Organizaciones ecologistas aplauden el rechazo de los eurodiputados a incluir gas y energía nuclear en la taxonomía verde

14 de Junio de 2022
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Las comisiones de Medio Ambiente y Asuntos Económicos han rechazado la clasificación del gas fósil y la energía nuclear como ambientalmente sostenibles en la taxonomía de la UE, la guía de inversiones «verdes» de la UE. Los eurodiputados dieron un primer paso crucial al votar en contra de una lista que otorgaría la etiqueta «verde» al gas y a la energía nuclear a pesar de sus nefastos impactos ambientales.

En total, 76 eurodiputados y eurodiputadas han votado en contra de etiquetar como verdes el gas y la energía nuclear, con 62 votos a favor y 4 abstenciones.

La noticia ha sido recibida con satisfacción por las principales organizaciones ecologistas. Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han elogiado la decisión de los eurodiputados de las comisiones ECON y ENVI "por elegir el camino correcto para proteger la credibilidad de la taxonomía de la UE. Los combustibles fósiles y los residuos nucleares no tienen nada de sostenibles y muchos inversores y bancos no quieren que se los etiquete como verdes".

Unos días antes de la votación, la diputada ucraniana Inna Sovsun y los grupos ecologistas ucranianos ya advirtieron a los eurodiputados y eurodiputadas de que añadir el gas y la energía nuclear a la taxonomía de la UE sería un «regalo» para Putin, que le permitiría seguir financiando la invasión de Ucrania.

«Los eurodiputados y eurodiputadas se han puesto hoy del lado de Ucrania al votar para dejar de alimentar la maquinaria bélica de Putin con más dinero y avivar la crisis climática y de la naturaleza. Después de más de 100 días de esta guerra devastadora, el Parlamento Europeo debe ahora rechazar de una vez por todas el lavado verde del gas fósil y la energía nuclear en la votación de julio. No le den este vergonzoso regalo a Putin y a sus grupos de presión», ha declarado Ariadna Rodrigo, responsable de la campaña de finanzas sostenibles de Greenpeace UE.

En palabras de Meritxell Bennasar, responsable de Taxonomía en Greenpeace España: “Con esta decisión le será mucho más fácil a la UE cumplir con sus objetivos en materia de clima y energía para 2030 y alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo. El sistema financiero actual de la UE no va en la dirección adecuada, más bien en contra de cualquier verdadera recuperación verde, pero con este resultado será más fácil dirigir las inversiones hacia proyectos y actividades sostenibles”.

Greenpeace Francia publicó en mayo una investigación detallada en la que se exponía cuánto dinero ganan las empresas rusas vinculadas al régimen con los planes de la Comisión Europea para hacer un lavado verde del gas y la energía nuclear, y cómo utilizaron filiales y grupos de presión para influir en la decisión de añadir el gas y la energía nuclear a la taxonomía de la UE.

Próximos pasos

La moción de las comisiones mixtas para rechazar el plan de la Comisión de la UE de hacer un lavado verde del gas y la energía nuclear se votará ahora en el Parlamento Europeo en una sesión plenaria entre el 4 y el 7 de julio. Para entonces se prevé una gran movilización de activistas climáticos y ecologistas de toda Europa y de fuera de ella contra el lavado verde del gas fósil y la energía nuclear.

Las consecuencias del greenwashing

Si la taxonomía de la UE etiqueta el gas fósil y la energía nuclear como verdes, podría restar miles de millones de euros de inversión a las energías renovables. "Con la guerra en Ucrania y la crisis de precios de la energía que está provocando, etiquetar el gas y la energía nuclear como sostenibles sería aún más contraproducente. El gas se ha convertido en una fuente de inseguridad energética y de riesgo geopolítico en Europa, y la energía nuclear es cara, lenta de construir y crea residuos altamente radiactivos que aún no sabemos cómo manejar", señala Amigos de la Tierra.

La guerra de Ucrania demuestra que la UE no puede ser plenamente independiente mientras no controle su propia energía. "Mientras que el gas importado crea dependencia, las renovables son nuestra energía autóctona y la clave de nuestra independencia. Etiquetar el gas como una inversión sostenible llevaría a Europa a usar aún más gas, lo que supondría menos seguridad energética y facturas más altas para la ciudadanía", concluyen.

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