La desigualdad salarial ha disminuido en cerca de dos tercios de los países a partir del 2000; sin embargo, persisten las grandes diferencias de sueldo en todo el mundo, según ha revelado en un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La publicación reporta el crecimiento del salario medio real mundial y la disminución de la inflación, pero aclara que pese a esta tendencia positiva, los niveles de desigualdad salarial son una “cuestión política apremiante”.
Según la OIT, la desigualdad salarial disminuyó en muchos países a una tasa promedio entre 0,5% y 1,7% anual, con los descensos más significativos en los países de renta baja, donde oscilaron entre el 3,2% y el 9,6% en las dos últimas décadas.
En los países más ricos, en cambio, la reducción es más lenta, fluctuando entre 0,3% y1,3% en las naciones de renta media-alta, y entre un 0,3% y un 0,7% en las de renta alta.
Los descensos fueron más significativos entre los trabajadores asalariados con mayores ingresos.
Inequidad entre regiones
El estudio, que explica que los salarios mundiales han crecido más rápidamente que la inflación, apunta a un aumento salarial desigual entre regiones, con las economías emergentes por encima de las avanzadas.
La OIT señala que los trabajadores asalariados de Asia y el Pacífico, Asia Central y Occidental, y Europa del Este experimentaron sus aumentos salariales reales a un ritmo más rápido que los de otras partes del mundo.
El director general de la OIT, Gilbert Houngbo, califica de positivo el hallazgo, aunque recorda que “millones de trabajadores y sus familias siguen sufriendo la crisis del costo de la vida que ha erosionado sus niveles de vida, y que las disparidades salariales entre y dentro de los países siguen siendo inaceptablemente elevadas”.
Pese a los avances registrados, la agencia sostuvo que los altos niveles de desigualdad salarial siguen siendo un problema acuciante.
El 10% mejor pagado gana el 38% de las masa salarial, el peor pagado, el 0,5%
El 10% de los trabajadores peor pagados ganan sólo el 0,5% de la masa salarial mundial, mientras que el 10% mejor pagado gana casi el 38% de esta masa salarial. La desigualdad salarial es mayor en los países de renta baja, donde cerca del 22% de los trabajadores asalariados están clasificados como mal pagados, precisa la OIT.
El estudio también detalla que las mujeres y los trabajadores asalariados de la economía informal tienen más probabilidades de contarse entre los peor pagados, lo que “refuerza la necesidad de acciones específicas para cerrar las brechas salariales y de empleo y garantizar sueldos justos para todos los trabajadores asalariados”.
En otro dato relevante, la OIT indica que un tercio de los trabajadores son trabajadores no asalariados, y detalla que en la mayor parte de los países de renta baja y media, la mayoría son trabajadores autónomos que sólo encuentran oportunidades para ganarse la vida en la economía informal.
Para abordar esta realidad, el organismo aboga por estrategias nacionales orientadas a reducir las desigualdades por medio del fortalecimiento de las políticas e instituciones salariales. Igualmente importante es diseñar políticas que promuevan la productividad, el trabajo decente y la formalización de la economía informal.
De acuerdo con el informe, la reducción de la desigualdad salarial requiere tanto políticas salariales sólidas como un apoyo estructural al crecimiento equitativo. “Abordando estos retos, los países pueden realizar progresos reales hacia la reducción de las diferencias salariales y la promoción de un crecimiento económico justo y sostenible para los trabajadores de todo el mundo”, afirma.
Recomendaciones
Con el propósito de reducir la desigualdad salarial, la OIT recomenda a los países fijar los salarios a través del diálogo social: los salarios deben fijarse y ajustarse a través de la negociación colectiva o de sistemas de salario mínimo acordados en los que participen gobiernos, trabajadores y empresarios.
Adoptar un enfoque global: la fijación de salarios debe tener en cuenta tanto las necesidades de los trabajadores y sus familias como los factores económicos
Promover la igualdad y la igualdad de oportunidades de trato y de resultados: las políticas salariales deben apoyar la igualdad de género, la equidad y la no discriminación
Utilizar datos fiables: las decisiones deben basarse en datos y estadísticas fiables
Y, finalmente, abordar las causas profundas de los bajos salarios: las políticas nacionales deben reflejar el contexto específico de cada país y abordar las causas de los bajos salarios, como la informalidad, la baja productividad y la infravaloración de los empleos en sectores como la economía de los cuidados