Traidores a Europa por la gracia de Trump

Tras la bochornosa encerrona de Trump al presidente ucraniano Volodímir Zelenski en la Casa Blanca, los “patriotas” de Santiago Abascal y Viktor Orbán se han convertido en la quinta columna del trumpismo y el putinismo en nuestro continente

05 de Marzo de 2025
Actualizado a las 17:43h
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Abascal Traidores a Europa
Abascal durante su intervención en CPAC | Foto: Vox

Consumada la casi ruptura entre Ucrania y Estados Unidos tras la monumental bronca entre el presidente norteamericano, Donald Trump, y el ucraniano, Volodímir Zelenski, va quedando cada vez más meridianamente claro por quién ha tomado partido la administración norteamericana en esta guerra: por el invasor, es decir, por Rusia. Ya se sabía, se intuía, pero la encerrona de la Casa Blanca, en el despacho oval, a Zelenski traspasó todas las líneas rojas de la desvergüenza en la historia presidencial de los Estados Unidos. Lo que se ha vivido en la Casa Blanca es el episodio más vergonzoso  de los últimos dos siglos de historia norteamericana. Humillar a Zelensky en público es intentar humillar el heroísmo frente a la infamia. 

En estos tiempos de ignominia e indecencia moral, al secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, no se le caerá la cara de vergüenza por tener ahora que apoyar al tirano que apoya su jefe, Vladimir Putin. Rubio, flagelo de las dictaduras latinoamericanas y ardiente defensor de los derechos humanos y las libertades, tendrá ahora, como fiel cipayo de Trump, que tragarse todos los sapos habidos y por haber para blanquear al autócrata que atacó, invadió y bombardeó Ucrania durante estos tres años, en los que han muerto miles de civiles inocentes y otros millones han tenido que abandonar sus casas por el miedo a morir bajo las bombas rusas. Rubio ha perdido toda su autoridad moral y credibilidad ética tras plegarse al siniestro juego político de Trump. 

Luego están los traidores locales, como el líder de Vox, Santiago Abascal, quien como un bufón de palacio no ha tenido más reacción con respecto a esta traición a Europa, y a los intereses occidentales por ende también, que salir lanza en ristre contra Europa, la Unión Europea (UE), Zelenski y sus aliados europeos para defender lo indefendible y darle la razón a Trump, que apuesta por el invasor en lugar de defender  al atacado, que apoya al victimario que desangra a Ucrania en lugar de a la víctima.

El apoyo a Trump y a Putin, ¿bumerán contra Vox?

Abascal, que es un descarado oportunista y un felón sin máscara, debería saber que en el derecho español su conducta, apoyando a los enemigos de Europa, se tipificaría abiertamente con un delito de traición a la patria, a la que tanto dice amar y servir. El delito de traición a la patria, para el Derecho de España, es una categoría que engloba los delitos de inducción a la guerra, favorecimiento del enemigo, espionaje y declaración de guerra o firma de paz en contra de lo dispuesto en la Constitución española de 1978. ¿Acaso no es favorecer al enemigo apoyar ahora a Rusia en su agresión a Ucrania? Dice este sujeto que él es un auténtico patriota, precisamente él que no hizo el servicio militar y se lo quiso imponer a millones de jóvenes españoles, pero su patriotismo de salón ahora hace aguas y algún día más pronto que tarde todas estas contradicciones del rey de los chiringuitos que nunca trabajó en nada que no fuera la cosa pública le acabarán estallando y arrastrando a su partido al fango de la irrelevancia.

Está por ver lo que hacen dos de sus eurodiputados estrellas, Hermann Tertsch y Juan Carlos Girauta, que han mostrado en público sus discrepancias con algunas de las decisiones tomadas por Trump. No olvidemos que el inquilino de la Casa Blanca ha erradicado el español de las páginas web de la presidencia norteamericana y otros canales oficiales; ha insultado a los puertorriqueños a los que pretenden imponer el inglés obligatoriamente; en plena campaña electoral se refirió de esta forma a los latinos de Estados Unidos.“No hables ese español de mierda en mi país”; y, finalmente, si se cumplen sus amenazas, ha asegurado que impondrá aranceles a todos los productos europeos, incluyendo, claro está, a los españoles. ¿Apoya estas medidas contra los intereses de España nuestro “patriota” Abascal? ¿Seguirán callados nuestros eurodiputados “patriotas” o, siguiendo la estela dejada por otros que ya dejaron su militancia en Vox cansados de los desatinos de su máximo líder, abandonarán el barco o pesan más los jugosos sueldos de eurodiputado?

Abascal, que ha conformando junto con otros grupos y partidos afines putinistas, entre los que destaca la formación política que lidera el primer ministro húngaro Viktor Orbán, un partido paneuropeo llamado Patriots, que se discute su espacio político con la derecha clásica y con la alianza de partidos  derechistas formada por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, más moderada que los “patriotas” de Vox y crítica con la sumisión a Moscú de estos grupos ultras.

Pese a todo, ha sorprendido cómo casi todos los países europeos, pero sobre todo Alemania y el Reino Unido liderando a Europa, han defendido la causa ucraniana y se han mantenido muy distantes de las posiciones del presidente Trump, cuya salida al conflicto pasa por la entrega de territorios a Rusia por parte de Ucrania, la entrega de las materias primas de este país a los Estados Unidos, la no entrada en la OTAN de los ucranianos y la anexión permanente sin incluirla en la negociación de la península de Crimea. Evidentemente, para Ucrania este punto de partida es inaceptable porque entonces ya casi no habría margen para negociar nada y todo se daría por cerrado en una futura mesa de negociaciones en la que realmente no se negociaría nada. Ahora Moscú, con Trump en la Casa Blanca, se siente más fuerte que nunca y sigue atacando a Ucrania sin piedad para conquistar nuevos territorios de cara a unas hipotéticas negociaciones.

En definitiva,  tenemos a los traidores dentro, nuestro problema es interno, como decía con mucha razón el vicepresidente norteamericano J.D.Vance, cuyos ataques a Europa fueron bien jaleados por nuestros “patriotas” tras su reciente discurso incendiario y lapidario en la Conferencia de Seguridad de Múnich. Fue humillante ver cómo líderes europeos hechos y derechos aguantaron el tipo y el chaparrón de Vance sin indignarse ni levantarse al menos como una forma de protesta. De la misma forma, que si hubiera estado presente, habría hecho Abascal, quien por cierto fue felicitado por Trump en la última cumbre parafascista del CPAC en Washington, saludo nazi incluido de Steve Bannon por medio, por “su gran trabajo” de quinta columnista confeso. Enhorabuena, Abascal,  bienvenido al club de los traidores.

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