La bajada de la inflación publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística supone una buena noticia, no cabe ninguna duda, sobre todo viniendo del escenario inflacionista provocado, oficialmente, por la crisis energética. Sin embargo, la realidad es que esa inflación no es más que la cruel consecuencia de la codicia empresarial. Este hecho viene siendo denunciado por Diario16+ desde hace más de un año y medio.
El gobierno de Sánchez, como todo lo que no afecte positivamente a la imagen del presidente, no ha hecho caso a un fenómeno que ha sido reconocido hasta por el propio Banco Central Europeo. Las consecuencias están siendo terribles para las clases medias y trabajadoras.
La realidad es que las cifras llevan tiempo demostrando que el incremento de los márgenes de beneficios de las empresas ha aumentado, en lugar de reducirse, que sería lo más lógico en un escenario inflacionista. Por tanto, la inflación está provocada, precisamente, por la codicia corporativa que ha aumentado de manera artificial los precios de la energía, los alimentos y otros productos básicos.
El BCE señaló con claridad en una reunión privada en Finlandia que las empresas han estado elevando los precios por encima de sus costos a expensas de los consumidores y las clases medias y trabajadoras que, según cifras manejadas por el propio supervisor, se están empobreciendo en una media del 5%.
Hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado los datos de inflación correspondientes al mes de julio y, el titular principal es positivo: se ha producido una bajada del 2,8% y la cesta de la compra se moderó en un 3,1%. El descenso ha sido impulsado principalmente por la moderación en el encarecimiento del aceite de oliva y de las frutas frescas, dos de los productos que más han contribuido al alivio en los precios.
Ese es el principal titular que utilizarán hasta la saciedad los órganos de propaganda monclovita y sanchista. Sin embargo, el análisis más profundo de los datos y de otros asociados muestran un escenario no tan positivo para las familias de clase media y trabajadora de España. El lema que ahora utilizan tanto Sánchez como el Partido Sanchista es el de «mejorar la vida de las personas». Están fracasando estrepitosamente.
Los datos publicados por el INE destacan la bajada de precios respecto al año pasado. Sin embargo, eso se ha producido gracias a parches que se han ido poniendo pero que no solucionan el problema de raíz. Las empresas españolas continúan obteniendo récord de beneficios en un contexto inflacionista europeo, mientras las desigualdades en la población aumentan. La rebaja del IVA no está yendo al fondo del problema y los precios básicos volverán a subir en cuanto se termine la rebaja en la luz o en los productos de primera necesidad.
Una política que pretenda realmente, sin buscar el efecto propagandístico, «mejorar la vida de las personas» estaría basada en una sistematización de esas rebajas fiscales a los productos de primera necesidad. Esto ni siquiera se ha tomado en cuenta por parte del gobierno de Sánchez, al menos en la parte sanchista.
Hay que tener en cuenta que los aparatos de propaganda monclovita y sanchista hablan muy poco de los salarios. Éstos siguen rozando la inflación y, por supuesto, sin recuperar la pérdida acumulada de poder adquisitivo. En base a los datos del INE, los salarios por convenio se han incrementado un 2,9% de media. La inflación ha sido de un 2,8, pero la subida de los alimentos ha sido de un 3,1% y de la vivienda de un 3,2%. Por tanto, las clases medias y trabajadoras de España siguen perdiendo poder adquisitivo.
Además, en el acumulado desde 2021, la subida de los alimentos básicos supera el 30%. Los sueldos de los españoles no se han ajustado a esa realidad, tema que ni se ha tratado en el Consejo de Ministros. Debe ser que este es otro ejemplo de la política de «mejorar la vida de las personas», valga el sarcasmo.
Otra de las consecuencias de las políticas fallidas de Sánchez es el crecimiento de la pobreza infantil que es muy superior a la general, ya de por sí tan elevada que se ha colocado a España en el podio europeo.
La inflación, la falta de políticas salariales efectivas que impidan a las grandes empresas a realizar estrategias agresivas de recompra de acciones en vez de invertir en sus plantillas, provocan la imposibilidad de que los hogares con niños puedan darles una dieta sana por el alto precio de alimentos tan básicos como la fruta, la leche, la carne o el pescado.