Donald Trump debería haber iniciado su segundo mandato dirigiéndose a los estadounidenses, sobre todo a los trabajadores que le votaron, con la siguiente frase de la serie Vikingos: «Perdóname, no por lo que hice, sino por lo que estoy a punto de hacer».
El presidente de los Estados Unidos ha vuelto a estafar al pueblo estadounidense, sobre todo porque el papel de «antisistema» no es más que una farsa, porque la visión de Trump no es otra que crear un nuevo sistema en el que él sea el máximo beneficiado, junto con sus ricos donantes.
En Diario16+ ya analizamos cómo uno de los primeros objetivos de Donald Trump era eliminar la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB, por sus siglas en inglés). Esta es la única agencia dedicada a la protección del consumidor y a devolver dinero a los bolsillos de las familias estadounidenses que han sido víctimas, precisamente, de los abusos de las grandes corporaciones que llenaron las arcas de la campaña de Trump con miles de millones de dólares. Por esta razón, la nueva administración, incluido el ilegal Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) dirigido por Elon Musk, ha puesto el punto de mira en esta agencia.
Esta es otra prueba de que la administración Trump está traicionando a los trabajadores de una manera que no solo se pone del lado de las grandes corporaciones y los donantes multimillonarios, sino que también allana el camino para que los elegidos por Trump se enriquezcan aún más a expensas de millones de ciudadanos.
Trump y Elon Musk no están atacando a la CFPB para reducir los gastos para las familias estadounidenses. La agencia de protección al consumidor ha devuelto más de 21.000 millones de dólares a los bolsillos de los trabajadores víctimas de los abusos de las grandes corporaciones y de los grandes bancos. Desmantelar la agencia solo beneficia a los ricos, a las grandes empresas y a las finanzas personales de Trump y Musk.
A finales del año pasado, Trump Media & Technology Group presentó una solicitud de registro de marca para crear una amplia plataforma de servicios financieros, Truth.Fi. Los productos y servicios que dijeron que realizarían incluían la creación de un «software informático descargable» que sirve como «billetera digital» para almacenar y comercializar criptomonedas, así como una plataforma de procesamiento de pagos digitales para compras realizadas con criptomonedas.
La nueva iniciativa estaría sujeta a una norma interpretativa de la CFPB que busca ampliar la definición de «fondos» regulada por la Ley de Transferencia Electrónica de Fondos (EFTA, por sus siglas en inglés) a las billeteras digitales y las plataformas de pago de criptomonedas. Esta nueva norma puso a las entidades no bancarias que ofrecen aplicaciones de pago digital bajo su supervisión, lo que le dio a la agencia mayor autoridad para supervisar a empresas como Apple, Google, PayPal y Venmo. Evidentemente, también afectaba a la nueva plataforma de Trump. El objetivo era proteger a los consumidores contra errores y fraudes de los mecanismos de pago digital. La norma buscaba aplicar la ley a las criptomonedas.
Ese proceso de supervisión está paralizado de manera indefinida, después de que Trump despidiera al director de la CFPB, Rohit Chopra, quien pasó años peleándose con el sector financiero, y haya empoderado a Musk para dinamitar aún más la agencia. Bajo la dirección de Chopra
Por otro lado, la empresa de Musk, X, ha tomado medidas similares para expandirse al ámbito de los servicios financieros. En enero de 2025, la empresa anunció que había llegado a un acuerdo con Visa para crear su propio sistema de pagos digitales.
A medida que Musk se acerca a su objetivo de convertir a X en una plataforma de pagos, también se ha convertido en una fuerza impulsora de los esfuerzos de reducción de costos de la administración Trump, que han destripado efectivamente la CFPB. Mientras Musk se centra en la agencia que supervisa las plataformas de pagos digitales, surgen preguntas sobre el modo en que se beneficiará personalmente de reducir las capacidades de supervisión de la CFPB.
En consecuencia, las acciones de Trump desde la Casa Blanca y Musk desde la ilegal DOGE tendentes a paralizar las regulaciones de los pagos digitales les va a beneficiar. Por tanto, la destrucción de la CFPB va a tener como consecuencia beneficios para Trump Media y para X. Trump y Musk no se preocupan por ningún conflicto de intereses y simplemente actúan descaradamente de maneras que buscan servir a sus propios intereses financieros privados
Para aumentar la creciente lista de conflictos, JPMorgan Chase y Bank of America (dos instituciones con un rencor bien documentado contra la CFPB) han dado su apoyo a Trump, incluidas donaciones a su fondo inaugural. Además, el New York Times descubrió recientemente que al menos 11 agencias afectadas por las acciones de Musk en relación con DOGE tienen «más de 32 investigaciones en curso, quejas pendientes o acciones de cumplimiento contra las seis empresas de Musk».
A esto se le llama «destruir el sistema», valga el sarcasmo.