“Obras son amores y no buenas razones” reza el dicho popular. Y así es como se encuentra el más de un millón de afectados por hipotecas REDAL, esos contratos hipotecarios que en cualquier país serían papel mojado (por absurdos) pero que en España se han llegado a usar para que la gente pierda su vivienda.
El pasado mes de abril, cuando se produjo la comparecencia en el Congreso de los Diputados para explicar la problemática REDAL, todos los partidos presentes se comprometieron a acabar con esta anomalía contractual. Se trata de hipotecas que ni dan la información que marca la ley, ni la pueden dar porque están mal redactadas. Contratos que incumplen las directrices de la Unión Europa sobre la “carga económica” y las “obligaciones financieras” que durante 40 años va a tener una familia. Europa entiende que no es lo mismo comprar un bolígrafo que una casa, pero de repente sus señorías ahora lo han olvidado.
¿Es posible que PSOE, PP y Vox tengan memoria de pez? ¿Es posible que tan elocuentes intervenciones el pasado mes de abril no den lugar a una votación a favor de corregir el serio problema habitacional, ahora que se vislumbra la solución? Al menos Junts y PNV tienen excusa: ni se molestaron en asistir a la comparecencia sobre la cuestión REDAL. No es de extrañar que en el problema de la vivienda Junts se alinee siempre con la banca, como ha hecho con votaciones previas usando cualquier excusa.
El Ministerio de Economía, sesgado y con memoria de pez
En un reciente informe, al que ha tenido acceso Diario16+, el Ministerio de Economía, si bien reconoce el problema de los contratos con fórmulas financieras erróneas, ha manifestado sus reservas a la ley REDAL.
De entrada, al departamento de Carlos Cuerpo se le olvida que es vergonzoso que hayan sido los propios afectados y unos matemáticos quienes hayan hecho un arduo trabajo que le correspondería hacer a él. Sin embargo, resulta exasperante la poca memoria del ministerio al referirse a la cuestión de cambiar las cláusulas de un contrato hipotecario. Se excusa en que corresponde a un juez decretar la nulidad de la cláusula, pero no dice que esto aplica por lo general a casos particulares. Y olvida que la Ley de Emprendedores del año 2013 cambiaba la cláusula de los contratos IRPH por otra redactada por el Parlamento.
Por añadidura, arremete contra la Ley REDAL porque no le gusta que al cliente pueda amortizar a voluntad y, en cambio, defiende que la banca pueda emitir recibos a voluntad (con importes que no emanan del contrato) tal como ha indicado reiteradamente en Banco de España.
No se trata de aprobar, se trata de debatir
Félix Alonso, el diputado impulsor de esta ley REDAL, sigue negociando a estas horas con todos los grupos, pero tiene dudas, al parecer no le devuelven las llamadas algunos diputados y esto no es buena señal.
“Lo que no es de recibo es que se reconozca que el problema existe” señala Alonso, “es decir, todos saben que los contratos están mal y, por tanto, era imposible que el ciudadano supiera qué firmaba” y añade “Pero, a la hora de la verdad, se nieguen a debatir el tema. Los diputados saben que la votación de mañana no es para aprobar la ley, es para tramitarla”.
En realidad, sólo se necesita mayoría simple para que el Congreso de los Diputados cumpla su palabra. Y, como señala Alonso, ciertamente si la ley REDAL tiene aspectos mejorables, estos deben discutirse durante su tramitación (con las enmiendas).
Ahora bien, impedir la tramitación de esta ley, especialmente por parte de PSOE y PP, sería una bofetada de hipocresía para todos los afectados por hipotecas REDAL, crecientes e IRPH.