El mar y la deuda ahogan a los pequeños Estados insulares

31 de Mayo de 2024
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El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha advertido esta semana, durante la Cuarta Conferencia Internacional sobre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS4), celebrada en Antigua, que las 39 naciones que componen ese grupo, han sido especialmente vulnerables al COVID, la invasión rusa de Ucrania, y el cambio climático.

La financiación internacional es el combustible del desarrollo sostenible, pero "los pequeños Estados insulares se están quedando vacíos", ahogados por la deuda y el aumento del nivel del mar debido a un cambio climático que no es culpa suya, ha asegurado.

Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo están pagando más por el servicio de su propia deuda de lo que invierten en sanidad y educación, ha reconocido, lo que deja a estas naciones incapaces de realizar las inversiones que necesitan para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de 2030.

Muchos de ellos están clasificados como de renta media, lo que les excluye del apoyo a la deuda reservado a las naciones más pobres.

Índice de vulnerabilidad

Estos Estados "están haciendo todo lo que pueden", continuó el Secretario General, señalando la defensa del primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, para desarrollar un Índice de Vulnerabilidad Multidimensional que refleje verdaderamente las necesidades de estos países.

La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, también ha encabezado la Iniciativa de Bridgetown para transformar los préstamos y proporcionar una financiación inclusiva y resistente. La nación de Samoa, en el Pacífico, ha liderado la iniciativa de la Alianza de Pequeños Estados Insulares para hacer operativo el Fondo de Pérdidas y Daños y compensar de forma justa a las naciones vulnerables por el impacto del cambio climático.

Plan de acción de tres puntos

Guterres ha presentado tres frentes de acción por parte de las instituciones financieras internacionales: aliviar la carga de la deuda proporcionando acceso a mecanismos eficaces, incluidas pausas en los pagos en tiempos de volatilidad económica; transformar las prácticas de préstamo cambiando las normas sobre financiación en condiciones favorables para reducir los costes de los préstamos, y desarrollo del Índice de Vulnerabilidad Multidimensional de la ONU, que podría desempeñar un papel importante en este sentido.

La actual arquitectura financiera mundial no beneficia a los países en desarrollo en general, ni a los Pequeños Estados, en particular. Pero esa será una cuestión a tratar en la Cumbre del Futuro que se celebrará en septiembre en Nueva York, que ofrecerá una oportunidad única a los líderes mundiales para hacer avanzar la agenda de acción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Vista general en la clausura de la Cuarta Conferencia Internacional sobre los Pequeños Estados Insulares (SIDS4) en Antigua y Barbuda. | Foto: Matt Wells/ONU

Pasarela de financiación europea

Al proyectar la Estrategia del Equipo Europa en la conferencia, la comisaria de Asociaciones Internacionales de la Comisión Europea, Jutta Urpilainen, ha acogido con satisfacción el índice de vulnerabilidad propuesto por la ONU, declarando: "y esperamos que se apruebe para que todas las instituciones de desarrollo lo utilicen".

También ha anunciado que, en el marco de la Estrategia Global de Pasarela, los Estados e instituciones de la UE pretendían movilizar 300.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas para 2027 para el conjunto de los países vulnerables, con muchas iniciativas ya en marcha en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Al compromiso de Team Europe se suman 400 millones de euros para el Fondo de Pérdidas y Daños acordado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también conocida como COP28.

Verdades caseras

Algunos de los principales líderes de la conferencia han expuesto estos días sus esperanzas para la próxima década. Así, Hilda Heine, presidenta de las Islas Marshall, ha dicho que tenía que haber un cambio radical en la voluntad política, especialmente por parte de las naciones más desarrolladas del G20, para reducir las emisiones de carbono. Y ha añadido que podría imaginar un futuro en el que las islas estén protegidas por soluciones basadas en la naturaleza con sistemas educativos y sanitarios preparados para los impactos que se produzcan. Pero nada podría suceder sin un "aumento significativo del financiamiento".

Una métrica perezosa

La primera ministra Mia Mottley de Barbados ha señalado firmemente que utilizar el ingreso per cápita de cualquier frágil nación insular para determinar la elegibilidad para acceder a financiación para el desarrollo sostenible era "inútil y equivalente a utilizar una lectura de presión arterial de hace años para diagnosticar una afección cardíaca actual".

Por eso ha advertido que, si los economistas y el sistema financiero internacional continúan usando esta "métrica perezosa" inapropiada, significará que no nos ven, no nos escuchan y están preparados para generar una situación en la que la migración climática será el futuro "porque no podremos sobrevivir en nuestras islas si tenemos que elegir. No se puede financiar la educación y la salud con préstamos a 15 años”.

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