Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores de España (UGT) ha lanzado un contundente mensaje sobre la situación de la infancia en nuestro país: la pobreza infantil persiste como reflejo directo de la precariedad económica de las familias. El sindicato exige al Gobierno reforzar la protección social y reformular el Ingreso Mínimo Vital para combatir esta forma de exclusión que condena a miles de menores a vivir sin derechos básicos garantizados.
Una infancia marcada por la precariedad
En su declaración, UGT advierte que en España 2,3 millones de niños, niñas y adolescentes viven en situación de pobreza, lo que sitúa al país a la cabeza de la Unión Europea en esta problemática. Esta alarmante cifra no solo evidencia la magnitud del fenómeno, sino que también expone las consecuencias directas de un sistema de protección social insuficiente.
Según el sindicato, la pobreza familiar es el principal motor del trabajo infantil, que adopta formas tan diversas como tareas domésticas de apoyo, actividades estivales mal remuneradas o incluso empleos informales que comprometen el bienestar físico y emocional de los menores. Estos trabajos, además de ser incompatibles con su desarrollo, impiden el ejercicio de derechos fundamentales como el descanso, la educación y el juego.
UGT subraya que el trabajo infantil, aunque en ocasiones se disfraza de colaboración familiar, constituye una forma de explotación con consecuencias físicas y psicológicas a largo plazo. La falta de ingresos suficientes y la ausencia de prestaciones que garanticen la cobertura de necesidades básicas como la alimentación, la salud o la vivienda, sitúan a muchos hogares en una situación límite.
Revisión urgente del Ingreso Mínimo Vital
A cinco años de la aprobación del Ingreso Mínimo Vital (IMV), la organización sindical reconoce que esta herramienta ha comenzado a llegar a los hogares más vulnerables, pero insiste en que su alcance sigue siendo insuficiente. Reclama su reformulación urgente, con el objetivo de mejorar tanto la gestión como la cobertura, y así garantizar un verdadero impacto en la reducción de la pobreza infantil.
UGT propone que esta prestación actúe como una base sólida del sistema de protección social, capaz de proporcionar un nivel de renta digno a quienes más lo necesitan. Además, insta al Ejecutivo a diseñar una política social integral, multidimensional y redistributiva, que no solo atienda las consecuencias de la pobreza, sino que actúe sobre sus causas estructurales.
Para el sindicato, la única vía efectiva para erradicar la pobreza infantil pasa por asegurar rentas suficientes y empleos de calidad para las familias. El combate contra la precariedad laboral, la protección de los trabajadores pobres y el fortalecimiento de prestaciones sociales universales y suficientes son, a su juicio, pilares indispensables de una estrategia eficaz.
La organización reclama al Gobierno el refuerzo urgente de las políticas públicas, ante una cobertura de protección social que califica como muy limitada. “La lucha contra la pobreza y la exclusión social debe traducirse en un crecimiento económico equitativo y en una verdadera igualdad de oportunidades para todos”, concluye UGT.
El sindicato recuerda que la pobreza infantil no es un fenómeno aislado, sino una manifestación de las desigualdades estructurales de nuestra sociedad. Por ello, su erradicación debe entenderse como un deber ineludible del Estado y un imperativo en materia de derechos humanos.