Las especies vegetales exóticas invasoras suponen una amenaza para la biodiversidad, la economía y, en ocasiones, la salud humana. La Estrategia de Biodiversidad de la UE para 2030 se compromete a gestionar las especies invasoras y a "reducir a la mitad el número de especies incluidas en la Lista Roja de conservación". El Reglamento sobre Especies Exóticas Invasoras de la UE obliga a los Estados miembros a restringir los posibles puntos de entrada de plantas invasoras, así como a mejorar la detección y erradicación de las que ya están presentes, limitando al mismo tiempo su propagación.
El nuevo estudio presenta un enfoque para priorizar las especies vegetales invasoras y seleccionar las medidas de gestión adecuadas. Está diseñado para contrarrestar varios factores que aumentan el desafío de gestionar las plantas invasoras, como el elevado número de especies que se introducen continuamente en nuevos territorios. Además, la prevención y la erradicación efectivas pueden verse retrasadas por los análisis de riesgos que requieren mucho tiempo de las nuevas introducciones y los beneficios financieros poco claros de intervenir en las primeras etapas de una introducción.
Los 100 científicos italianos que han ideado el sistema basándose en los principios de erradicación, control y seguimiento, en prinipio lo idearon para presentar a la Organización Europea y Mediterránea de Protección de las Plantas ( EPPO ), responsable de la protección de las plantas en la región euromediterránea, una lista de plantas invasoras no autóctonas que aún no están sujetas a regulación en Italia y que no están incluidas en el sistema de priorización y listado de la organización.
Las especies consideradas para las estrategias de control incluyen plantas con al menos una población establecida en Italia, pero no incluidas en la lista actual del Reglamento sobre especies invasoras; plantas con potencial comportamiento invasivo e impactos reconocidos sobre los ecosistemas que se habían reportado en áreas con clima y uso de la tierra similares, y plantas que los expertos consideran una amenaza para la biodiversidad italiana pero que no están incluidas en las listas de la EPPO.
Tras el proceso de selección inicial, utilizaron un método de aprendizaje automático para calcular la distribución potencial en Italia de las diferentes especies de plantas. Además, consideraron tres posibles escenarios climáticos diferentes y la variación de la idoneidad climática para las plantas.
Para priorizar las medidas contra las plantas, agruparon las posibles invasoras en función de su idoneidad para las regiones italianas en tres grupos. Se realizó un análisis más detallado para observar la variabilidad dentro de cada uno de los tres grupos, tras lo cual asignaron una prioridad de gestión a los grupos.
Como resultado de sus esfuerzos, los investigadores identificaron 36 especies invasoras no nativas adecuadas para su inclusión por parte de la EPPO. El análisis sugirió que varias especies, incluidas la amaranthus retroflexus y el pasto Johnson ( Sorghum halepense ), probablemente sean muy invasivas en Italia. Otras, como la ambrosía occidental ( Ambrosia psilostachya ) y la espina de Jerusalén ( Parkinsonia aculeata ), probablemente estén presentes en áreas restringidas del país.
El trabajo también les ha permitido clasificar las plantas en orden de prioridad para la acción. Siete especies representaban una gran amenaza en sus primeras etapas de invasión a nivel nacional o en dos regiones biogeográficas, como el loto sagrado ( Nelumbo nucifera ) y el bambú de caña de pescado ( Phyllostachys aurea ). Por lo tanto, se consideró que la erradicación era un enfoque de gestión adecuado para estas siete.
Los investigadores han recomendado que se vigilaran cuatro especies que ya están muy extendidas en Italia, entre ellas la Robinia pseudoacacia y el carrizo gigante ( Arundo donax ). Para las 21 especies restantes, cuya erradicación ya no es aconsejable, recomendaron programas de control y contención.
El equipo ha afirmado que, al aplicarlos en conjunto, los métodos utilizados en su trabajo, que fue financiado por el programa NextGenerationEU, podrían replicarse en otras partes de la UE, satisfaciendo la demanda de nuevas herramientas de alerta temprana en la lucha contra las especies invasoras.
Los encargados de adoptar decisiones en otros países también podrían optar por añadir más criterios utilizando el mismo enfoque, perfeccionando así aún más la capacidad del sistema para evaluar el riesgo y prescribir una gestión adecuada.