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Ayuso ya se cree Agustina de Aragón: «Fue mi Gobierno el que despertó a España»

Isabel Díaz Ayuso aún no ha digerido que Vox, el partido que la ayudó a ser investida presidenta, se haya posicionado en favor de la investigación de las decisiones que la Comunidad de Madrid adoptó durante la pandemia respecto a las residencias de mayores y que tuvieron un saldo de 35.000 muertos por no derivarlos a los hospitales

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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La gestión de la pandemia de la Comunidad de Madrid, por más que se quisieran envolver en palabras rimbombantes como «libertad», estuvo plagada de puntos negros sobre el que destaca la muerte de 7.200 personas mayores que vivían en residencias porque se les aplicó el «protocolo de la muerte», es decir, que no se les derivó a hospitales para ser atendidos.

Tras la publicación de libro de Alberto Reyero, exconsejero de Derechos Sociales de la Comunidad de Madrid, las reacciones han sido múltiples pero la sociedad necesita que esas muertes se investiguen porque existe una responsabilidad política que Ayuso no quiere asumir. Esas personas murieron por la enfermedad, es cierto, pero también lo hicieron sin la atención médica que precisaban. Lo que ocurrió en las residencias de mayores no fue responsabilidad de Pedro Sánchez, ni del confinamiento, sino del gobierno de la Comunidad de Madrid.

Hasta ahora Ayuso creía que tenía controlado el asunto. Sin embargo, en las dos últimas dos semanas han surgido dos elementos que la han puesto entre la espada y la pared. Por un lado, el libro de Alberto Reyero, el consejero de Derechos Sociales de la Comunidad de Madrid en los peores momentos de la pandemia, que muestra la documentación que demuestra que sí existió el «protocolo de la muerte». En otro orden, ante la gravedad del asunto, la extrema derecha se ha posicionado en favor de la apertura de una investigación sobre lo que ocurrió en las residencias. De este modo, Ayuso se encuentra en minoría y tendrá que someterse al escrutinio de los representantes del pueblo.

Ante esta situación, la presidenta de la Comunidad de Madrid se ha revuelto con acusaciones basadas en el mesianismo y en intentar mimetizar a Vox con la izquierda. Ayuso ya se cree Agustina de Aragón y por eso no ha dudado en afirmar que «fue mi Gobierno el que despertó a España», una expresión cuyo sentido principal se asemeja al utilizado por Franco, Mussolini o Hitler como enviados de Dios para salvar a sus países, con las consecuencias catastróficas que ese mesianismo tuvo.

Esta sublimación como «salvadora de la patria» que se le hace a Ayuso, llegó a una de sus máximas expresiones con el montaje fotográfico que encabeza este artículo y que fue publicado en Twitter por un asesor de la Consejería de Educación y Juventud de Madrid, José María Lorenzo:

Isabel Díaz Ayuso, en vez de colaborar con las familias que defienden la dignidad de los que murieron por culpa del «protocolo de la muerte», se ha revuelto contra Vox como si fuese una gata acorralada. «Sobre las residencias de ancianos durante la pandemia, me llama especialmente la atención que sea VOX el mejor aliado de la izquierda en esta Cámara, cuyo discurso de aquí a que acabe la legislatura se ha caído por completo. Usted no tiene poder, no tiene fuerza política ninguna para frenar a los subvencionados, a las plataformas afines o los activistas políticos que vayan a esa comisión donde usted se pone a la cabeza de toda la izquierda. Una comisión cuya pretensión de la izquierda, siempre dijo, fue retorcer el dolor de las familias», ha espetado Ayuso.

Por otro lado, la presidenta de la Comunidad de Madrid afirma que «nosotros vamos a estar siempre con todas las familias, hablaremos con todas las que haga falta y les vamos a facilitar toda la ayuda y todo el asesoramiento que precisen. Pero lo haremos con las familias y no con comisiones espurias que lo único que hacen es falsificar y no ayudar».

Sin embargo, ayer mismo su vicepresidente no dudó en realizar un comentario indignante para esas mismas familias al afirmar que «ya lo han superado». Este es el desprecio que suele provenir del gobierno de Ayuso cuando los sacan del discurso populista y vacío, cuando tienen que hacer frente a los problemas reales que no dan rédito electoral. El propio Ossorio ya se burló de las decenas de miles de familias en situación de exclusión social y de pobreza extrema al hacer un paripé bastardo haciendo ver que buscaba debajo del atril a los pobres de Madrid y no los encontraba.

Para justificar el «protocolo de la muerte», Ayuso no ha dudado en trasladar las muertes a otras situaciones: «Estamos hablando de la primera ola en residencias, donde vivían personas muy mayores, con patologías en los últimos años de su vida, personas que estaban muy enfermas y están ocultando que la gente moría en los domicilios, moría en las residencias, pero la mayoría estaba falleciendo en los hospitales, incluidos los jóvenes. El virus mataba por decenas».

Es cierto que murió mucha gente durante la primera ola de la pandemia, pero una persona que estaba en su domicilio podía ser trasladada a un hospital porque no había un protocolo que lo impedía. Es cierto que mucha gente murió en los hospitales, pero ocurrió porque a los ciudadanos se los trasladaba a los centros sanitarios. Sin embargo, a las personas mayores que vivían en las residencias no se las podría llevar a un hospital porque había un protocolo de la Comunidad de Madrid que lo impedía, tal y como ha demostrado Reyero.  

Ayuso no ha entendido que en el tema de las residencias no hay derechas ni izquierdas, no hay Vox, PSOE, Podemos o Más Madrid, sino que se trata de un asunto en el que se trata de la dignidad humana y la ciudadanía debe saber las razones por las que a esas personas se les negó asistencia médica. Muchos hubieran muerto, sí, porque ya eran muy mayores o porque tenían patologías previas, pero a otros tantos se les podría haber salvado la vida. El Mishná dice «aquel que salva una vida es como si salvara un universo entero». Tal vez, el mesianismo de Ayuso la ha llevado a olvidarlo.

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2 COMENTARIOS

  1. El modelo funciona y el paradigma trumpiano tiene existo. Ese esperpento personaje reteñido con un intelecto capaz de creer que tomar desinfectante podría tener la posibilidad de ser un remedio para los virus, mientras dirigía el país más poderoso del mundo y debilitaba las estructuras institucionales de siglos con su menosprecio por la cultura y el conocimiento de una pedantería que nada en el ridículo; es la nueva forma política del neo-populismo fascistoide, apelando a los clásicos mensajes de siempre, la Patria y el demonizado enemigo responsable de nuestros males, sobre-simbolizado en el “América Primero”
    En este caso de una España excluyente en la que no cabe nadie que no rece la doctrina que coloca la libertad en la cerveza y el avance social en el anarquía de los mercados, y que no es más que la repetición, de la política de este país la caída de apelado imperio en 1898, salvo breves momentos, de su resistencia a la democracia y al avance social.
    Un poquito de cultura sería suficiente para discriminando errores de voluntarias ofensivas poder ver percal de que están hechos estos personajes.

  2. Amén al artículo y al comentario de EC. Ahorra tiempo si sobra redundancia. Y en tal «rebuznancia» me alegra que hasta sus acólitos mongólicos asisten al muy expresivo e impresionante festival de imágenes que encabezan las noticias sobre esta idiota.

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