Las autoridades ucranianas informaban el viernes de que un dron ruso con un misil alcanzó la antigua central nuclear de Chernóbil durante la noche, dañando el escudo protector que se construyó tras la catástrofe de 1986 para evitar nuevas fugas de radiación.
Si bien Rusia negó toda responsabilidad en el ataque, el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en ingles), respaldado por la ONU, emitió entonces una declaración confirmando que el ataque había causado un incendio, describiéndolo como “un incidente profundamente preocupante que subraya los riesgos persistentes para la seguridad nuclear durante el conflicto militar”.
Este Organismo tiene un equipo desplazado en el antiguo sitio nuclear soviético en Ucrania, que escuchó la explosión a la 1:50 am (hora local), seguida de humo y fuego visible desde sus dormitorios, según el director general del IAEA, Rafael Mariano Grossi. “El personal y los vehículos de seguridad contra incendios llegaron al lugar en cuestión de minutos para extinguir el incendio, que aún pudo verse de forma intermitente durante varias horas después”, añadió Grossi.
Uno de los peores accidentes nucleares
En 1986, la central de Chernóbil sufrió uno de los peores accidentes nucleares del mundo, en el que se produjo una fuga de radiación a la atmósfera que contaminó una zona de 18 millas (aproximadamente 29 kilómetros), la cual los residentes y trabajadores locales se vieron obligados a abandonar. La explosión envió material radiactivo a la atmósfera y provocó una emergencia sanitaria en toda Europa.
Niveles de radiación normales y estables
El revestimiento dañado, que rodea la unidad 4 del reactor, se construyó para sellar el material radiactivo del incendio y la fusión de 1986, y está destinado a durar muchas generaciones.
Los niveles de radiación dentro y fuera del llamado Nuevo Edificio de Confinamiento Seguro (NSC) “siguen siendo normales y estables”, según ha informado el equipo. Además, no hay informes de víctimas o fugas de radiación.
Amenaza constante
Poco después de un reciente aumento de la actividad militar cerca de la central nuclear ucraniana de Zaporizhzhya, Grossi ha afirmado que esto demostraba una vez más que la seguridad nuclear sigue estando bajo amenaza constante mientras continúe el conflicto.
“No hay lugar para la complacencia, y el IAEA permanece en alerta máxima”, ha declarado. También ha pedido "la máxima contención militar en torno a los emplazamientos nucleares de Ucrania”.
La agencia ha dicho que continuará proporcionando actualizaciones a medida que se disponga de información.