En una cumbre clave, con la capacidad de definir las políticas internacionales en materia de biodiversidad para la próxima década, los grandes lobbies empresariales vuelven a ocupar un lugar privilegiado y ponen en riesgo el resultado de las negociaciones. Para Amigos de la Tierra Internacional, el borrador a negociar presenta importantes carencias, tanto de enfoque como de ambición.
La pérdida de biodiversidad, que no es más que una de las caras visibles de la destrucción que genera el modelo económico actual, dicen que «no puede solucionarse con parches, sino con planes de acción que incidan directamente en el origen de esta crisis». En este sentido, denuncian que no se están tratando de resolver las causas subyacentes de la destrucción de la naturaleza y consideran erróneo el planteamiento de trabajo en áreas protegidas, basado únicamente en el “número de hectáreas” a conservar. Asimismo, critican la proliferación de «falsas soluciones como la naturaleza positiva o los esquemas de compensación de emisiones, que hacen peligrar la biodiversidad actual y la reducción del calentamiento global» con el único objetivo de continuar con el sistema económico responsable de la actual crisis ecosocial.
La naturaleza de los negocios
Amigos de la Tierra Internacional ha recordado «el fuerte conflicto de intereses que representa una COP de estas características. Las grandes empresas son las principales responsables de la pérdida de biodiversidad y las violaciones de derechos humanos». Entienden que para afrontar las crisis que vivimos es necesario proteger la biodiversidad y «no inventar términos como Naturaleza positiva” que permiten la destrucción de la misma mientras se blanquean sus acciones. Así lo denuncia el nuevo informe, «La naturaleza de los negocios», publicado por la organización con motivo de la Cumbre de la Biodiversidad.
El concepto de “naturaleza positiva” puede sonar bien, pero su significado es confuso, explican. «Las distintas definiciones son ambiguas y poco precisas, y hacen referencia a un futuro en el que frenar y revertir la pérdida de la naturaleza. Es aquí donde está parte de la trampa: si bien el texto del Convenio de Diversidad Biológica define “biodiversidad” y todos sus componentes (ecosistemas, especies, entre otros) no lo hace con naturaleza». Y esta falta de claridad está siendo explotada por las grandes corporaciones, alertan, «que siguen destruyendo la biodiversidad mientras plantan árboles como supuesta compensación».
Pueblos indígenas, comunidades locales y mujeres
Por otro lado, han reivindicado el papel de los pueblos indígenas, las comunidades locales y las mujeres en la defensa y la protección de los ecosistemas, «una visión que debe incluirse en el nuevo marco mundial de biodiversidad». A su vez, ponen de manifiesto que «las soluciones basadas en la naturaleza atentan contra los derechos humanos, en particular en lo referente a las áreas protegidas, ya que en muchos casos esta protección ha derivado en la expulsión de las comunidades de sus tierras, con la consecuente privación de sus medios de vida».