El acuerdo EU-Mercosur acaba de firmarse tras años de negociaciones a puerta cerrada a pesar del rechazo recientemente expresado por más de 400 organizaciones de todo el mundo en una declaración conjunta contra la firma del tratado.
Según los colectivos ecologistas, "el acuerdo comportará grandes beneficios para las multinacionales a un gran coste humano y ambiental. Como ya mostró un informe realizado por Ecologistas en Acción y Entrepobles en 2022, se trata de un acuerdo neocolonial que supone acentuar el papel de los países del Mercosur como exportadores de materias primas de todo tipo, especialmente las agropecuarias, lo que aleja aún más cualquier esperanza de Soberanía Alimentaria a ambos lados del Atlántico y dificulta posibles estrategias futuras para el desarrollo de un comercio justo entre ambas regiones.
Por su parte, Europa aumentaría la exportación de productos industriales, incluyendo pesticidas peligrosos cuya utilización está prohibida en la UE y otros bienes de consumo como coches o maquinaria agrícola, desarticulando el tejido industrial interno de esa región sudamericana.
El acuerdo, dice Ecologistas en Acción, "viene a reforzar una relación comercial colonial y extractivista que agravará las desigualdades sociales, fomentará la deforestación, acelerará la crisis climática y aumentará el riesgo de desplazamiento de pueblos y violaciones de derechos humanos".
En este contexto, afirman que la UE, "que dice defender la transición verde, está dispuesta a hacer negocios con Argentina, con un presidente como Milei de extrema derecha negacionista de toda la problemática ecológica y social. La firma del acuerdo comercial UE–Mercosur que ya de por si perjudica el medio ambiente y las condiciones sociales en ambos bloques signatarios es directamente dar otro impulso hacia el abismo".
El acuerdo deberá ser ratificado en Europa y en los países del Mercosur. En la UE, el acuerdo debería, en teoría, ser acordado por unanimidad por todos los gobiernos de la UE y luego ser examinado y votado por los parlamentos nacionales y algunos regionales.
Sin embargo, la Comisión Europea podría dividir el acuerdo UE-Mercosur en instrumentos separados para eludir el derecho de veto de los gobiernos nacionales de la UE e impedir el control democrático de los parlamentos nacionales y regionales.
"Ecologistas en Acción lleva más de 20 años haciendo frente a los mal llamados tratados de libre comercio, que sólo dan libertad a las transnacionales, aceleran e incrementan el saqueo de los bienes naturales, mientras consolidan aún más y prolonga las relaciones neocoloniales, mediante un intercambio desigual entre países del Norte y el Sur globa", denuncia la organización, al tiempo que adelanta que, "a pesar de este revés, seguirá trabajando con organizaciones aliadas y afines en la UE y en Mercosur para tratar de impedir la ratificación del acuerdo".
SOS Rural también se opone "frontalmente"
La Plataforma SOS Rural también se opone "frontalmente" al acuerdo político UE-Mercosur alcanzado este fin de semana en Montevideo. El movimiento ciudadano recuerda a los gobiernos e instituciones europeas que un acuerdo comercial con el bloque sudamericano, compuesto por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia "supone un auténtico mazazo al conjunto de la agricultura y ganadería europeas".
La dimensión de las explotaciones en América del Sur, los diferentes estándares de producción y unos regímenes fiscales y laborales completamente favorables, hacen prácticamente imposible que sectores como el vacuno, el avícola, el citrícola o el azucarero puedan competir con los productores sudamericanos.
De toda la actividad comercial en juego, la carne de vacuno se ha convertido en el principal caballo de batalla de las negociaciones, ya que el acuerdo actual prevé más de 160.000 toneladas de carne sin arancel. Por el contrario, los principales beneficiados de la eliminación de los aranceles serían los principales productos industriales europeos: automóviles, piezas de automóviles, maquinaria, sustancias químicas, o productos farmacéuticos entre otros, que soportan unos aranceles de entre el 15% y el 35%.