¿Cómo ve la situación política en España después del 26-J?Como ha ocurrido a lo largo de la historia, España siempre ha ido por detrás en los movimientos políticos y el momento actual no es una excepción. La situación actual es muy complicada porque demuestra que nuestros políticos no están preparados para llevar a efecto lo que los españoles decidieron en las urnas, tal y como sucedió el 20-D. Durante la Transición se dio mucho poder a los partidos respecto a las personas para lograr una estabilidad política necesaria para afianzar el sistema democrático. Sin embargo, los diferentes gobiernos no dieron los pasos que habría que haber dado a la hora de ir ajustando los pilares de nuestro sistema a la evolución de los tiempos. Partimos de una base cimentada en los años 70 cuando la realidad es muy diferente y las necesidades de los españoles son muy diferentes.Pero, de cara a la investidura de gobierno y de evitar nuevas elecciones, ¿cómo lo ve?Veo muy complicado que no gobierne Mariano Rajoy y eso es consecuencia de la falta de coherencia y de la carencia de liderazgo de algunos en la anterior legislatura.¿De quién?La izquierda tuvo un comportamiento bochornoso durante la anterior legislatura. Por un lado, Podemos tuvo una actitud obstruccionista de cara a la negociación poniendo encima de la mesa líneas rojas que sabían perfectamente que el Partido Socialista no podía aceptar. La principal, el referéndum de autodeterminación de Catalunya. Hubo otras pero también hubo una bisoñez en ciertos comportamientos como, por ejemplo, la actitud frentista de Pablo Manuel Iglesias en los plenos de investidura o el poner condiciones en el reparto de las carteras ministeriales. Por otro lado, Pedro Sánchez, al utilizar los plazos de la investidura para su beneficio personal a nivel interno, cometió un error que paralizó cualquier posibilidad de pacto: su acuerdo con Ciudadanos. Que el socialismo español se juntara con la derecha ultraliberal, con la franquicia del Tea Party en España, le ha hecho más daño que el beneficio que un político o un líder inteligente podría haber sacado de haber dado los pasos coherentes que los ciudadanos pidieron en las urnas. De todos modos, es lo que siempre ha ocurrido con el progresismo español: se está más pendiente de machacar a quien debería ser el aliado natural que en buscar soluciones para la gente. Le eterna lucha por la hegemonía de la izquierda.Entonces, ¿descarta tajantemente que vaya a haber unas terceras elecciones?No se puede descartar, pero tengo la intuición de que alguien del PSOE se desmarcará y se abstendrá de manera activa o pasiva.Sin embargo, el PSOE sigue afirmando que no apoyará la investidura de Mariano Rajoy…Ese es el discurso oficial y me parece bien que se vote en contra del Partido Popular. No obstante, dentro del propio Partido Socialista hay quizá más presión para ser parte de los apoyos al PP que la que existe desde fuera. Uno de los errores que ha cometido el PSOE en estos años de democracia ha sido el separarse de su base electoral, de la gente de la calle. Los años en el poder provocan que el contacto constante con las élites económicas, políticas o empresariales hacen que el bien de España se vea desde la visión de éstos y se perciba una realidad distorsionada por cifras y datos. Un ejemplo de esta actitud la vimos en la «oposición responsable» de Rubalcaba, algo que hizo mucho daño a quienes debían ser la prioridad de los socialistas. Un PSOE que dignificara la palabra socialista hubiera salido a la calle a estar con las víctimas de esta crisis y se habría puesto en la vanguardia de las reivindicaciones del verano de 2012. Un PSOE digno hubiera presentado una moción de censura el mismo día en que Rajoy presentó los recortes al Estado del Bienestar en julio de 2012. Algunos dirigentes socialistas, como Tomás Gómez, sí que lo entendieron y estuvieron presentes, a título personal, en todas y cada una de las movilizaciones contra los recortes del PP. Otros continuaron con la «oposición responsable». Ahora mismo Pedro Sánchez está sufriendo más presiones por parte de quienes han estado mucho tiempo en el poder para que facilite el acceso a la presidencia a Rajoy. Sólo espero que, por una vez, sea coherente con sus palabras.Usted se autodefine como socialista pero es muy crítico con Pedro Sánchez…Una cosa no excluye a la otra. Se puede ser socialista y no estar de acuerdo con el secretario general. Pedro Sánchez es lo peor que le ha pasado al socialismo español y los resultados están ahí. Como todos los líderes débiles ha implantado un régimen de «o conmigo o contra mí». En el PSOE actual no se permite la crítica y las purgas que se han hecho y se están haciendo hacia militantes y pequeños dirigentes críticos con la Ejecutiva Federal son una muestra de ello. El PSOE de Pedro Sánchez basó toda su estrategia electoral en la figura del candidato, otro ejemplo más de la deriva personalista que se está llevando. Y, todo esto, ha llevado al Partido Socialista a convertirse en un partido bisagra.Según su opinión, ¿qué errores ha cometido el PSOE para estar donde está?