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Trump provocó una gravísima catástrofe humana

Las políticas aprobadas durante la administración de quien se autodefine como «defensor del pueblo» permitieron que las grandes empresas tuvieran más facilidad para estafar a la ciudadanía, hecho que se ha demostrado durante la crisis inflacionaria actual

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Donald Trump irrumpió en la vida política de los Estados Unidos presentándose como un «rebelde», como un hombre que lucharía contra el establishment, contra el sistema. Sus hechos demostraron que, en realidad, Donald Trump, al igual que todos los líderes populistas del mundo, es una estafa para la ciudadanía.

El problema es que las políticas de Donald Trump, cuatro años después de su salida de la Casa Blanca, siguen haciendo mucho daño a las clases medias y trabajadoras.

En 2017, el Congreso de los Estados Unidos aprobó el proyecto de Trump para rebajar de manera indiscriminada los impuestos a los ricos y a las grandes corporaciones. Esto derivó en un incremento de los beneficios de esas multinacionales que no tuvieron un impacto en el incremento del bienestar de la ciudadanía. Ni se crearon nuevos puestos de trabajo, ni retornó la industria deslocalizada. Los únicos que se beneficiaron fueron los integrantes de la minoría del 1%.

El problema deriva en que, una vez que Trump fue expulsado de la Presidencia por el pueblo americano, esas mismas empresas que se beneficiaron de las políticas del magnate metido a político y autodenominado como «rebelde», se aprovecharon del cuerpo legislativo de Trump para poder incrementar los precios en plena recuperación pospandemia y en medio de una crisis energética.

Mientras la inflación golpeaba cruel y directamente a las familias de clase media y trabajadora, los beneficios empresariales no se resentían. Es más se incrementaban y, en algunos casos, los altos ejecutivos se jactaban de ello.

Tanto en Estados Unidos como en el resto de países con economías avanzadas, los márgenes de beneficios se han disparado. Es más, esas multinacionales han provocado, según indican diferentes informes independientes, ese incremento de los márgenes ha terminado por incrementar la inflación.

Las políticas de Donald Trump han provocado, en primer lugar, que billones de dólares se hayan desviado de la inversión en servicios públicos y, en segundo término, que las propias lagunas legales que se dejaron a propósito para que fueran aprovechadas por los ricos y las grandes empresas, incrementaran los beneficios netos que, finalmente, terminan en los bolsillos de grandes accionistas y los altos ejecutivos de esas grandes corporaciones.

Las políticas de Trump han permitido que los altos directivos de esas grandes empresas incrementaran sus salarios más de 36 veces el salario medio de las plantillas. Además, los principales accionistas están acumulando miles de millones de dólares a través de las operaciones de recompra de acciones.

Sin embargo, una vez que Trump dejó el poder, sus políticas generaron aún más ventajas. En plena crisis inflacionaria, esas grandes corporaciones aprovecharon el incremento de costes de producción para incrementar los precios por encima de esa subida. No tenían que preocuparse por la factura fiscal porque Trump les dejó el camino muy allanado.

Según la senadora Elizabeth Warren, lo que ha permitido la política que dejó Donald Trump es que se esté «subsidiando el incremento abusivo de los precios.

No obstante, el problema no está sólo ahí, sino que las políticas de Trump también han incentivado la comisión de delitos como, por ejemplo, la colusión.

Gracias a Donald Trump, los millonarios y los directores directores ejecutivos de Wall Street tenían la capacidad para avivar las llamas de la inflación mientras las familias de clase media y trabajadora eran chamuscadas.

Trump es una estafa política que está engatusando a millones de personas, no sólo en Estados Unidos, sino en el resto del mundo. Jamás el establishment se benefició tanto de las acciones de un «rebelde». 

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2 COMENTARIOS

  1. Como bien apunta Kasty ¿que ha hecho Biden para revertir esas políticas? ¿Puede un presidente cambiar la tendencia del coeficiente Gini?.
    El reparto de riqueza debería ser el discurso nuclear de la izquierda y no otras cuestiones que dividen y siembran discordia.

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