En Reino Unido acaba de salir a la venta un nuevo iPhone "capado" dirigido a menores de edad, diseñado específicamente para impedirles el acceso a redes sociales como Instagram, TikTok, Snapchat y YouTube, así como a juegos, navegadores de internet y contenido para adultos. Su objetivo es proteger la salud mental infantil, evitando la exposición temprana a contenidos que pueden provocar ansiedad y depresión, y facilitando que los niños se reconecten con la vida offline.
El modelo promueve la autorregulación digital al eliminar estímulos adictivos, fomentando actividades fuera de la pantalla y la interacción social presencial
El lanzamiento llega justo cuando en Reino Unido entra en vigor una normativa que obliga a comprobar la edad para acceder a contenido adulto en internet, y está en pleno debate la prohibición de los móviles inteligentes entre los más jóvenes. Así, el Sage Mobile representa una medida radical que ha resucitado la discusión entre quienes creen en el control total y quienes piensan que hay que educar, no sólo bloquear.
Esta versión, lanzada por la empresa estadounidense Techless bajo el nombre de Sage Mobile, se basa físicamente en un iPhone 16, pero su sistema operativo ha sido profundamente modificado para bloquear casi toda posibilidad de distracción digital.
El objetivo, según explica el CEO de Techless, Chris Kaspar, es ayudar a los jóvenes a recuperar su capacidad de atención y evitar que caigan en las dinámicas adictivas de los teléfonos inteligentes. "Los niños no deberían tener que defenderse de su propio teléfono", afirma el directivo en declaraciones a The Guardian.
El Sage iPhone sólo permite usar funciones consideradas esenciales, como llamadas, mensajes, calendario, cámara, mapas, banca, transporte y aplicaciones de música como Spotify. No se puede instalar ningún otro tipo de app, aunque se intente burlar el sistema con métodos como VPN o "jailbreak".
La "pega" fundamental del dispositivo es su elevado coste: cuesta 99 libras al mes (unos 116 euros), lo que ha generado críticas entre educadores y expertos, que consideran que este tipo de solución queda fuera del alcance de muchas familias. Algunos especialistas advierten también que bloquear el acceso no sustituye la importancia de enseñar un uso seguro y responsable de internet, según señala Confilegal.
El precio abre el debate sobre si la seguridad y la protección de los menores debe estar disponible solamente para quien pueda pagárselo.
Por el momento, en Estados Unidos, según Techless, sus teléfonos han reducido el tiempo de pantalla diario de los jóvenes a entre 15 minutos y una hora, contrastando con las tres horas diarias de media de los menores británicos. ¿Solución eficaz o sobreprotección? El debate está abierto.