¿Tenemos todo el día? (ríe). El PSOE de Pedro Sánchez ha cometido demasiados errores, sobre todo a nivel de estrategia electoral. Tanto el 20-D como el 26-J, Sánchez tuvo a su disposición un programa electoral muy potente, incompleto en algunos aspectos, pero muy potente en general, sobre todo porque era viable y con el que se podrían afrontar los retos del país desde un punto de vista progresista. Sin embargo, se decidió apostar por una campaña de cariz personalista donde lo que primaba por encima de todo era la imagen del candidato por encima de las propuestas y, evidentemente, esto trajo como consecuencia que el 20-D el PSOE tuviera los peores resultados de su historia. En ese momento Pedro Sánchez tuvo que presentar su dimisión como secretario general y asumir sus responsabilidades pero una persona con el ego tan subido no asume los fracasos como propios y afirmó sin ningún tipo de vergüenza que se habían obtenido unos resultados históricos. Ni un ápice de autocrítica, nada, y lo peor de todo fue que su «guardia pretoriana» le aplaudiera el gesto. Durante la ronda de pactos Pedro Sánchez cometió un error tras otro. Parecía la versión beta de un software. Sin embargo, todo tenía una clara intencionalidad: mantenerse en la Secretaría General a costa de lo que fuera, a costa de incumplir con lo establecido en los Estatutos con el único fin de mantenerse el protagonismo en las portadas de la prensa. Por eso se lió la manta a la cabeza y se postuló como candidato a la Presidencia con sólo 90 escaños. Fracasó nuevamente, porque Pedro Sánchez es el Señor de los Fracasos. Pactó de manera vergonzosa con la derecha ultraliberal de Ciudadanos porque a menos de una semana de la sesión de investidura no tenía ni un escaño más que los suyos y necesitaba presentarse ante los ciudadanos con una imagen de hombre de Estado, de estadista, cosa que, evidentemente, no es ni lo será en su vida. El rechazo a esa investidura se quiso utilizar como argumento electoral para el 26-J. En el PSOE de Pedro Sánchez había muchísimo miedo a que la coalición Unidos Podemos les superara, el famoso sorpasso, y por eso intentaron culpabilizar al partido de Iglesias de la repetición electoral con la idea de que así harían volver a muchos votantes socialistas desencantados sin darse cuenta de que ese desencanto tiene raíces mucho más profundas. Con un programa electoral tan potente como el que tenía el PSOE poner como único argumento el mantra de que el «señor Iglesias no quiso investir a Pedro Sánchez» fue otro error garrafal que hizo que muchos miles de votantes socialistas se quedaran en casa, es decir, que el intento de recuperar votos se transformó en una excusa maravillosa para que la gente se abstuviera. Se salvó el sorpasso, sí, pero se volvió a romper el suelo electoral mientras el PP subía. ¿Debió dimitir Sánchez la misma noche del 26-J? Evidentemente, sí. El PSOE fue siempre un partido de gobierno y Pedro Sánchez lo ha convertido en un partido bisagra.¿Cree que Pedro Sánchez intentará presentarse a la investidura si Mariano Rajoy fracasa en su primer intento?Me da mucho miedo que lo intente. Los líderes débiles no aceptan los fracasos como propios y Pedro Sánchez es un líder débil que se cree fuerte. Como ya he dicho hay mucha presión para que los socialistas se abstengan y permitan un gobierno de Rajoy pero también hay mucha presión interna por parte de los «pedristas» para que se busquen alianzas imposibles con tal de llevar a Sánchez a la Moncloa. Él mismo lo dejó caer en su comparecencia tras la reunión con el presidente en funciones. El «a día de hoy» y el «PSOE estará siempre en la solución» no eran mensajes destinados a calmar a quienes les presionan para la abstención sino que era la expresión de la voluntad de intentar presentarse a la investidura si Rajoy fracasa.

