organizaciones -entre ellas, Banktrack, RAN o Reclaim Finance-, y presentado en el Estado español por Ecologistas en Acción, efectúa una clasificación de las mayores inversiones en energía fósil de grandes bancos a nivel mundial desde 2016, año en que entró en vigor el Acuerdo de París.
Pese a los compromisos adquiridos, las inversiones de los 60 mayores bancos del mundo en empresas que realizan negocios con combustibles fósiles han alcanzado los 705.000 millones de dólares en 2023. Esto eleva el total desde el Acuerdo de París a 6,9 billones de dólares.
El Banco Santander es un habitual de este tipo de informes y un año más se sitúa en las partes más altas del ranking, en la posición 31 de un total de 60 bancos. A pesar de la crisis climática ha realizado su inversión más alta desde 2016, alcanzando los 14.544 millones de dólares en 2023. Esto indica que ha incrementado un 77 % sus inversiones en la industria fósil respecto al 2022. En total son 79.881 millones de dólares desde el año 2016 destinados al negocio de los combustibles fósiles.
Por su parte, el BBVA ocupa el puesto 39 de la lista. En el año 2023 prácticamente ha mantenido sus inversiones (7.182 millones de dólares) con respecto a 2022. Con un total acumulado desde 2016 de 67.136 millones de dólares.
El informe destaca que el sector del gas fósil licuado (GNL) es uno de los que más está creciendo. En 2023, las empresas del sector recibieron 121.000 millones de dólares de los bancos analizados, una cifra ligeramente superior a los 116.000 millones de 2022.
Unos datos que Ecologistas en Acción considera alarmantes, porque aunque el GNL se está vendiendo como un combustible limpio, es un combustible fósil y estudios recientes han comprobado que tiene un mayor impacto en el clima de lo que se pensaba. El gas fósil está formado principalmente por metano: un potente gas de efecto invernadero hasta 86 veces más dañino que el dióxido de carbono, en base a un periodo de 20 años.
Los reyes del fracking
El Banco Santander es el tercer banco a nivel mundial que más está financiando el sector del GNL, con un total de 6.821 millones de dólares en 2023 (18.588 millones desde 2016). El informe también revela que el Santander está financiando el sector del gas de fractura hidráulica (fracking), una técnica de extracción devastadora para la salud de las comunidades y el clima, con un total de 455 millones en 2023 (2.652 millones desde 2016).
Además, en 2023 el Banco Santander sigue financiando extracciones de combustibles fósiles en ecosistemas vulnerables como son el marino, el ártico y el amazónico. Las perforaciones en alta mar son realmente arriesgadas y pueden devastar el medio marino, así como afectar las comunidades que dependen de la pesca. Banco Santander está entre los seis primeros del ranking con una inversión de 166 millones en el año 2023, con un total de 4.685 desde 2016. No obstante, ocupa el quinto puesto como banco del mundo en inversión en proyectos de extracción en el Amazonas, habiendo invertido 35 millones en 2023, un acumulado de 1.065. En el Ártico, invirtió 33 millones en 2023. Y sigue financiando el carbón con un total de 232 millones en 2023 y 2.026 desde 2016.
Ecologistas en Acción ha denunciado que los resultados de este informe subrayan la necesidad de que los bancos apliquen inmediatamente políticas que pongan fin a su financiación de la expansión de los combustibles fósiles y comiencen a eliminar su apoyo por completo. "Los compromisos suscritos por Banco Santander en los últimos años para tratar de minimizar su impacto en la crisis climática son totalmente insuficientes".
La organización ecologista remarca que "cada euro que un banco siga invirtiendo en esta industria nos aleja más aún de la meta del 1,5 ºC. Bancos como el Santander deben aplicar medidas drásticas y dejar de financiar proyectos nocivos para el planeta y las personas".