Borja Sémper, portavoz del Partido Popular, ha tratado de mostrarse como la cara del consenso en la política española. En su discurso, destaca la importancia de "arrimar el hombro" y evitar confrontaciones en momentos críticos, como los recientes efectos devastadores de la DANA en Valencia. Sin embargo, esta apariencia conciliadora se ha visto empañada por sus constantes referencias a los "apuros judiciales" y la falta de transparencia que, según él, rodean al presidente Pedro Sánchez y a su entorno. La duplicidad en el mensaje de Sémper, que pide unidad y rechazo al "acoso político" mientras lanza dardos contra Sánchez y su gestión, revela una estrategia política que parece buscar más la confrontación que la colaboración.
Un discurso de unidad… con críticas al gobierno de fondo
Durante su intervención, Sémper afirmó que el PP “no está para embarrar la política española”, enfatizando que es momento de "construcción" y de “recuperar la confianza de los ciudadanos" tras la catástrofe de la DANA. Sin embargo, lejos de limitarse a esta llamada a la colaboración, rápidamente cambió de tono para señalar que "el presidente Sánchez afronta apuros judiciales y políticos" que, según Sémper, el mandatario evita abordar. Para el portavoz popular, esta falta de explicaciones “empeora la política española”, un mensaje que contradice su intención declarada de no usar el desastre como arma política.
El propio Sémper aseguró que “no vamos a contribuir al acoso y derribo de nuestros adversarios”, aunque aludió de inmediato a la necesidad de “transparencia” del Gobierno de Sánchez, insinuando que el ejecutivo oculta información y evita la rendición de cuentas. En una muestra de habilidad retórica, Sémper intenta combinar un lenguaje de no confrontación con una serie de críticas veladas hacia el presidente, dejando claro que, aunque hable de consenso, el PP sigue dispuesto a señalar lo que consideran los ‘puntos débiles’ de Sánchez y su gestión.
Hipocresía en el tono: la “agenda de huida” de Sánchez
Uno de los puntos que más ha resaltado Sémper en su crítica al presidente es la supuesta “agenda de huida” de Sánchez, una afirmación que sugiere que el mandatario evita dar la cara en momentos clave. La presencia de la vicepresidenta Teresa Ribera en Europa durante la emergencia provocada por la DANA fue interpretada como una falta de responsabilidad por parte del Gobierno, aunque Sémper evitó explícitamente entrar en detalles sobre la gestión de Ribera, alegando que “ahora no toca”.
Esta doble vara de medir genera suspicacias sobre las intenciones reales de Sémper y del PP. Mientras el portavoz exige transparencia y responsabilidad a Sánchez y su equipo, no aplica la misma dureza a los miembros de su propio partido. En su discurso, elude valorar la actuación de Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana y miembro del PP, en la gestión de la catástrofe, posponiendo cualquier crítica hasta su próxima comparecencia en el Parlamento valenciano. La falta de coherencia entre la exigencia de transparencia hacia Sánchez y la defensa implícita de sus compañeros de partido ha puesto en evidencia las contradicciones del portavoz popular.
Críticas al Gobierno, pero ofrecimiento de apoyo
Por otro lado, Sémper ha intentado equilibrar sus ataques hacia Sánchez con un tono de colaboración. En relación con las medidas para reconstruir las zonas afectadas por la DANA, Sémper garantizó el apoyo del PP a las iniciativas del Gobierno, señalando que “ponemos nuestros votos a disposición del Gobierno para mejorar este real decreto”. Esta afirmación, aunque puede sonar a colaboración, va acompañada de una crítica: según el portavoz, el Ejecutivo central careció de “voluntad” para declarar la emergencia nacional y actuar de manera efectiva.
A lo largo de su intervención, Sémper trató de reforzar esta postura de “oposición constructiva”, proponiendo alternativas y reafirmando el compromiso del PP con la recuperación de las zonas afectadas. Sin embargo, el equilibrio entre cooperación y crítica se desmorona cuando vuelve a insistir en que la ciudadanía “ha estado muchas veces por encima de la política”, una frase que implica que el Gobierno actual no está a la altura de las circunstancias.
¿Es posible realmente evitar “emponzoñar” la política?
La postura de Sémper deja una pregunta en el aire: ¿es posible ser crítico con el Gobierno sin “emponzoñar” el debate político? El portavoz del PP asegura que el partido no quiere contribuir al deterioro de la política y que no practicará el “acoso y derribo”, una afirmación que resulta poco convincente cuando sus palabras están plagadas de insinuaciones sobre la falta de transparencia y las supuestas “agendas de huida” de Sánchez y su entorno. Al fin y al cabo, el propio Sémper ha sido quien, al mismo tiempo que pide unidad, revive las polémicas judiciales del entorno de Sánchez, incluyendo el conocido caso de su pareja, para señalar la “desconfianza” en el Gobierno.
La aparente disposición de Sémper y del PP para ayudar a la recuperación en Valencia queda, por tanto, en entredicho cuando sus intervenciones siguen la línea de acusar y de poner en duda la legitimidad del presidente Sánchez y su equipo. En un momento en el que se necesitaría un consenso real, el PP parece optar por un discurso de ‘unidad condicionada’ que, en última instancia, no deja de estar cargado de confrontación política.
Un discurso que refleja la estrategia del PP
El papel de Borja Sémper en el PP parece ser el de presentar una cara amable de la oposición, alguien que aboga por el consenso sin renunciar a la confrontación. La estrategia es clara: ofrecer un mensaje moderado, conciliador, que aleje al partido de la polarización abierta, mientras mantiene el foco en los presuntos “puntos oscuros” del presidente y su entorno. Sin embargo, esta combinación de crítica velada y declaraciones de apoyo a medias es una maniobra política que apunta más a la creación de una imagen pública que a una disposición real de colaboración.
En conclusión, aunque Sémper intente posicionar al PP como una alternativa constructiva y dispuesta al diálogo, su insistencia en “no embarrar la política” mientras critica la falta de transparencia del presidente Sánchez y su “agenda de huida” deja en evidencia las contradicciones internas del partido. La retórica de Sémper, que exige responsabilidad y transparencia a Sánchez, contrasta con su negativa a cuestionar la gestión de sus propios compañeros de partido en la crisis de la DANA. En este contexto, el mensaje del portavoz parece más una estrategia electoral que un compromiso sincero con la colaboración política.