Crisis de vivienda, la causa fundamental que derrota al gobierno Sánchez

Más allá de una cuestión de oferta y demanda o de acumulación de vivienda por parte de fondos de inversión, el mayor problema para acceder a una vivienda es la caída de ingresos y un mercado laboral absolutamente precario

14 de Enero de 2025
Actualizado a la 13:14h
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Cabecera manifestación de Madrid por el Derecho de la Vivienda | Foto: Agustín Millán
Cabecera manifestación de Madrid por el Derecho de la Vivienda | Foto: Agustín Millán

Más allá de la actividad jurídico-política, la actualidad en España está marcada por la crisis de acceso a la vivienda y, como ocurre en infinidad de ocasiones, las soluciones que dan los políticos de todas las ideologías parte de un análisis absolutamente incorrecto.

Es cierto que esa crisis de vivienda tiene como causa una cuestión de oferta y demanda. Tampoco es falso que los fondos de inversión y los fondos buitre acumulan viviendas para la especulación. Sin embargo, las soluciones que se están dando desde todos los partidos políticos serán un fracaso si no se ataja la causa fundamental: la grave crisis salarial y un mercado laboral absolutamente precarizado.

El gobierno de Pedro Sánchez ha puesto en marcha medidas, como las constantes subidas del salario mínimo interprofesional, que, finalmente, han fracasado por diferentes razones. La renta media de los españoles está bajando y la brecha de desigualdad entre las clases medias y trabajadoras respecto a las clases dominantes se está acrecentando cada vez más. Esto no es sólo responsabilidad de Pedro Sánchez, pero sí que tiene la obligación ciudadana y democrática de solventar los problemas reales de la ciudadanía, y la precariedad salarial es uno de los principales.

No se trata de una cuestión que estén agitando los partidos de la oposición o la corte mediática que les acompaña. Son los propios datos oficiales los que corroboran este hecho.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el salario más repetido en España es de 14.586 euros anuales. Actualmente, el SMI está situado en 15.876 euros anuales. Por tanto, los españoles están recibiendo unos sueldos por debajo del SMI y, en consecuencia, acceder a una vivienda, tanto en régimen de propiedad como en alquiler, es imposible.

Además, desde el año 2018, el salario mediano ha crecido cuatro veces menos que el SMI, situándose, siempre según el INE, en 22.383 euros brutos anuales (1.598,79 euros mensuales). Este hecho es la confirmación de que hay una mayor concentración de salarios bajos o muy bajos respecto a los medios o los altos.

Esta pérdida de poder adquisitivo de las familias es la causa principal de la crisis de acceso a la vivienda. Un país con salarios dignos no tendría ese problema. Habrá quien diga que en otros países con sueldos más altos también sucede lo mismo que en España. Es cierto, pero también lo es que en esos países tanto el precio del alquiler como el de la compra es mucho más elevado.

Mercado laboral precario

Para entender esta crisis salarial hay que acudir al factor fundamental que la genera: un mercado laboral absolutamente precarizado. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), publicada por el INE, la creación de empleo no se corresponde con las horas trabajadas por los españoles. No se puede discutir el incremento del número de ocupados, un dato en frío que utilizan de manera recurrente los aparatos de propaganda sanchistas y monclovitas. Sin embargo, cuando se analizan en profundidad y sin sectarismo las cifras oficiales, entonces saltan las costuras.

Las horas trabajadas no crecen al mismo ritmo que la creación de puestos de trabajo. En concreto, las horas semanales trabajadas apenas crecieron un 0,5% interanual, mientras que los empleos creados superaron el 1,7% respecto a 2023. Esa cifra demuestra que el empleo que se genera es de peor calidad y más temporal.

Si nos vamos a las cifras del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) del mes de diciembre de 2024 se comprueba que los contratos temporales representaron el 63,05% de los registrados, frente al 36,95% de contratos indefinidos, a pesar de que éstos aumentaron un 5,42% interanual.

La contratación indefinida se frena y los mayores incrementos se dan en aquellos contratos indefinidos que no alcanzan una jornada completa de trabajo: los contratos a tiempo parcial y los fijos discontinuos aumentaron un 6,38% y un 10,36%, respectivamente. Además, 35.673 personas firmaron más de un contrato indefinido en un mes.

El mercado laboral actual está muy afectado por la estacionalidad y por la temporalidad de la relación contractual que, aunque se denomine indefinida, siguen siendo contratos de temporada. Así no se puede intentar acceder al mercado de vivienda.

Soluciones equivocadas

Todos los partidos políticos han dado sus soluciones y todas son erróneas, porque se parte de una serie de bases que no tienen el principal problema como punto de partida. Se parte de que el problema es de oferta y demanda. Es cierto, pero si las familias no tienen ingresos, no pueden acceder a una vivienda. Se habla de construir más pisos, de liberalizar suelo, de crear una nueva burbuja inmobiliaria. Por otro lado, se presentan medidas intervencionistas absolutamente impracticables que lo único que generan son esperanzas vanas.

Todo eso está muy bien, pero si los ciudadanos de clase media y trabajadora ganan por debajo del SMI, entonces no hay solución a la vista. La crisis de la vivienda quedará en manos de los políticos que, como políticos que son, viven alejados de la realidad porque están tan metidos en sus cuitas partidistas que olvidan acercarse a la ciudadanía para escucharla de primera mano. Todos, los rojos, los azules, los verdes y los amarillos, todos son culpables.

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