El singular bosque de Hasdeo, en el estado indio de Chhattisgarh, es un lugar único, habitado por 20.000 adivasis. Sin embargo, ha sido elegido para una expansión masiva de las minas de carbón, en plena lucha mundial contra la emergencia climática, lo que pone de relieve el poco o nulo interés de las autoridades indias por las recomendaciones del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC).
Los planes del Gobierno
El Gobierno de India acaba de aprobar dos nuevos proyectos de explotación de carbón a gran escala en tierras indígenas, desafiando al movimiento de resistencia adivasi. La apertura de la inmensa mina de Parsa en el bosque de Hasdeo destruirá las tierras y los medios de vida de la población, e implicará la tala de 200.000 árboles. Además la mina PEKB, que ya ha arrasado tierras vitales para miles de adivasis que viven en Hasdeo, será ampliada.
La resistencia de los adivasi
Muchos adivasis están llevando a cabo una protesta indefinida en Hasdeo. Según Muneshwar Porte, adivasi de la aldea de Fatehpur, cuya destrucción está prevista: “Si nos quitan nuestras tierras, las futuras generaciones perderán su identidad y nuestra existencia se perderá para siempre”.
La explotación de ambos proyectos será desarrollada por Adani, empresa que opera la actual mina de carbón de PEKB en Hasdeo.
La mina de Parsa producirá 5.000.000 de toneladas de carbón al año durante 45 años para suministrar energía al estado de Rajastán, a pesar de que éste cuenta con un enorme potencial de energía solar.
Relata la investigadora Jo Woodman, de Survival International, que "el pueblo adivasi lleva una década movilizándose y llamando a todas las puertas posibles para proteger su bosque sagrado y vital. Ha desarrollado incluso una marcha de 300 km para reunirse con el primer ministro. Pero el Gobierno ha decidido priorizar la minería de carbón por encima de los derechos indígenas y de la Constitución, así como de las leyes de la India".
Según la legislación india, no se puede llevar a cabo ninguna explotación minera en las tierras de los adivasis sin el consentimiento de la población afectada. La afirmación de que las comunidades han dado su consentimiento a la mina de Parsa ha sido ferozmente rebatida por la propia población, que la califica como "falsa".
El gobernador de Chhattisgarh prometió iniciar una investigación sobre cómo se consiguió el “consentimiento” requerido, pero el Gobierno de la India ha aprobado igualmente el proyecto minero.
Esto representa un paso atrás en la lucha contra el cambio climático. "Los adivasis, que son los auténticos guardianes del bosque de Hasdeo, están intensificando su resistencia a una minería que no cuenta con su consentimiento. Posicionarse junto a ellos mientras defienden el bosque y luchan por mantener el carbón bajo tierra debería ser una prioridad mundial", concluye Woodman.