En la segunda parte de la entrevista, José Antonio Gómez trató cuestiones relacionadas con elementos sociales. En esta tercera entrega, nos hace un amplio análisis respecto a las razones del rechazo ciudadano a Pedro Sánchez y sobre la crisis de la vivienda
¿Niega la legitimidad de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno?
No, rotundamente no. Pedro Sánchez es el legítimo presidente porque ha accedido al poder utilizando todos los procedimientos que indica la ley. Estamos en una democracia parlamentaria. Lo de que gobierne la lista más votada es la demostración de la ignorancia de una parte de la clase política española. Sin embargo, para entender la razón por la que Sánchez es tan despreciado por más del 65% de la ciudadanía hay que ir a cuestiones sociales que superan el entendimiento del presidente, que es un hombre que, por sus cosas, anda por la vida con antojeras.
Después de una crisis territorial de la violencia que supuso el procés, la ciudadanía no entiende los pactos con el independentismo catalán. ¿Son legítimos esos acuerdos con Junts y ERC? Evidentemente, sí. ¿Son una traición? No. ¿Los entiende la ciudadanía? Tampoco. Con respecto a los pactos con Bildu, en España todavía hay demasiadas heridas abiertas con el tema del terrorismo de ETA y que Pedro Sánchez esté sostenido por el partido heredero de Herri Batasuna la gente no lo entiende. Los pactos del PSOE con Bildu son legítimos, pero la gente no ha olvidado.
Por otro lado, la actual presidencia de Sánchez ha sido comprada y negociada con un prófugo de la Justicia. Se ha aprobado una ley de amnistía porque ese prófugo lo ha exigido, se ha cedido las Cercanías porque el independentismo lo ha exigido. Al final, el precio por la investidura supera los 166.000 millones de euros y si a eso le sumas el concierto económico con Cataluña pactado con ERC para que Salvador Illa sea presidente de la Generalitat, nos vamos a 380.000 millones de euros. Mientras tanto, se ha colocado a España en liderazgo de la pobreza infantil en la Unión Europea y entre los tres países con mayores índices de pobreza de Europa.
Esa comparación es un poco demagógica…
No. Son datos oficiales, tanto de la UE como de los propios organismos de la Administración Española. El último informe de la Comisión Europea sobre pobreza es tan demoledor que, con un presidente digno y con la mente sana, es causa de dimisión inmediata.
Pedro Sánchez es el legítimo presidente porque ha accedido al poder utilizando todos los procedimientos que indica la ley. Estamos en una democracia parlamentaria. Lo de que gobierne la lista más votada es la demostración de la ignorancia de una parte de la clase política española
Cambiando de tema, ¿qué valoración hace de la actual crisis de la vivienda?
Es muy duro lo que está sucediendo en España, sobre todo después de que durante la burbuja se construyeran viviendas como si no hubiera un mañana. Sin embargo, las soluciones que se están dando son sectarias, injustas con mucha gente y no inciden en la verdadera causa de esta crisis de vivienda.
Para entender lo que sucede no sólo hay que focalizarse en la cuestión meramente relacionada con el mercado del alquiler o el inmobiliario, porque entonces se tomarán medidas erróneas, como las que pone encima de la mesa una parte de la izquierda y con las que pretende Sánchez salir del paso para tener tres o cuatro titulares para que lo exploten los aparatos de propaganda sanchista y monclovita.
La crisis de la vivienda parte de una cuestión de ingresos. La gente no gana lo suficiente siquiera para pagarse una vivienda digna y poder llevar una vida normal, sin apreturas. Por no hablar de los jóvenes. Es muy complicado de entender que las generaciones actuales tengan un presente y un futuro más negro que la gente de mi edad o de la de mis padres. Todo se origina por la precariedad salarial y un mercado laboral que incentiva esa situación.
Durante la época de la burbuja te volvías loco para encontrar vivienda libre. Tú eres muy joven, pero en aquellos primeros años del 2000, ganar 1.200 euros al mes era casi un estigma. El precio del alquiler, con unos sueldos más adecuados a la situación económica de España, era un 40% más bajo que en la actualidad. ¿Eso es normal?
Pero, ¿qué me dice de los grandes propietarios o los pisos turísticos?
En este punto tengo que afirmar que desde determinados sectores de la izquierda y de la extrema izquierda se está haciendo una generalización injusta. Se trata por igual a los trabajadores que han ahorrado con su sueldo para invertir en vivienda y a los grandes especuladores. Para ese sector de la izquierda un trabajador no puede tener, por ejemplo, su vivienda habitual, un apartamento en la playa y una casa en su pueblo. A estas personas se las califica como criminales cuando son clase trabajadora. Todo muy estalinista.
Cuando se habla de intervenir el mercado de la vivienda, ¿a qué se refieren realmente? ¿A poner unos topes al precio del alquiler que provocará que muchos pequeños propietarios cierren sus viviendas o que las pongan a la venta para que sean los grandes fondos los que las compren? Mucha solución no parece que sea, más bien empeorará el mercado.
A quien hay que atacar es a esos grandes fondos especulativos porque, además, el gobierno está obligado por la Constitución, que liberen de algún modo esas viviendas que mantienen cerradas.
No se puede atacar al débil mientras se deja pasar la especulación de los fuertes. Pero tampoco la expropiación forzada de esas viviendas de los fondos es la solución, puesto que el Estado estará obligado a pagar un justiprecio por ellas y ese es un dinero que ahora mismo el país no tiene.
Por eso, insisto, para atajar la actual crisis de vivienda hay que terminar con la crisis salarial. A partir de ahí, las soluciones irán llegando porque los mercados se van renovando y si hay una seguridad por parte de los propietarios de vivienda de que no va a haber impagos de alquiler, entonces habrá más viviendas disponibles y, en consecuencia, los precios bajarán.
¿Y los pisos turísticos?
En este punto hay dos elementos. Este tipo de alquiler se eleva por, precisamente, un incremento de la demanda y por la seguridad de que los propietarios van a cobrar.
Personalmente, el piso turístico me parece una perversión de lo que es el concepto de vivienda porque se le está dando un uso que no es el adecuado, además de que se está haciendo competencia desleal a los hosteleros. Por eso tienen que estar muy bien regulados, que no lo están porque no es solo una cuestión de licencias.
Los pisos turísticos son muy perjudiciales para la sociedad porque, en este caso, sólo hay un beneficiario. No crean puestos de trabajo, no generan riqueza y, en muchos casos, ni siquiera derivan en ingresos para el Estado porque las plataformas tienen su domicilio fiscal en paraísos fiscales. En Europa están en Irlanda, por ejemplo.
Pero, hay que hacerse una pregunta, ¿por qué una familia trabajadora, con dos viviendas, una la habitual y otra para alquilar, decide la opción del piso turístico? Vuelvo a lo mismo de antes: la seguridad económica. Ante los niveles de precariedad salarial en España, el riesgo de impago del alquiler es enorme y la gente no se arriesga. Eso es lo que no entiende ese sector de la izquierda que criminaliza a todos los propietarios, sean buenos o malos, sean trabajadores o grandes fondos.