Los primeros europeos cazaban bisontes de forma sostenible hace más de 350.000 años

Un nuevo estudio revela que los grupos humanos de la Gran Dolina -Sierra de Atapuerca- practicaban cacerías comunales de bisontes sin poner en riesgo la supervivencia de la especie

06 de Julio de 2025
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Este hallazgo no sólo aporta información crucial sobre las estrategias de subsistencia de los primeros europeos, sino que también abre nuevas preguntas sobre la relación entre comportamiento humano y sostenibilidad ecológica en la Prehistoria.

Un grupo de especialistas del Equipo de Investigación de Atapuerca ha descubierto que los grupos humanos que habitaron la cueva de la Gran Dolina (Burgos), hace más de 400.000 añoscazaban bisontes de forma sostenible. El estudio, liderado por Guillermo Rodríguez-Gómez (Universidad Complutense de Madrid) y Antonio Rodríguez-Hidalgo (Instituto de Arqueología-Mérida, CSIC-Junta de Extremadura), ha sido publicado en la revista Scientific Reports.

Los científicos analizaron los restos fósiles de al menos 60 bisontes hallados en el nivel TD10.2-BB del yacimiento, una capa arqueológica que conserva evidencias excepcionales de caza comunal. Utilizando métodos zooarqueológicos y modelos demográficos, evaluaron la estructura de edades de los animales, estimaron su masa corporal y calcularon la energía que habrían proporcionado a los humanos.

“Observamos una mortalidad catastrófica, con individuos de todas las edades, lo que indica que no había una selección dirigida hacia animales más jóvenes o débiles. Esto sugiere que se trataba de eventos de caza comunal en los que se daba muerte a manadas completas de bisontes”, explica Rodríguez-Hidalgo.

Según el estudio, esta estrategia permitía obtener una gran cantidad de carne y grasa en momentos específicos del año —al final de la primavera y principios del otoño—, lo cual podía alimentar a grupos de 30 personas durante semanas. “Nuestros datos muestran que la población de bisontes no colapsó, sino que estaba en crecimiento, lo que implica que los humanos no agotaban el recurso”, añade Rodríguez-Gómez.

Para reconstruir esta escena prehistórica, el equipo combinó análisis dentales —que permiten estimar la edad de los animales al morir— con modelos demográficos conocidos como tablas de vida, que simulan la evolución de una población a lo largo del tiempo. También aplicaron cálculos alométricos para estimar el peso de los bisontes y la cantidad de energía que habrían proporcionado a los grupos humanos. Esta combinación de técnicas permitió evaluar no sólo el impacto de la caza, sino también su sostenibilidad ecológica.

A pesar de la intensidad de la explotación, los autores creen que esta sostenibilidad no fue necesariamente intencional, sino el resultado de una relación estable y prolongada entre humanos y bisontes, en un entorno con abundantes recursos.

Este hallazgo no sólo aporta información crucial sobre las estrategias de subsistencia de los primeros europeos, sino que también abre nuevas preguntas sobre la relación entre comportamiento humano y sostenibilidad ecológica en la Prehistoria.

En el estudio han participado miembros del Equipo de Investigación de Atapuerca de distintas instituciones españolas como el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA), el Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC (MNCN), la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH).

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